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El PP cree que Santamaría sale “más protegida” que Cospedal para el futuro

La vicepresidenta no quería dejar la portavocía y la número dos del partido quiso otra vicepresidencia

Javier Casqueiro
Sáenz de Santamaría y, detrás, Cospedal, en el Congreso.
Sáenz de Santamaría y, detrás, Cospedal, en el Congreso.ULY MARTIN
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Santamaría y Cospedal pugnan ahora por influir dentro del Gabinete
La ministra Cospedal se resiste a perder el control y la dirección del PP

Soraya Sáenz de Santamaría y Dolores de Cospedal son, tras la reciente remodelación del Gobierno de Mariano Rajoy, las ministras con más peso dentro del Gabinete y las líderes de dos grupos de poder enfrentados en el PP solo por sus intereses políticos. Rajoy no se decantó por ninguna en esta reestructuración, dejando a la interpretación el reparto de equilibrios, pero en su entorno en el PP y La Moncloa piensan que al retirar la portavocía a Santamaría la “protege para el futuro” y que la promesa a Cospedal de que compartirá la cartera de Defensa y la secretaría general del partido es “una trampa”.

Las dos personas con más influencia ahora en el equipo de Rajoy son Santamaría y Cospedal. Su relación nunca ha sido buena y ahora es especialmente mala. Cospedal llegó a definir en una ocasión el peculiar trato entre ambas como “adecuado” para dos personas que trabajan en teoría en el mismo grupo. Nadie se atreve a negar la falta de sintonía casi absoluta entre la vicepresidenta, la secretaria general del PP y, sobre todo, sus equipos pero ahora, en este periodo de paz interna tras la tensión vivida para formar el Gobierno, se prefiere enmascarar el conflicto con eufemismos.

En las cercanías de Rajoy en La Moncloa se opta por recurrir a una descripción profesional del trabajo: “En este equipo hay mucha gente que trabaja, que se pueden llevar más o menos bien como Santamaría y Cospedal, que son dos personas muy competitivas y celosas de sus tareas, pero lo importante es que está claro que las dos son muy competentes y leales a Rajoy. Aquí no se viene a hacer amigos”.

Rajoy es el primero que lo sabe y que ejerce ese método. El sábado de su investidura un grupo de colaboradores quedó por la noche a tomar una copa y Rajoy prefirió organizar una cena privada en La Moncloa. Ni Santamaría ni Cospedal están en ese grupo de amigos íntimos pero sí de las colaboradores más útiles.

El presidente las citó a ambas la semana pasada en La Moncloa en varias ocasiones para despachar, escuchar ideas y compartir poca información sobre sus planes. La conclusión que sacó Rajoy de esas aportaciones fue que Santamaría no quería renunciar a ninguna cuota de poder (tampoco a la portavocía del Gobierno) y que Cospedal quería optar también a una vicepresidencia o, en su defecto, a un Ministerio de Estado pero de los de mayor relevancia y capacidad de información como Interior. No contentó del todo, en principio, a ninguna de las dos.

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Cospedal se quedó con un Ministerio institucional como el de Defensa de casi “imposible” compatibilidad diaria con la dirección del PP y más tras el próximo congreso del partido, que se convocará tras cinco años para cuestionarlo casi todo. Eso es lo que piensan en el PP y en La Moncloa y por eso consideran que Rajoy, en el fondo, le tendió una trampa.

El paso de Santamaría por la portavocía del Gobierno ha estado salteado de críticas por su comportamiento y por su escasa implicación con los problemas diarios del PP. Numerosos dirigentes autonómicos y nacionales del PP le han hecho llegar al presidente en estos años que una de las grandes carencias de su ejecutivo era que se comportaban en su relación con la prensa a la defensiva y que tenía una confusa estrategia mediática, especialmente con las grandes cadenas televisivas. Alguno de esos agujeros se pretendió parchear hace año y medio con la reordenación de competencias y fichajes de los jóvenes vicesecretarios del PP, ante la actitud reacia siempre de Cospedal, y se frenaron los cambios en el ejecutivo, ante la negativa de Santamaría.

Rajoy quería probar ahora otro sistema. Conoce hace lustros al nuevo ministro, Íñigo Méndez de Vigo, valora su experiencia en Bruselas, su capacidad profesional (es letrado de las Cortes) y su tono pedagógico y educado. “Es evidente que necesitaba equilibrar y no podía dejarle a Santamaría todas sus competencias y añadirle además Administraciones Territoriales”, analizan en La Moncloa. Dos dirigentes nacionales del PP y un alto cargo monclovita coinciden en que al retirarle la portavocía ha podido incluso protegerla ante lo que pueda pasar en el futuro cuando se busque sucesor: “La exposición para los teledarios es arriesgada pero Cataluña le dará a cambio esa visibilidad política”.

"Spain is back" primero a Marruecos y Berlín

"España está de vuelta". El lema lo acuñó el viernes en su toma de posesión el nuevo titular de Exteriores, Alfonso Dastis, y ha caído bien en La Moncloa. Rajoy llevaba 315 días ajeno a las grandes citas internacionales y quiere retomarlas. El viernes el Consejo de Ministros firmará la trasposición de los acuerdos de la Cumbre del Clima de París y el 15 Rajoy acudirá a Marrakech a la XXII edición y a cumplir el trámite de la primera visita exterior a Marruecos.
Estos días, además de cuadrar su Gobierno, La Moncloa ha estado en contacto con la Casa Blanca, la cancillería alemana y el Elíseo francés para incluir a Rajoy en la reunión de esos mandatarios con Barak Obama el 18 en Berlín, en su última gira por Europa.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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