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Maza y el misterio del ‘FernándezGate’

José Manuel Maza juró ayer su cargo como nuevo Fiscal General del Estado en el Palacio de la Zarzuela y asumirá esta mañana su nueva función, como es norma, en una ceremonia que se celebrará en el Tribunal Supremo. 

La semana pasada, el miércoles 23, el candidato pasó el examen de "idoneidad" -como era previsible- de la Comisión de Justicia del Congreso (en la imagen Maza aparece en el centro, junto a la presidenta de la Comisión, la diputada socialista Margarita Robles) sin que se le hiciera una pregunta de cajón. No tanto porque él fuese a aportar luz sobre el interrogante, pero al menos para dejar constancia en el acta.

Una pregunta sobre el FernándezGate. 

¿Por qué a Maza?

Porque Maza ha sido ponente en la querella presentada por uno de los perjudicados de las operaciones de guerra sucia -el ex alcalde de Barcelona, Xavier Trías- que ha montado desde el Ministerio del Interior Jorge Fernández Díaz, actual presidente de la Comisión de Peticiones del Congreso, puesto para el que no necesitó ser elegido -no se vota- después de fracasar los intentos sucesivos de que presidiera la Comisión de Asuntos Exteriores y la Comisión Mixta del Tribunal de Cuentas, donde sí se vota.

Decimos "ha sido" porque, en efecto, tras entrar la querella el 1 de septiembre en la Sala de Admisión del Supremo -formada por Manuel Marchena, presidente de la Sala Segunda y de la citada Sala de Admisión; José Manuel Maza; Ana Ferrer; Miguel Colmenero y Andrés Palomo-, ser nombrado ponente Maza el 9 de septiembre y presentado el informe del fiscal jefe del Supremo, Antolín Herrero, días después, solicitando el archivo...nunca más se supo...

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Fuentes jurídicas confirman que deliberaciones haberlas, haylas.

Pero como no se ha comunicado decisión alguna caben dos posibilidades: que se haya adoptado una decisión y que la redacción del auto siga pendiente de redacción y posterior comunicación, o que no se haya adoptado resolución.

En el primer caso, las circunstancias políticas podrían dar a entender los retrasos. Es decir: una intención del Supremo de no interferir en la investidura de Mariano Rajoy, la posterior formación del Gobierno y la elección de altos cargos en el Congreso de los Diputados.

A todo ello habría que sumar la guinda, por así decir, que supone la candidatura primero y posterior decisión de Rajoy en el sentido de proponer a Maza como candidato al puesto de fiscal general del Estado o la marcha atrás respecto el deseo -comunicado a la propia interesada- del ministro de Justicia, Rafael Catalá, de designar para el puesto a Consuelo Madrigal.

Pero si ya se hubiera adoptado decisión y solo quedase por hacer la comunicación no existe ninguna razón por la cual Maza no pueda firmar la resolución (siendo ya fiscal general del Estado) sobre la admisión o rechazo.

Si se diera el segundo caso, esto es que la Sala de Admisión, por discrepancias u otras consideraciones, hubiese resuelto aparcar el asunto, resolverlo ahora obligaría a sustituir a Maza, flamante fiscal general del Estado, y nombrar a otro magistrado. Que podría o no ser el ponente en la querella.

El tema no es baladí.

Porque las grabaciones destapadas en la última semana de campaña de las elecciones del 26-J afloraban maquinaciones que el ministro del Interior y el entonces director de la Oficina Antifraude de Cataluña, Daniel de Alfonso, tejían para destruir políticamente a varios dirigentes de Convergencia Democrática de Cataluña -que también firma la querella- con la diseminación de información en los medios de comunicación. Esas conversaciones, grabadas en el Ministerio del Interior, tuvieron lugar el 2 y 16 de octubre de 2014, semanas antes de la consulta independentista del 9 de noviembre.

Once días después, una de esas operaciones se consumaba tal como barajaban Fernández Díaz y De Alfonso, con la atribución los días 27 y 28 de octubre, a once días del referéndum-consulta del 9-N, de una cuenta bancaria de la Union des Banques Suisses (UBS) en Ginebra al entonces alcalde Trías. Una cuenta que él no tenía. Una cuenta que no respondía al código numérico de la UBS. Trías asumió la carga de la prueba y demostró que la información era una falsedad. Basura. Y se querelló contra los correos secretos del entonces Zar de Interior, Fernández Díaz.

Fernández Díaz fue reprobado en el Congreso por estas maniobras que el comisario ahora jubilado, José Villarejo, ha situado, en sede judicial, en su contexto: la Operación Cataluña puesta en marcha en 2012 con ocasión de las elecciones autonómicas del 25 de noviembre.  

Por todo esto, la pregunta a Maza el miércoles 23 era pertinente. Ni los propios grupos parlamentarios catalanes (CDC-PDC y ERC) se tomaron el trabajo de dejar constancia del asunto.

¿Será admitida o rechazada la querella criminal contra Fernández Díaz y De Alfonso? Si fuese por el fiscal jefe, Antolín Herrero, el asunto ya estaría resuelto a primeros de octubre pasado, habida cuenta de que en su breve informe consideró que las maquinaciones de Fernández Díaz-De Alfonso entraban dentro de sus competencias de "intercambiar información".

Pero la Sala de Admisión no consideró que con dicho informe se podía dar carpetazo a la querella. Aunque a algunos de sus miembros...ganas no les faltaran.

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