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El PP reclama unidad ante las tensiones internas de sus congresos en Cantabria y Baleares

Los congresos autonómicos agitan la vida interna del partido

Juan José Mateo
La nueva presidenta del PP en Cantabria, María José Saenz de Buruaga, junto al expresidente Ignacio Diego.
La nueva presidenta del PP en Cantabria, María José Saenz de Buruaga, junto al expresidente Ignacio Diego.Pedro Puente Hoyos (EFE)

La renovación que ha emprendido el PP en sus liderazgos autonómicos está agitando la vida interna del partido en Cantabria, Islas Baleares, La Rioja y Cataluña. Pese a las constantes llamadas a la unidad por parte de la dirección nacional, el paso atrás de algunos líderes históricos; la necesidad de contar con las distintas sensibilidades locales en las direcciones regionales; y la reorganización con vistas a las elecciones municipales y autonómicas de 2019 han provocado choques internos.

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“Oportunista”. “Traición”. “Seducida por el lado oscuro”. “Mal chiste”. Eduardo van den Eynde, el portavoz del PP en el Parlamento de Cantabria, le dedicó todas esas palabras a María José Sáenz de Buruaga antes de que esta se impusiera el sábado y por solo cuatro votos a Ignacio Diego en las elecciones a la presidencia local de la formación.

El resultado ha supuesto un terremoto en un partido que vivía bajo el liderazgo del expresidente cántabro desde hacía 13 años. Las dos partes reconocen que el proceso deja heridas abiertas. Y la dirección nacional ha observado ese ácido pulso interno con la misma preocupación que el que se dirimió ayer en las Islas Baleares (Biel Company venció a José Ramón Bauzá, pero su discurso estuvo rodeado por protestas por usar el mallorquín) y que el que se celebrará el próximo fin de semana en La Rioja (donde se enfrentan José Ignacio Ceniceros, presidente regional, y Concepción Gamarra, alcaldesa de Logroño).

Génova prefiere listas unitarias y candidatos únicos para que el partido se concentre en recuperar la cuota de poder que cedió en las elecciones municipales y autonómicas de 2015, cuando perdió dos millones y medio de votos y seis gobiernos autonómicos con respecto a 2011. El PP, además, ya no podrá contar para la gestión diaria y local con dos referentes históricos como Pedro Sanz (24 años al frente del partido en La Rioja) y Juan Vicente Herrera (16 años en Castilla y León). En consecuencia, la dirección nacional está marcando con claridad los límites de las discrepancias internas.

El propio Mariano Rajoy pidió “unidad” el viernes 17 en Madrid, donde Cristina Cifuentes abrió una nueva etapa tras 12 años de presidencia de Esperanza Aguirre. Al tiempo, el presidente del partido bendijo ayer con un “habéis acertado de pleno” el triunfo de Xavier García Albiol en Cataluña, donde la dirección nacional ha impuesto el criterio de equilibrar la ejecutiva local contentando a las numerosas facciones catalanas. Y por eso María Dolores de Cospedal insistió en el cierre de filas durante el discurso con el que acompañó el ascenso de Luis María Beamonte a la presidencia del PP de Aragón, que ocupaba desde hace más de ocho años Luisa Fernanda Rudi.

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Además, este fin de semana renovaron sus presidencias locales José Antonio Monago, al frente del PP extremeño desde 2008; y Juan Jesús Vivas, que comanda el ceutí desde 2009.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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