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El Ayuntamiento de Pamplona rechaza las alegaciones y exhumará los restos de Sanjurjo

El Ayuntamiento y el Arzobispado acuerdan que las exhumaciones serán el día 16

Imagen de archivo del Monumento a los Caídos, en Pamplona.
Imagen de archivo del Monumento a los Caídos, en Pamplona.LUIS AZANZA

Los servicios jurídicos del Ayuntamiento de Pamplona han desestimado las alegaciones presentadas contra la clausura del cementerio de la cripta del Monumento a los Caídos por las familias de militares que participaron en la sublevación contra la II República allí eterrados. Las familias Sanjurjo, Arregui Olaya y el Arzobispado de Pamplona habían reclamado una paralización de la clausura impulsada por el Ayuntamiento. Finalmente, el Ayuntamiento y el Arzobispado han acordado que no habrá recurso y las exhumaciones previstas serán el día 16, salvo la del general Emilio Mola, cuyos restos ya fueron retirados por su familia el pasado 24 de octubre.

El alcalde de la ciudad, Joseba Asirón (EH Bildu), mantuvo antes un encuentro con los familiares de Mola en el que acordaron los términos de esa exhumación y su tratamiento “discreto y privado”, según el regidor. Asirón también ha anunciado que en virtud del acuerdo con el Arzobispado, usufructuario de la cripta, las exhumaciones se realizarán sin la presencia de medios de comunicación ni fotografías. La extracción deberá realizarse además sin dañar los sepulcros y con la única presencia de un notario designado por las familias o personal técnico del Ayuntamiento. La cripta mantendrá el uso religioso y la Iglesia, tras este acuerdo, renuncia a un recurso judicial contencioso-administrativo.

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Un recurso que sí anuncia la familia del general José Sanjurjo. Su abogado, Enrique Garza, ha anunciado que acudirán a la justicia ordinaria “en cuanto reciban la notificación” que desestima las alegaciones. Garza lamenta el acuerdo entre Ayuntamiento y Arzobispado ya que la diócesis les “había prometido que respaldarían la voluntad de las familias”, para que los restos se mantuvieran en la cripta. Garza representa también a la familia Arregui, descendientes de otro de los combatientes enterrados en la cripta, ya que además de Mola y Sanjurjo, se encuentran otros seis militares enterrados en ella de forma simbólica. Tres de sus familias han mostrado al Ayuntamiento su conformidad para recibir los restos.

El Arzobispado era el propietario del edificio hasta 1997, cuando lo cedió al Ayuntamiento al no poder mantenerlo. Con una extensión de 2.000 metros cuadrados de planta y una cúpula visible desde gran parte de la ciudad, la sala principal pasó de iglesia a sala de exposiciones municipal. Sin embargo, la cripta presidida por el mausoleo de Emilio Mola mantiene el uso religioso por parte del Arzobispado, como parte del acuerdo de cesión entre la Iglesia y el Consistorio.

El Arzobispado consideraba que "el hecho de que el Ayuntamiento sea el propietario de la cripta no le otorga facultades para exhumar y trasladar los restos que se encuentran en un lugar de culto, que no es un cementerio". El Ayuntamiento, como titular del edificio solicitó al departamento de Salud del Gobierno de Navarra la clausura del lugar como cementerio, basándose en el Reglamento de Sanidad Mortuoria de la Comunidad Foral de Navarra.

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El culto en la cripta lo mantiene la Hermandad de Caballeros Voluntarios de la Cruz, promovida por excombatientes carlistas tras la Guerra Civil. Ataviados con capas pardas, los miembros de la Hermandad asisten a actos religiosos esporádicos en fechas como el 18 de julio.

Emilio Mola Vidal era el general gobernador militar de Navarra en 1936, desde donde dirigió el golpe de Estado del 18 de julio, que desencadenó la Guerra Civil. Desde su despacho de la Capitanía Militar, Mola coordinó a los oficiales que conspiraban contra el gobierno de la II República y los apoyos de grupos políticos como la Falange o el carlismo, que contaba en Navarra con un numeroso grupo armado, los requetés. Mola murió en un accidente de avión un año más tarde del golpe, en 1937, dejando como incuestionable el liderazgo de Franco en el bando antirrepublicano. También en accidente aéreo moría dos días más tarde del golpe el general pamplonés José Sanjurjo. Regresaba de Estoril, en Portugal, donde huyó tras protagonizar una intentona fallida en 1932, para ponerse al frente del golpe militar.

El Monumento a los Caídos, que cierra la céntrica avenida de Carlos III, fue construido en 1942 para homenajear a los 4.500 combatientes navarros del bando franquista muertos durante la Guerra Civil. El edificio fue diseñado en estilo neoherreriano por los arquitectos José Yárnoz y Víctor Eusa y tiene una extensión de 2000 metros cuadrados en forma de cruz griega. El alcalde Asirón apunta a que, una vez se haya llevado a cabo la salida de los restos de la cripta, el siguiente paso será “un debate público sobre el futuro del monumento”.

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