El juez Velasco, sobre si ha recibido presiones en el caso Lezo: “¿Puedo acogerme a la quinta enmienda?”
El magistrado elige guardar silencio ante la pregunta aunque luego asegura que no las ha recibido
El juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco, instructor del caso Lezo de corrupción, ha preferido este martes guardar silencio y no contestar a la pregunta de si ha recibido presiones en su trabajo en la instrucción de esta causa. Velasco, que ha participado en una conferencia en el II Congreso de la Abogacía Madrileña, ha sido cuestionado por uno de los asistentes sobre si había sido presionado durante su actuación en el caso Lezo. "¿Cómo era, el 520? ¿Me puedo acoger a la quinta enmienda?", ha contestado el juez en referencia al derecho a guardar silencio.
En medio de un cierto alboroto en la sala por la llamativa contestación del juez, el moderador del acto, el fiscal en excendencia Ignacio Gordillo, ha añadido que "el que calla otorga", sin que el magistrado haya querido matizar sus palabras. Terminado el acto, Velasco ha explicado a preguntas de EL PAÍS que el objetivo de su contestación era precisamente no contestar, y que no ha recibido presiones. "No las he recibido", ha afirmado a este diario. El titular del juzgado número 6 de la Audiencia Nacional declaró hace unos días al periódico El Mundo que ha pedido otro destino y que no puede hacer su trabajo correctamente por la falta de medios. El magistrado ha ordenado, entre otras actuaciones, el ingreso en prisión del expresidente de la Comunidad de Madrid Ignacio González, del PP.
El juez Velasco ha participado como ponente en un debate sobre el papel de los fiscales en la instrucción de los delitos, al hilo de la intención del Gobierno de reformar la ley para que los representantes del Ministerio Público se encarguen de la instrucción en lugar de los jueces. Las palabras del magistrado sobre la fiscalía han adquirido un mayor relieve en el contexto de la investigación que dirige, toda vez que, por ejemplo, ha sido conocido el intento del recién nombrado fiscal jefe Anticorrupción, Manuel Moix, de impedir una serie de registros en el caso Lezo, que tuvo que rectificar por las discrepancias de los fiscales del caso.
El magistrado a cargo de la instrucción del caso Lezo ha hecho un alegato en defensa de que sigan siendo los jueces y no los fiscales los encargados de la investigación judicial. Entre sus argumentos ha esgrimido el de la no independencia de la fiscalía. "El fiscal no pertenece al poder judicial, pertenece al poder Ejecutivo", ha afirmado Velasco, antes de preguntarse: "¿Le vamos a dejar a un organismo que pertenece al poder Ejecutivo, en cuya cúspide hay una persona, el Fiscal General del Estado, al que le elige un Gobierno que se dedica a hacer política, que dirija la investigación?".
Se trata, en su opinión, de decidir si "quitar poderes al pobre poder judicial para pasárselas al omnímodo, prepotente poder Ejecutivo, que algunos quisieran que fuera el único poder". "Mi postura es muy clara y muy combativa, soy partidario del juez de instrucción y cuando algo funciona no hay que cambiarlo", ha explicado el juez, vehemente en su defensa del proceso tal y como es en la actualidad y con reticencias a que los fiscales -y por ende el Ejecutivo- adquieran más poder.
"La discusión que subyace es la calidad de la democracia", considera el magistrado, que mantiene la duda también de si detrás de la intención de reforma para que el fiscal investigue está también que el "monopolio de la acusación" pase a manos del Ministerio Público. Esto es, de la desaparición en paralelo de la acusación popular -de la que el PP está a favor de restringir-. Aunque Velasco reconoce que han existido acusaciones populares "impresentables" e incluso "extorsionadoras" ante la "no acción proactiva" de la fiscalía "han conseguido sacar adelante" procesos.
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