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El primer árbitro abiertamente gay está bajo protección policial por nuevas amenazas de muerte

"Tengo mucho, mucho miedo", confiesa Jesús Tomillero

Jesús Tomillero, en el estadio de la Real Balompédica Linense, en La Línea.
Jesús Tomillero, en el estadio de la Real Balompédica Linense, en La Línea.MARCOS MORENO
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In English: Spain’s only openly gay referee under protection due to death threats

Desde el pasado domingo, 11 de septiembre, Jesús Tomillero Benavente sale a la calle acompañado de dos policías, que también hacen guardia a la puerta de su casa, en La Línea de la Concepción (Cádiz). El árbitro de 21 años, único colegiado de fútbol español que ha reconocido públicamente su homosexualidad y que se había retirado en mayo por los insultos homófobos que recibía, ha sufrido nuevas agresiones y amenazas de muerte desde que volvió a pisar el campo, el pasado sábado.  

El partido entre el Atlético Zabal y Lassalle de la segunda división infantil andaluza se interrumpió en el minuto 48, cuando un espectador le gritó a Tomillero: "¡Retírate que hay que ser maricón! ¡Vete a Gran Hermano, chula!". "Me duele especialmente que haya sido por parte de un compañero árbitro de Puerto Real", cuenta el joven. Tras escuchar la frase, Tomillero paró el partido y pidió que el delegado retirara al hombre del estadio. Pero el individuo luego volvió y siguió con los insultos: "¡Eres un maricón de mierda!"

Después del partido, el árbitro denunció la agresión a la Federación Andaluza de Fútbol y a la Policía Nacional. Y entonces empezaron las amenazas. "Eres un hijo de puta, has jodido al club. Espero que mueras de SIDA, maricón", le han escrito en Twitter. En su cuenta en Instagram, le han enviado imágenes de un hombre tiroteado en la cabeza, con el mensaje: "El patrón está muy enojado, no le gustan maricones en sus campos, te aconseja que te retires o mueras". 

Desde que asumió su homosexualidad, en marzo, las agresiones homófobas han sido una constante en la vida de Tomillero. "Una vez me tiraron huevos por la calle", cuenta. Pero él afirma que no habían sido tan graves como ahora. "Tengo mucho, mucho miedo", confiesa, aunque seguirá luchando por sus derechos. Esta semana se ha reunido con representantes del Parlamento Europeo para impulsar la creación de medidas de protección a las personas LGTB en el deporte. "Este fue mi último partido por un tiempo, pero seguiré defendiendo nuestro derecho a estar dónde queramos, incluso en el deporte", afirma el árbitro. 

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