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El narco Oubiña cambia el hachís por los libros

El mayor contrabandista gallego ha empleado parte de sus treinta años en la cárcel en escribir sus memorias: "Será un bestseller"

El narco Oubiña en una de sus salidas de prisión en 2011.
El narco Oubiña en una de sus salidas de prisión en 2011. mabel garcía

A punto de cumplir 71 años y después de pasar casi treinta entrando y saliendo de las cárceles españolas como preso Fies (Fichero de internos de especial seguimiento), el narcotraficante gallego Laureano Oubiña Piñeiro ha anunciado que contará su azarosa vida en un libro autobiográfico que, según él, promete ser un bestseller.

Encerrado todavía en la prisión de Navalcarnero (Madrid) donde cumple condena por blanqueo de dinero (la última de las seis que acumula desde finales de los años ochenta por atentado a la autoridad, delito fiscal o narcotráfico), Oubiña será el primero de los históricos capos gallegos que se lanza a la aventura editorial. “A estas alturas de mi vida ya no tengo nada que perder ni nada me da miedo contar”, ha declarado el famoso traficante.

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Considerado el mayor transportista de hachís paquistaní de Europa, Oubiña formó parte de la familia de contrabandistas que acapararon el negocio tabaquero en España y que luego dieron el salto a las drogas, acosados por redadas policiales que comenzaron a finales de 1983. El capo se salvó de todas ellas mientras comenzaba una cerrera imparable con las mafias de Pakistán, primero, y luego de Marruecos, marcando el precedente en el tráfico de cannabis en el viejo continente que controlaban distribuidores holandeses. De hecho, fueron los servicios secretos británicos los que alertaron a España de las fechorías del gallego y su potente flota marítima en una reunión celebrada en Londres en 1988.

Por aquellas fechas se acababa de convertir en un terrateniente al comprar el Pazo de Baión, el mayor latifundio de Galicia dedicado a la producción de vino albariño por el que Oubiña, asegura, pagó 275 millones de las antiguas pesetas. “Aquello fue mi ruina total y por lo que sigo encerrado”, asegura. La finca fue embargada y vendida por el Estado a una cooperativa por 15 millones de euros en 2008 pero sus hijas siguen reclamando como herederas en los tribunales.

Dice Oubiña que la vena literaria le rondó hace tiempo en las incontables horas de hastío que ha pasado en su celda, echando mano del único material que no está restringido a los presos, papel y bolígrafo, “porque la memoria es de las pocas cosas que no he perdido, al contrario, la he trabajado muchísimo en estos años de cautiverio”, comenta Oubiña en una conversación telefónica durante una de sus salidas al hospital donde le tratan de un cáncer.

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“He llenado las páginas de muchos periódicos y revistas donde se han contado muchas mentiras, verdades a medias y opiniones de terceras personas que solo buscaban su publicidad personal a mi costa. Pero ahora se van a invertir los papeles, diré quiénes son en realidad esos personajes que pasaron por mi vida, algunos todavía están en los altares de la política o la justicia”, avanza el famoso narcotraficante.

El transportista de hachís más castigado en la historia judicial española, cree que ha pagado una doble condena. “Pagué más que nadie, con la pena del telediario y un plus por mi carácter, pero es defecto del animal y, como he dicho algunas veces, el animal en prisión va a peor”, comenta.

Laureano adelanta que al ser autobiográfico, el libro se remontará hasta su infancia que define como “bastante difícil” pero dedicará la mayor parte de su relato a desvelar episodios insólitos que ha vivido en primera persona: Desde quién disparó un tiro para poner orden en una reunión de contrabandistas celebrada en el parador de Cambados, las campañas electorales que pagaron los tabaqueros, qué políticos quisieron comprar el pazo de Baión antes que él, hasta cómo se enteró de la operación Nécora el día antes de la redada o qué le ofreció el arrepentido Ricardo Portabales a cambio de no delatarle.

“Ya he pagado mucho y ahora quiero defenderme con la verdad, con pruebas y papeles, pero que esto no suene como la amenaza de un hombre despechado que quiere lavar su imagen porque no quiero lavar nada. Reconozco lo que hice mal y no lo volvería a hacer, por eso he pedido perdón por mis errores, pero en mi vida he tropezado con muchos personajes públicos, defensores del bien, que se les llenó la boca hablando de mí y ahora es mi turno”, cuenta Oubiña.

El famoso preso podría obtener la libertad condicional antes del verano cuando la Junta de Tratamiento de la prisión revise su progresión de grado, según indicaron fuentes de Instituciones Penitenciarias. "Ya tenía que estar fuera pero sigo aquí y recibiendo represalias por parte de las autoridades carcelarias desde que me entrevistaron en el programa de Ana Rosa", afirma.

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