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Todos los partidos presionan a Sánchez para que se mueva

El equipo socialista dice que esa posición es definitiva

Anabel Díez

Por su historia, por su programa y por la palabra dada a los votantes, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, encabezó ayer el no de su partido a Mariano Rajoy. El rechazo se repetirá mañana en segunda votación. El líder socialista, que recibió presiones desde todos los frentes para que modificara su posición (PP y Ciudadanos le piden que se abstenga, Podemos y los nacionalistas catalanes que intente liderar una alternativa), mantuvo el no. Su equipo dice que esa posición es definitiva; los líderes territoriales aún no han configurado una opción distinta.

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en la primera votación de investidura del popular Mariano Rajoy.
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, en la primera votación de investidura del popular Mariano Rajoy. J.C. Hidalgo (EFE)
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Por “responsabilidad”, Sánchez no se mueve del no a la investidura de Rajoy. Esta es la respuesta del líder del PSOE a quienes apelan a esa responsabilidad para que permita con su abstención que la legislatura comience y Rajoy empiece a gobernar, con los socialistas ejerciendo la oposición.

“España no debe soportar cuatro años más de Gobierno de Mariano Rajoy y colaborar a ello es uno de los actos de más responsabilidad que un político pueda hacer en nuestros días”. La posición del PSOE parece inamovible. En un discurso muy trabado, con decenas de argumentos sobre la base de leyes y reformas del PP, para justificar el no a la investidura de Rajoy, el dirigente socialista construyó una posición política cerrada y sin salidas. Nada hizo pensar ayer que el voto negativo, que se repetirá mañana, pueda cambiar en los dos próximos meses, cuando se convocarán las terceras elecciones. “La corrupción” y “la desigualdad”, que ha propiciado el Gobierno del Partido Popular, según Sánchez, impiden al PSOE propiciar que Rajoy se mantenga en La Moncloa, señaló.

Todos los argumentos de Sánchez son suscritos por su partido sin la menor duda. Los líderes territoriales y, singularmente la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, sostienen con firmeza que las políticas de Rajoy han causado “mucho sufrimiento a millones de españoles”. El debate sobre qué hacer se producirá en el PSOE en las próximas semanas.

Antes de que comience la presión interna, si es que se produce, la presión sobre Sánchez llegó ayer en el Congreso y desde diferentes ámbitos ideológicos. “Decídase señor Sánchez, nosotros estamos dispuestos a formar una alternativa con ustedes”. Esta fue la apelación que le hizo el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias.

Este político coincidió con el presidente del Gobierno en funciones y también con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, en arrojar sobre Sánchez la responsabilidad de provocar la celebración de terceras elecciones. “O intenta usted formar una alternativa con nosotros o es que quiere elecciones”, le espetó Iglesias. Esa invitación a formar una alternativa por la izquierda la lanzó también el portavoz de En Comú Podem, Xavier Domènec, y el líder de IU, Alberto Garzón.

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Estos ofrecimientos no son bien acogidos entre la mayoría del grupo socialista y, aparentemente, tampoco por Sánchez. Ahora, con menos votos y con menos escaños que en las elecciones del 20 de diciembre, esa alternativa parece difícil porque dividiría probablemente al PSOE. No hay garantías de que las discrepancias no vayan a surgir en las filas socialistas por la otra posibilidad, la abstención que ayer le pidió enfáticamente el presidente de Ciudadanos. “Ustedes y nosotros, y Podemos si se suma, podemos legislar juntos; le pido que valoren la potencia y la dimensión de nuestra fuerza unida para hacer oposición”. Este fue el requerimiento que Rivera hizo a Sánchez, tras mostrarse orgulloso y nada arrepentido por haber alcanzado un acuerdo antes con los socialistas, aunque no llegó a parte alguna, y ahora con el PP. Abstenerse no es apoyar. Esta es la tesis que defendió Rivera y también Rajoy. “No le pido que me apoye, sino que permita que empiece la legislatura”, pidió Rajoy al líder socialista.

“No vamos a claudicar”

La respuesta fue no. “No vamos a claudicar. No podemos secundar su chantaje sino que lo denunciamos. Usted traslada que o gobierna usted o hay elecciones el día de Navidad”, se quejó el socialista. “Usted ha dicho que necesita a los socialistas para gobernar y a Ciudadanos para la investidura; eso es gobernar sin oposición y eso sería la legislatura del chantaje”, argumentó Sánchez.

Además de juicios de valor, el líder del PSOE recordó de manera literal las descalificaciones y las sentencias burlonas que utilizó Rajoy contra él cuando aspiró a la investidura el pasado marzo. Ese desahogo lo esperaba Rajoy, como también Sánchez sabía que sería presionado. “Señor Sánchez, tiene 48 horas para reflexionar, cambie su voto”, le pidió el portavoz del Grupo Popular, Rafael Hernando.

Pero no habrá cambio, al menos en estas 48 horas. Después, empezará el debate en el PSOE.

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Sobre la firma

Anabel Díez
Es informadora política y parlamentaria en EL PAÍS desde hace tres décadas, con un paso previo en Radio El País. Es premio Carandell y Josefina Carabias a la cronista parlamentaria que otorgan el Senado y el Congreso, respectivamente. Es presidenta de Asociación de Periodistas Parlamentarios (APP).

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