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Cuando lo que trae el cartero es cocaína

La incautación de droga a través de envíos postales no ha parado de crecer en Galicia

Un trabajador en una oficina de Correos.
Un trabajador en una oficina de Correos. vicens giménez

Brasil, Paraguay, Argentina, Costa Rica, Miami o Haití son algunos de los países que han utilizado los narcotraficantes para realizar envíos de cocaína a Galicia en paquetes postales y mensajería. En principio vale cualquier envoltorio para camuflar la droga (libros, cedés, chocolatinas o coches de juguete) hasta que la encomienda es interceptada y pasa a ser un gancho sospechoso.

Las incautaciones de cocaína enviada por este método no han parado de crecer en Galicia desde 2009, la mayoría de las veces porque sus responsables habían despertado las sospechas de los investigadores y las entregas eran vigiladas por un juzgado. Así, lo que antes contaba en las estadísticas como un tráfico esporádico y a pequeña escala, ha pasado a ser un negocio alternativo en la distribución de estupefacientes ante el tirón imparable del consumo y su elevado precio.

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A diferencia del transporte marítimo, que inevitablemente está limitado a las localidades costeras, este otro tráfico de drogas puede surgir en los territorios más insospechados del interior, pero donde la redes de distribución son sólidas y están bien organizadas. Un ejemplo de ello es la aprehensión de dos kilos de cocaína que hizo la Unidad de Vigilancia Aduanera en 2016 tras interceptar cuatro envíos procedentes de Haití con destino a la localidad gallega de O Barco de Valdeorras (Ourense). La droga estaba valorada en 160.000 euros. En abril y mayo de 2015, otros dos kilos de cocaína con destino a Santiago de Compostela fueron también descubiertos por los servicios aduaneros. La droga, valorada en 134.000 euros, venía oculta en tabletas de chocolate con los precintos falsificados de una famosa marca de fabricantes de Medellín (Colombia).

Por uno de los recientes envíos postales que llegaron a Galicia fue condenado la pasada semana su destinatario, un vecino de Pontevedra, a seis años de prisión y una multa de 277.000 euros. El porte, procedente de Miami (EE UU), ocultaba en su interior seis kilos de cocaína y fue retirado en una empresa de transportes de Vigo. Su destinatario, un extransportista en paro que cobraba una ayuda social de 400 euros, alegó durante el juicio en su defensa que el remitente, un individuo cuya identificación era falsa, le ofreció una comisión por recoger un paquete que traía dos coches jeep de juguete.

La mayor operación hasta la fecha contra los correos postales en Galicia se remonta a 2009, cuando cayó una red de traficantes colombianos residentes en la ciudad de Cali que habían llegado a mover un promedio de 40 kilogramos de cocaína al mes empleando este método de transporte. La droga era luego distribuida desde Vigo y Ponteareas a otras comunidades autónomas y el origen de estos envíos era Costa Rica.

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La investigación policial constató que la red introducía semanalmente entre cinco y diez kilos de droga en paquetes postales en cuyo interior ocultaban unos 500 gramos de cocaína. El grupo utilizaba buzones postales vacíos que controlaban por medio de identidades falsas o robadas de recibos de la luz. A esas direcciones postales llegaban los envíos de droga que eran retirados mediante justificantes falsificados. Varios de estos paquetes habían llegado a distintos puntos de Galicia y, el mismo día de su llegada, la droga era transportaba hasta Andalucía y Levante por los numerosos correos que trabajaban para el grupo.

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