_
_
_
_
_

Condena al teniente que grabó con un móvil a una soldado desnuda

El Supremo ratifica la pena de siete meses de prisión a un mando que filmó con su teléfono a una militar

Exhibición en la Base Militar de Cerro Muriano (Córdoba) en noviembre de 2002.
Exhibición en la Base Militar de Cerro Muriano (Córdoba) en noviembre de 2002.EFE

“Sé que usted me grabó con su móvil en la esquina de la habitación. Yo le vi”. La soldado S. M. G. envió un SMS al teniente del Ejército de Tierra Pedro A. tras pillarle in fraganti filmándole tras salir de la ducha en febrero de 2014. La militar sufrió tras el incidente una crisis de ansiedad y permaneció ocho meses de baja psicológica, según una sentencia del Tribunal Supremo a la que ha tenido acceso EL PAÍS.

El alto tribunal ratificó el lunes una condena al teniente Pedro A. de siete meses de prisión por un delito de abuso de autoridad en la modalidad de trato degradante. El Supremo considera que el entonces teniente –hoy capitán- trató a la soldado “como un mero objeto” y “atacó su intimidad”. El fallo califica la grabación de “denigrante y humillante”.

Para entender esta historia hay que remontarse a la tarde del 13 de febrero de 2014. Base Militar Cerro Muriano (Córdoba). El Regimiento de Ingenieros 1 de Burgos, al que pertenecen la soldado y el teniente, finaliza un ejercicio de destrucción de explosivos. Un cabo ordena a la soldado S. M. G.  –única mujer que participa en la práctica- que se duche. El resto de militares limpia los vehículos usados en la maniobra. El teniente Pedro A. se despide del grupo. Afirma que tiene prisa porque se va a Ceuta a pasar el fin de semana.

Minutos después, la soldado se encuentra en su habitación desnuda y echándose crema. Acaba de ducharse. Escucha un crujido de pisadas. Levanta la mirada y ve un móvil encendido enfocando a su cuerpo. Descubre que es el teniente Pedro A., que, subido a una litera, graba y fotografía su cuerpo sin ropa.

El mando desaparece de la escena tras ser pillado in fraganti. Una hora después, la víctima le envía un mensaje: “Qué hacía en la habitación? Borre lo que grabó. Voy a dar parte. Usted no tiene que mirarme y menos grabarme”.

La soldado notificó el suceso a varios compañeros. Un suboficial recuerda que la militar lloraba y sufrió “una importante crisis de nervios”. La víctima pidió ayuda a una compañera para redactar una queja formal.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

La Policía Judicial analizó el iPhone blanco del teniente. Los investigadores no encontraron ni  fotos ni vídeos de la soldado desnuda en el móvil. Y concluyeron que el mando pudo borrar los archivos. El propio acusado reconoció que eliminó del teléfono información sensible. La víctima precisó tratamiento psiquiátrico.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_