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El PP usará la vigencia del pacto con Ciudadanos hasta las elecciones

El equipo de Rajoy defiende que la alianza con Rivera no es coyuntural y amortigua el estigma de su incapacidad para pactar

Javier Casqueiro
Mariano Rajoy y Albert Rivera durante el debate de investidura.
Mariano Rajoy y Albert Rivera durante el debate de investidura.Carlos Rosillo

"Le pido que no bloquee y le ofrezco 170 escaños". Mariano Rajoy cree que ya no está solo en el Parlamento. Cuando el líder popular le espetó esa frase al final de su discurso de investidura al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, no solo le reclamó que le deje gobernar tras ocho meses en funciones sino que quiso evidenciar también y subrayar que el PP no cuenta en las Cortes nada más que con sus 137 diputados. En el equipo de Rajoy destacan, tras la frustración de la derrota anunciada, que esta semana de investidura le servirá al PP al menos para fraguar una alianza más duradera con Ciudadanos y abrir una vía de comunicación con ese partido y con su líder más permanente "que no tiene que tener fecha de caducidad incluso hasta las próximas elecciones", según fuentes del máximo nivel del Gobierno y de la dirección popular.

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La primera pregunta que se plantearon el miércoles la práctica totalidad de los miembros del Gobierno de Rajoy y de la cúpula del PP en cuanto se evidenció que Pedro Sánchez no iba a permitir su continuidad en La Moncloa, al menos por el momento, se limitó a la muy simple y evidente cuestión del "¿y ahora qué?". El entorno del presidente popular está bastante dividido en sus esperanzas de que el líder socialista vaya a cambiar su oposición frontal próximamente. Prácticamente nadie cree que pueda producirse un giro, desde luego, antes de la segunda votación de investidura en la tarde noche de este viernes y casi todos dan por seguro que en el PSOE no se puede producir ningún avance ni modificación antes de las elecciones autonómicas vascas y gallegas previstas para el 25 de septiembre. Esa es ahora la siguiente fecha clave en el calendario porque esperan que un muy mal resultado en esos comicios del PSOE les haga recapacitar.

En el Gobierno y el PP de Rajoy tampoco son muy optimistas sobre ese hipotético giro de Sánchez después de escuchar y ver su intervención del miércoles en el Congreso. Fue de ruptura total y observan que esperar la rectificación de determinadas frases que pronunció es algo prácticamente imposible e inviable. El PP se prepara ya realmente para la convocatoria de otras elecciones, las terceras en un año, en una fecha aún por cerrar en diciembre aunque rechazan expresarse así públicamente para no cerrar oficialmente la puerta a un acuerdo que desbloquee la situación in extremis.

Pero entre los dirigentes del PP sí quedó una valoración muy positiva del debate de la investidura de Rajoy: el cambio de relación que han experimentado con Ciudadanos. Media docena de ministros del Gabinete y otros tantos dirigentes del PP miembros del Comité de Dirección quisieron subrayar en privado la importancia del nuevo clima que han creado con ese partido tras la negociación que han puesto en marcha equipos de ambas formaciones durante el pasado mes de agosto.

Las relaciones personales entre Rajoy y Albert Rivera nunca han sido muy buenas, porque pertenecen a generaciones y estilos políticos muy diferentes, y entre las cúpulas de ambas formaciones siempre ha existido bastante recelo. Se saben competidores de un espacio político muy próximo. Pero incluso en ese ambiente general siempre ha habido excepciones y políticos de ambos partidos que se han llevado muy bien. Esa comunicación entre los dirigentes de los partidos y los grupos parlamentarios estaba bastante cerrada, sin embargo, entre Ciudadanos y el Gobierno de Rajoy, como ha reconocido estos días un destacado componente del ejecutivo popular. Y ese panorama también ha cambiado. En Ciudadanos, por ejemplo, valoran mucho ahora el papel jugado en esos contactos por la ministra de Empleo, Fátima Báñez, y por dos miembros muy relevantes del equipo de Soraya Sáenz de Santamaría en La Moncloa, el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón, y Álvaro Nadal, responsable de la Oficina Económica.

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En el PP han extraído la conclusión positiva del debate de investidura fracasado de Rajoy de que ya no están tan solos como durante toda la anterior legislatura y durante el precedente mandato en La Moncloa. Creen que la alianza de investidura con Ciudadanos ha demostrado que Rajoy y el PP saben negociar, dialogar y pactar cuando hace falta. Rajoy recordó durante su discurso, incluso, que él fue capaz de fraguar acuerdos cuando fue vicepresidente de la Xunta de Galicia sobre sistemas de financiación autonómica y luego, ya en Madrid en su etapa de vicesecretario general del PP, durante los pactos del Majestic con la CiU de Jordi Pujol en 1996. Más tarde, ya al frente del partido con distintos secretarios generales del PSOE, para pactos puntuales como el antitransfuguista, el antiterrorista, la modificación del artículo 135 de la Constitución para asegurar el cumplimiento del déficit y otros.

Rajoy y el PP han convenido ahora que ese perfil pactista ensayado con Ciudadanos y Coalición Canaria les puede venir bien para toda la legislatura, si finalmente ésta comienza y pueden gobernar, y también incluso para presentarse con otro estilo y otra manera de trabajar ante la repetición de las elecciones generales en diciembre y ante la consiguiente campaña electoral.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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