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El radar que se ‘embolsa’ 450 euros a la hora

Los 50 cinemómetros de la DGT que más recaudaron en 2016, colocados mayoritariamente en vías rápidas, ingresaron 44,3 millones de euros

El radar del kilómetro 29 de la A92, a la altura de Sevilla, uno de los 20 que más recauda de España.
El radar del kilómetro 29 de la A92, a la altura de Sevilla, uno de los 20 que más recauda de España. PACO PUENTES

Los ojos más rentables de la DGT vigilan una sucesión de curvas de la autovía A-4, a su paso por Córdoba. En el kilómetro 417,5 de esta carretera, a pocos metros de una señal que limita la velocidad a 80 kilómetros por hora, tras un tramo que permite circular a 100, se levanta un radar que, con 80.582 denuncias cursadas, fue el que más recaudó el pasado año. De media, 450 euros cada hora. Y, en total, 3,9 millones de euros, según un documento facilitado por el Gobierno en una respuesta parlamentaria a Miguel Ángel Heredia (PSOE), que incluye un listado de los 50 cinemómetros que más dinero se embolsaron en 2016. Todos ellos sumaron más de 44,3 millones. El 30% de los 164,2 millones ingresados por los cerca de 600 radares repartidos por España —sin incluir Cataluña y Euskadi, donde las competencias se encuentran transferidas—.

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"El nivel de recaudación depende de diferentes variables. Entre otras, del volumen de tráfico que presenta la carretera donde se ha instalado el aparato", se arranca Mario Arnaldo, presidente del colectivo Automovilistas Europeos Asociados (AEA). De hecho, el 62% de los radares incluidos en este top 50 se encuentra colocado en autovías o autopistas, según el documento del Ejecutivo, al que ha tenido acceso EL PAÍS. "Pero también influye que existan restricciones específicas de la velocidad en ese punto. Hay vías que tienen una limitación distinta de la que percibe el conductor que podrían tener en la práctica", continúa Arnaldo.

 A 80 en una autovía

 Una tesis con la que se señala, por ejemplo, a los dos carriles de la A7 que atraviesan el túnel de Lorca (Murcia). Esta infraestructura de más de 600 metros de largo, donde no se puede circular a más de 80 kilómetros por hora, se ha convertido en el escenario donde opera el segundo radar —en este caso, es de tramo— más rentable: ingresó 2,1 millones el pasado año. "El objetivo con el que se implantaron estos aparatos era prevenir los accidentes. Nunca tuvieron un afán recaudatorio", subraya el socialista Heredia. "Sin embargo, tres de los cuatro radares que más multan no están instalados actualmente en puntos negros", denuncia el diputado del PSOE, que recuerda que el montante ingresado a través de estos instrumentos se ha disparado un 37% entre 2011 y 2016.

"Umbral de tolerancia"

La DGT desveló en 2015 la velocidad a partir de la cual saltan los radares. Tráfico fijó un "umbral de tolerancia" de siete kilómetros por hora para las carreteras de hasta 100 kilómetros hora; y del 7%, más el margen de error, para las que tienen un límite de velocidad superior a 100. Así, en las vías donde se puede circular a 120, el cinemómetro no sanciona hasta que no se alcanzan los 131.

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Pero Tráfico siempre ha negado ese afán recaudatorio. "Somos un país con una ratio de radares bastante por debajo de la medía de la Unión Europea y de los países de nuestro entorno", apuntó esta semana el director general de la DGT, Gregorio Serrano, durante su comparecencia en la Comisión de Seguridad Vial del Congreso. En España existen 27 cinemómetros por cada millón de habitantes. Un nivel inferior a los 56 de la UE y que dista mucho de los 62 de Francia, los 93 de Reino Unido o los 135 de Suecia. "España tiene 2,5 radares por cada 1.000 kilómetros cuadrados. Y la media europea es de 7,3. Países como Holanda tienen 38; Italia, 57; Irlanda, 72; y Bélgica, 662", remachó el máximo responsable de Tráfico en el Parlamento.

La DGT defiende también que solo se sanciona a los conductores que se saltan la normativa —"sin infracción no hay multa", repiten en el departamento dirigido por Serrano—. E insiste en que los ingresos a través de las multas han descendido en el último lustro, pese a que el número de denuncias ha aumentado. En 2016, se abrieron 4,3 millones de expedientes por incumplir la ley y se recaudó 395 millones de euros. En 2011, fueron 3,8 millones de denuncias y 458 millones de euros. Lo que supone una subida del 13% y una bajada del 14%, respectivamente."Pero nadie entiende que ese dinero no se destine a mejorar nuestras carreteras nacionales, que no se invierta en seguridad vial, en mejora del asfalto, en la señalización viaria…", apostilla Heredia, secretario general del grupo parlamentario socialista en el Congreso, que concluye: "En los últimos cinco años, las inversiones del Gobierno han brillado por su ausencia". El último informe de la Asociación Española de la Carretera (AEC) cifra en 6.600 millones de euros el deterioro de la red viaria y advierte que, de continuar la falta de mantenimiento, antes de 2020 se necesitará reconstruir buena parte de ella.

60 aparatos nuevos

España afronta este año el reto de volver a reducir el número de fallecidos en accidente de tráfico, después de que en 2016 aumentaran las víctimas en las carreteras por primera vez en 13 años. Ante este desafío, la DGT considera que la gestión de la velocidad es una pieza clave y los radares un instrumento fundamental en su estrategia. Según un informe europeo, el 37% de los españoles admite que supera los límites en las vías rápidas y el 21% en las carreteras convencionales. Todo ello, pese a que el exceso de velocidad influyó en el 21% de los siniestros mortales y con heridos graves registrados el pasado año.

"El despliegue de radares supone un aumento de la seguridad vial porque conlleva un incremento sustancial del cumplimiento de los límites; una reducción de la velocidad media y de las extremas; y un descenso del número de accidentes y de su gravedad", concluye un estudio de la Universidad de Valencia, que señala que, en aquellos puntos donde se instalan estos aparatos, se reduce un 22% de media los siniestros con heridos.

En esta línea, la DGT anunció a principios de año la colocación de 60 nuevos radares fijos. Y ha elaborado una instrucción, que aún no ha implementado, con nuevos criterios para la colocación de los cinemómetros. "Esta iniciativa reforzará las medidas complementarias previas a la instalación del mismo y a su ubicación en puntos de mayor peligrosidad debido al incumplimiento de los límites de velocidad, entre otras novedades", apunta Tráfico.

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