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Iglesias cree que Podemos tiene que decidir “si seguir siendo populista o no”

El líder del partido entra de lleno en la disputa sobre el futuro de la organización frente a Errejón

Francesco Manetto
Pablo Iglesias participa durante un acto en la asociación La Morada.
Pablo Iglesias participa durante un acto en la asociación La Morada.Uly Martín
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Pablo Iglesias ha definido este miércoles lo que, en su opinión, es el eje central de la discusión que debe afrontar Podemos. “El gran debate, lo que tenemos que discutir en estos meses es si Podemos tiene que seguir siendo populista o no”, ha resumido el secretario general de la formación. Iglesias se ha referido al populismo desde un punto de vista académico, partiendo del análisis del filósofo argentino Ernesto Laclau, uno de los referentes de Íñigo Errejón y base teórica del partido desde su nacimiento. Casi tres años después de que esa hipótesis populista echara a andar en las elecciones europeas de 2014, Iglesias ha intentado impugnarla de forma abierta y con alguna provocación al sector representado por su número dos. Aun así, ha salvado lo que ha calificado de "populismo de izquierdas", contrapuesto a "un Podemos que busque compromisos y respetabilidad en las instituciones". 

“Me encantaría que por esa puerta entrara Ernesto Laclau y dijera: 'no tenéis ni puta idea de lo que estáis diciendo de mí'”, ha afirmado en la presentación del libro del psicoanalista Jorge Alemán Horizontes neoliberales en la subjetividad en La Morada. Iglesias ha marcado los términos del debate, rebatiendo las tesis defendidas por Errejón, en vísperas del consejo ciudadano, máximo órgano de dirección, que se celebra el sábado y de un encuentro con la militancia convocado para este viernes. Y también ha deslizado una crítica a la normalización de sus cargos públicos.

El líder de Podemos ha reconocido que “la gran contradicción” de su formación ha sido la de “utilizar el discurso para tener centenares y cargos públicos”. Tras su llegada al Congreso de los Diputados, el escenario ha cambiado. “El populismo termina con el fin de la política, es decir, que el populismo termina cuando la política se convierte en administración, cuando la política se convierte en decisiones administrativas que se toman desde dispositivos administrativos, el Estado, un Ayuntamiento, una comunidad autónoma o un partido”, ha señalado. “La clave, por lo tanto, del populismo es el afuera. La relación entre el afuera y el adentro es esencial para entender no solo el populismo, sino los debates que tenemos nosotros”, ha proseguido para introducir la dicotomía entre calle e instituciones.

Esa dialéctica es muy similar a la que utilizaba el Partido Comunista Italiano en los setenta, la del “partido de lucha y de gobierno”. Y precisamente a Enrico Berlinguer, histórico dirigente comunista italiano, ha apelado para recordar su apuesta por el llamado “compromiso histórico”. Es decir, el abandono de la línea soviética y el acercamiento al Gobierno. “SI tú gobiernas tienes que buscar compromisos y alianzas, y es imposible decir que estás fuera. No puede haber movimientos sociales progubrenamentales”, ha señalado para describir ese dilema.

“Si nosotros gobernáramos”, ha agregado, “sería partidario de buscar compromisos, buscar una dinámica consensual y decir se acabó el populismo, nos valió durante unas cuantas batallas electorales para libar la guerra del discurso”. Iglesias ha aprovechado para criticar con dureza la posición del PSOE. “Ha quedado probado”, ha dicho, “que el PSOE no se planteó ni como hipótesis gobernar con nosotros, que nos pretendió subalternizar”. En su opinión, lo que han venido a decir los socialistas es que Podemos gobernará solo si tiene mayoría absoluta. Y en ese contexto, en este mientras tanto, ha defendido “un Podemos de afuera, de la calle, que construya instituciones desde la sociedad civil”.

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Ese es, según Iglesias, el camino que debe emprender su partido. ¿Cómo puede crecer? El secretario general cree que el debate sobre “los que faltan” no puede plantearse a partir de la idea de transversalidad de Errejón. “¿Tenemos que asumir que nosotros tenemos que parecer a la sociedad o asumimos que tenemos que seguir intentando cambiar a la sociedad?”, se ha preguntado. “Hay quien dice España es lo que es, nosotros tenemos que intentar parecernos aun poquito más a España. Es un planteamiento perfectamente legítimo. Yo creo que no. En ese debate”, ha llegado a añadir, “nos toca defender un podemos que esté más lejos de la sociedad”. Iglesias, que ha rechazado que el debate se dé desde el punto de vista de radicalidad y moderación, ha pedido a los suyos “rigor” en defender sus tesis y ha considerado que “la clave para que una organización política pueda mantener el músculo mental es una estructura en manos de los militantes”. Con esa apelación a las bases, Iglesias se prepara para reafirmarse internamente en los próximos días.

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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