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Detenidos tras rajar una patera y obligar a lanzarse al mar a 30 inmigrantes en Melilla

La “arriesgada” operación se ha saldado sin daños personales pese a “la tensión” y las malas condiciones del mar

Jesús A. Cañas
Inmigrantes rescatados este jueves por la Guardia Civil.
Inmigrantes rescatados este jueves por la Guardia Civil.Antonio Ruiz

Una de las operaciones de rescate “más difíciles y estresantes de las muchas a las que han tenido que enfrentarse en Melilla a lo largo de los últimos años”. Así ha sido el complicado operativo de rescate que en el que esta madrugada se ha auxiliado a los 30 ocupantes de una patera, según la valoración de la propia Guardia Civil de Melilla encargada del rescate. De hecho, el operativo ha culminado con la detención de dos de los ocupantes, el patrón y un colaborador, han acabado detenidos después de rajar la embarcación en la que viajaban y dar órdenes a sus ocupantes de que la abandonasen, pese a las malas condiciones del mar de ese momento.

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De los 30 inmigrantes que viajaban a bordo, 28 eran adultos (cinco mujeres y el resto hombres) y dos menores, uno de 3 y otro de 17 años, tal y como ha explicado la Delegación del Gobierno de Melilla en un comunicado. El operativo arrancó a las 5.50 de la mañana en las proximidades de la playa de Horcas Coloradas, tras ser avistada por el dispositivo anti-intrusión de la Benemérita cuando se aproximaba hacia la costa melillense. Fue entonces cuando dos embarcaciones de los GEAS (Grupos Especiales de Actividades Subacuáticas) se dirigieron hasta el lugar par atender a los inmigrantes.

Sin embargo, cuando se disponían a realizar la maniobra de acercamiento a la patera, uno de los inmigrantes, que mantenía una conversación a través de un móvil, optó por rajar la neumática. Mientras lo hacía comenzó a gritar, “incitando al resto de los ocupantes a la rebelión contra los guardias y forzándoles a que se tiraran al agua”, según relata la Benemérita en el comunicado remitido por la Delegación del Gobierno de Melilla.

Aunque la lancha fuera borda, no llegó a hundirse, la mayoría de los inmigrantes tuvieron que ser rescatados tras tirarse por la borda, a pesar de las malas condiciones del mar y los fuertes vientos reinantes en la costa durante esta pasada madrugada. “La tensión alcanzó sus momentos más extremos, en medio de la confusión y los gritos de los ocupantes, al desconocerse –entre otras razones por la escasa visibilidad- qué estaba pasando con el menor de 3 años”, según la Guardia Civil. De hecho, ya momentos antes de que todos los ocupantes acabaran el mar, el pequeño fue “objeto de amenazas iniciales” con amenazas de tirarlo al agua.

Finalmente, la Guardia Civil pudo rescatar en buen estado a todos los inmigrantes que fueron atendidos por dos ambulancias de los servicios de Cruz Roja. Solo una mujer, que presentaba un cuadro de ansiedad y síntomas de hipotermia, tuvo que ser trasladada al Hospital Comarcal, donde pudo ser estabilizada. Una vez concluida la operación de rescate, la Guardia Civil detuvo tanto el patrón de la embarcación como el inmigrante que actuó de instigador y dificultó las labores de rescate. Ambos serán puestos a disposición judicial, acusados de presuntos delitos contra los derechos de los ciudadanos extranjeros.

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Los rescatados, en el CETI

El patrón, además, está acusado de favorecimiento de la inmigración irregular. Por su parte, el instigador está acusado de resistencia a la autoridad e inducción al riesgo extremo para la vida de los menores y demás ocupantes de la embarcación. De hecho, según la Guardia Civil, su comportamiento “podría encuadrase en un presunto delito de homicidio en grado de tentativa”.

El resto de los inmigrantes rescatados ya se encuentran en el CETI (Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes) de Melilla, donde se procederá a su reseña y se identificará a los menores que viajaban en la patera. En estos momentos, la cifra de inmigrantes que residen en el CETI se eleva a 850 inmigrantes, en su mayoría subsaharianos. Pese a que la capacidad máxima de las instalaciones es de 796 personas, el centro está avituallado para atender hasta a mil inmigrantes, sin necesidad de recurrir a tiendas de campaña exteriores.

El delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, ha aprovechado para reconocer “el difícil papel que cumple la Guardia Civil en la custodia y vigilancia de la frontera de Melilla, y la complicada dicotomía a la que se enfrenta cuando a dicha obligación legal debe aunarse el necesario auxilio humanitario a personas desvalidas, objeto del negocio de las mafias que trafican con seres humanos”. De hecho, el delegado ha ido más allá y ha pedido “una reflexión a quienes confunden solidaridad con falso buenismo, ignoran la conflictiva realidad fronteriza de Melilla así como las consecuencias de la irresponsable tolerancia frente a la actuación de la mafias que alientan la inmigración irregular”.

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Sobre la firma

Jesús A. Cañas
Es corresponsal de EL PAÍS en Cádiz desde 2016. Antes trabajó para periódicos del grupo Vocento. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Sevilla y es Máster de Arquitectura y Patrimonio Histórico por la US y el IAPH. En 2019, recibió el premio Cádiz de Periodismo por uno de sus trabajos sobre el narcotráfico en el Estrecho de Gibraltar.

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