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Desarticulada la red de narcos “más activa” que operaba entre Europa y Latinoamérica

La policía aborta en alta mar la entrada en Galicia de 2,5 toneladas de coca y detiene a 24 personas

Como un clásico en el calendario, coincidiendo con las fechas navideñas, otra operación policial ha frustrado en alta mar los planes de los narcotraficantes al abordar en alta mar un pesquero marroquí que transportaba 2.575 kilos de cocaína, un alijo valorado en 100 millones de euros. El barco fue interceptado por un helicóptero en la costa de Dakhla, a 100 millas del Sáhara Occidental.

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El operativo, dirigido por un juzgado de Vigo, es el primero que se desarrolla en colaboración con la policía marroquí contra el tráfico internacional de cocaína por vía marítima. Han sido detenidas 24 personas, seis en España y otras 18 en Marruecos.

Los principales arrestos se han realizado en Madrid, donde ha caído parte de la cúpula de la organización, que estaba dirigida por traficantes de nacionalidad colombiana. Junto a dos de los colombianos detenidos en la capital se encuentra un español, mientras que en Pontevedra fueron arrestados dos gallegos que iban a dar cobertura marítima al desembarco de la cocaína.

La policía nacional da por desarticulado el grupo que, según fuentes del Ministerio de Interior, era en estos momentos el "más activo" que operaba en los continentes europeo, africano y sudamericano. Esta organización tenía una gran capacidad económica y logística que les permitía contar con un enorme despliegue de barcos para realizar el tráfico de cocaína por alta mar y así dificultar la actuación policial, utilizando simultáneamente entre tres y cuatro embarcaciones.

Primera entrega frustrada

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La investigación arrancó a principios del verano pasado en Galicia, donde un conocido narco gallego iba a hacerse cargo de la recogida de la cocaína para luego desembarcarla en tierra. El traficante en cuestión había estado implicado en el transporte de otros 3.000 kilos de cocaína que habían sido apresados en 2015 a bordo del mercante de bandera búlgara SV Nokolay y se encontraba en libertad bajo fianza pendiente del juicio por estos hechos.

En agosto se frustraron los preparativos del desembarco cuando el traficante gallego fue condenado por la Audiencia Nacional a 10 años de prisión. Con el jefe gallego en la cárcel, se hizo cargo del envío de coca la propia organización colombiana con la que trabajaba el grupo gallego y que operaba desde Madrid, con enlaces en Bogotá y Venezuela, aunque tenía su segunda base logística en Marruecos, país donde contaba con barcos y tripulaciones.

La policía supo entonces que se iba a hacer una entrega del estupefaciente desde la República de Surinam (antigua Guayana Holandesa) pero, tras dos intentos fallidos, no pudieron llevarlo a cabo, por lo que el responsable del grupo colombiano en España puso en marcha un nuevo envío desde Sudamérica con el fin de entregarle el alijo a un pesquero controlado por la organización desde Galicia.

Agentes de ambos países controlaron la embarcación sudamericana hasta el trasbordo del estupefaciente a un pesquero marroquí. Cuando el barco nodriza navegaba en paralelo a las costas de Mauritania y Marruecos con dirección a España se procedió a su abordaje. El asalto se realizó desde un helicóptero marroquí y dos patrulleras cuando se encontraba a unas 100 millas del Sahara Occidental. En ese momento, la tripulación, compuesta por 12 ciudadanos marroquíes, intentó deshacerse de los fardos de cocaína arrojando parte de ellos al mar.

En la operación participaron agentes del Greco Galicia (Brigada Central de Estupefacientes) y de la Udyco de Vigo (Jefatura Superior de Policía de Galicia) en colaboración con la Dirección General de Seguridad del Territorio de Marruecos (DGST). El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, ha destacado la “excelente cooperación policial entre España y Marruecos gracias a los equipos conjuntos, no solo para luchar contra el terrorismo o la inmigración irregular, sino también para frenar el tráfico de drogas por vía aérea, marítima y terrestre en el Estrecho de Gibraltar”.

Zoido ha señalado que “esta última actuación policial constituye un importante golpe a una de las principales redes de narcos que operaba en tres continentes”. El ministro ha destacado que la formación de los agentes, no solo para luchar contra el narcotráfico sino para poder analizar e investigar las infraestructuras económicas de estas organizaciones, es vital para debilitar los recursos financieros del crimen organizado. “La voluntad política, la eficacia policial y el refuerzo de la cooperación internacional son los pilares para acabar con las redes del crimen organizado”, ha subrayado.

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