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Blanca, la funcionaria activa y deportista a la que le encantaba viajar

Su pasión por la aventura le llevó a estudiar Turismo y a aprender todos los idiomas que se imparten en la escuela oficial de Pamplona. Su pareja la mató en su casa

Blanca Esther Marqués en uno de sus viajes.
Blanca Esther Marqués en uno de sus viajes.

A Blanca Esther Marqués la mató Javier Nieto, su pareja desde hacía año y medio, la tarde del 14 de enero pasado. La mató en su casa, en la calle de Las Maestras de Burlada, un municipio de 18.000 habitantes del cinturón periférico de Pamplona. Pese a encontrarse a apenas 2 kilómetros de la capital, Burlada no responde al modelo clásico de localidad dormitorio, sino que cuenta con personalidad propia ya que fue uno de los municipios que más creció durante la industrialización de la década de 1960.

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De procedencia soriana, la familia Marqués Andrés está firmemente arraigada en Burlada y Blanca era una de sus vecinas más activas. “Si hay un terremoto en Burlada seguro que no le pilla en casa”, señala su hermana pequeña, Rosa, que aún no se acostumbra a hablar de ella en pasado.

Si hay algo que una los recuerdos de quienes compartían vida con ella es el de una persona que nunca paraba y que trataba de comprimir en múltiples actividades el tiempo en el que no estaba en su puesto de trabajo, el departamento de Derechos Sociales del Gobierno de Navarra, en el que estaba asignada como administrativa al Servicio de Garantía de Ingresos y Cooperación al Desarrollo. Antes, como cuenta su amigo Juanjo Bueno, ocupó otras plazas en la administración navarra. "Procuraba cambiar de sección con frecuencia para no anquilosarse", apunta.

Entró en el funcionariado en el Centro de Atención a la Mujer, y de ahí pasó por varios departamentos "siempre priorizando la atención al público". En su agenda semanal estaba el deporte, con las clases de aerobic que recibía en Burlada y últimamente también las danzas vascas, que practicaba con el grupo del colectivo Axular, muy cerca de su casa. Los jueves era también habitual del “juevintxo”, iniciativa de hosteleros para promocionar la tarde-noche del jueves con ofertas, tanto en Burlada, como en Pamplona.

Blanca Esther Marqués.
Blanca Esther Marqués.
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Sin embargo, romper la rutina viajando era su verdadera pasión “lo mismo en una escapada de fin de semana que en viajes a la otra parte del mundo, viajar le encantaba”, recalca Rosa Marqués. Su hermana la describe como una mujer inconformista. Su pasión por viajar le llevó a estudiar Turismo en la UNED y a aprender prácticamente todos los idiomas que se imparten en la Escuela Oficial de Pamplona, e incluso el griego para comunicarse en sus viajes. Ahora, con 48 años, ultimaba los estudios de Administración y Dirección de Empresas, también en la universidad a distancia, porque quería promocionar dentro de la administración y “no conformarse con el puesto que había logrado por oposición” de administrativa.

Una curiosidad por lo nuevo que le llevó también a concursar en programas de televisión. En la lista de apariciones Rosa recuerda el 50 x 15, Ahora caigo, Date el bote o Atrápame su puedes, “pero seguro que hay más”. También había participado recientemente en un cortometraje local como extra.

Blanca también fue representante sindical en la Administración por Comisiones Obreras. Entró en el sindicato por mediación de Juanjo Bueno. "No tenía interés político, pero dijo que alguien tenía que hacerlo", relata Bueno, con el que le unía una amistad desde los 15 años "a pesar de ser de familias muy diferentes políticamente".

Rosa Marqués es la más joven de los cuatro hermanos. Carmelo y Arturo son los mayores y Blanca era la tercera. Las dos hermanas compartieron 21 días a pie recorriendo el Camino de Santiago. “Yo estaba fastidiada y ella venía a mi ritmo, nunca se cansó ni se quejó”, remarca Rosa. En Burlada también vive su madre, que con 88 años ha vivido entera la pérdida de su hija. Mes y medio después del asesinato, comienza a tener momentos bajos. “Ahora está un poco triste, pero en un par de horas remonta”, cuenta Rosa.

Los bomberos tardaron cuatro días en encontrar el cuerpo que su presunto asesino lanzó al río Ultzama y cerrar esa incertidumbre añadida para una familia que se siente reconfortada con la respuesta del vecindario de Burlada. “Le quería mucha gente y nos lo están demostrando”, asegura Rosa. Los 4.000 metros cuadrados de la Plaza Consistorial no dejaban un hueco libre el 17 de enero para rechazar el crimen. Bares y tiendas cerraron en toda la localidad durante la tarde de la concentración.

Rosa, como su hermana, católica practicante, reconoce que todo lo ocurrido le parece absurdo. "No lo entenderé nunca", remacha. Juanjo, que actuó como portavoz del entorno de Blanca durante los días siguientes al crimen, reconoce que es "imposible" llenar el hueco de Blanca. "Ella me sacó de la ludopatía, pagó mis deudas y hasta fue secretaria de la Asociación de Ayuda", ilustra Juanjo para explicar la importancia de una amistad de 35 años segada para siempre la tarde del 14 de enero de 2017.

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