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Los catalanes prefieren más autonomía sin independencia

Los contrarios a la secesión superan en 5 puntos a los que la apoyan

Rafa de Miguel

Los dirigentes soberanistas de Cataluña aciertan en airear el descontento de la mayoría de los ciudadanos respecto al actual encaje de su comunidad en España, pero confunden el deseo con la realidad al incorporar al independentismo a toda esa masa insastisfecha: Un 46% de los catalanes, según el sondeo de Metroscopia elaborado para EL PAÍS, respaldaría que Cataluña siguiera formando parte de España si se le otorgaran “nuevas y blindadas competencias en exclusiva”. Sumados al 19% que rechaza la independencia, diluyen mayoritariamente las ansias de separación proclamadas por la Generalitat.

GRÁFICO: Actitudes en Cataluña respecto de un hipotético referéndum
GRÁFICO: Actitudes en Cataluña respecto de un hipotético referéndum

En el juego del gato y del ratón que los líderes soberanistas catalanes han emprendido con el Gobierno central no han parecido tener en cuenta la sensación de hartazgo extendida entre sus propios ciudadanos. Tras meses de desafíos legales respondidos con recursos ante el Tribunal Constitucional por parte del Ejecutivo de Rajoy; campañas internacionales en defensa de la independencia contrarrestadas por ofensivas diplomáticas desde Madrid; y procesos judiciales contra los líderes soberanistas respondidos con apoyos orquestados en la calle, un 65% de los catalanes se muestra ajeno a esta euforia y considera que “el proceso soberanista no está actualmente en un buen momento”, frente a un 27% que opina lo contrario, según Metroscopia.

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In English: Catalonia prefers greater autonomy over independence from Spain

 Ese estado de ánimo, sin embargo, no oculta una realidad política que en los últimos años ha fraccionado a la sociedada catalna. Los ciudadanos de esta comunidad siguen considerando viable la posibilidad de que se acabe celebrando una consulta legal sobre la independencia. Desprovista de matices la pregunta a la que tuvieran que respondero, son más los partidarios de que Cataluña siga formando parte de España (49%), pero es considerable la cifra de los que optarían por la separacion (44%).

Como dicen los anglosajones, sin embargo, el diablo está en los detalles. Si a esa misma pregunta se le añade la certeza de que una separación supondría que Cataluña quedara automáticamente fuera de la Unión Europea, la distancia se acrecienta. Suben entonces a un 53% los catalanes que preferirían quedarse como estan frente al 40% que, aun así, seguiría adelante con la secesión.

Pero lo más relevante de la encuesta es la sensación expresada por la mayoría de los consultados de que les faltan opciones de donde elegir y que no están satisfechos con la dicotomía endiablada a la que les ha conducido el actual choque de trenes: son mayoría los que anhelan una “tercera vía” —un pacto político que, por el camino de la lógica, condujera hacia una reforma constitucional— que les permitiera seguir formando parte de España, pero que otorgara a su vez a Cataluña “nuevas y blindadas competencia en exclusiva”. Esa posibilidad, nunca planteada de un modo serio desde el Gobierno central, convencería a un 46% de los catalanes, y reduciría a un 31% a los convencidos de que ya es tarde y el único camino posible conduce hacia un proceso de independencia.

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Este deseo mayoritario de salir del laberinto a través del pacto y la negociación se compadece con el rechazo que provoca entre el electorado catalán cualquier solución drástica, rupturista y de parte. Un 62% de los consultados se muestra contrario a que la crisis política actual se resolviera por medio de una declaración unilateral de independencia, frente a un 33% que estaría dispuesto a respaldar este opción tan radical. Y el desagrado ante soluciones tan irreversibles se extiende a las maniobras parlamentarias emprendidas por las autoridades catalanas para acelerar el proceso separatista. El Parlament de Cataluña llegó a reformar su propio Reglamente, con los votos de Junts pel Sí y de sus socios de las CUP y la oposición del resto de fuerzas políticas, para que fuera posible aprobar mediante un procedimiento de urgencia, en una sola sesión y sin debates previos, las llamadas leyes de “desconexión” de Cataluña con España. Un 61% de los catalanes consultados por Metroscopia considera “inaceptable” este cambio de las reglas del juego, y exige que se respeten todas las garantías de debate que establecía previamente la norma parlamentaria. Frente a ellos, un 33% da su respaldo al cambio legal.

En la otra orilla

La necesidad de dar un encaje nuevo a Cataluña que reconduzca la crisis sigue necesitada de mucha pedagogía en el resto de España, pero es una idea que poco a poco va calando. Suma ya un 33% el número de españoles que estaría de acuerdo en que “la plena integración en España de Cataluña se lograra mediante un acuerdo por el que la Constitución garantizara a esa comunidad algunas competencias propias y diferenciadas”. Son todavía una minoría frente a un 61% que rechaza este trato diferencial, pero las tripas del sondeo de Metroscopia indican que ese tercio favorable a un pacto y a un reconocimiento de la realidad catalana se va consolidando lentamente, es incluso superior en cifra entre los jóvenes (38%), y alcanza un llamativo 63% ente los votantes de Podemos. Hay una salida política que reclama ser finalmente explorada.

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Sobre la firma

Rafa de Miguel
Es el corresponsal de EL PAÍS para el Reino Unido e Irlanda. Fue el primer corresponsal de CNN+ en EE UU, donde cubrió el 11-S. Ha dirigido los Servicios Informativos de la SER, fue redactor Jefe de España y Director Adjunto de EL PAÍS. Licenciado en Derecho y Máster en Periodismo por la Escuela de EL PAÍS/UNAM.

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