El PP y Ciudadanos ensayan en Madrid la fórmula que Rivera plantea para hacer presidente a Rajoy
El partido de centro ha permanecido en la oposición, lo que le permite fiscalizar al ejecutivo y pactar a derecha e izquierda
El PP y Ciudadanos usan en Madrid la fórmula de pacto de investidura que quiere aplicar a nivel nacional esta formación si Mariano Rajoy gobierna con el apoyo de Albert Rivera. Ciudadanos votó a favor de la presidencia de Cristina Cifuentes, pero no entró en el gobierno. Estar en la oposición evita que se le identifique con un partido afectado por los casos Gürtel y Púnica,y le da libertad para impulsar su agenda con diferentes socios. Vota con el PP las medidas de su pacto y coincide con el PSOE y Podemos en otras. Rivera aspira a replicar ese esquema en el Congreso.
La ejecutiva del PP decidirá el miércoles si acepta las seis condiciones previas que exige Ciudadanos para abrir negociaciones con vistas a votar a favor de la continuidad de Rajoy como presidente. Si llega ese momento, Rivera basará las conversaciones en dos ejes: el pacto que firmó Ciudadanos con el PSOE en febrero; y los acuerdos autonómicos que suscribió su partido para facilitar la puesta en marcha de gobiernos del PP (Madrid, La Rioja, Castilla y León y Murcia) y del PSOE (Andalucía). El líder de Ciudadanos está convencido de que la experiencia de su partido con los gobiernos en minoría de esos cinco Parlamentos Autonómicos es extrapolable al Congreso.
“La idea es esa: si el PP acepta nuestras condiciones y fija fecha de investidura, negociar un pacto parecido a lo que se ha hecho en Madrid o en Andalucía”, reconoce José Manuel Villegas, vicesecretario general de Ciuddanos.
“Creo que algunos no han visto todavía lo que viene: una legislatura de un gobierno en minoría, con un PP que no tiene socios, y dentro de eso, el único partido con el que puede llegar a acuerdos es Ciudadanos”, explicó Rivera en una reciente entrevista con EL PAÍS en la que se le preguntó si su formación sería irrelevante si no entra en el Ejecutivo de Rajoy. “Eso no es irrelevancia”, añadió. “Creo que tenemos la llave para aprobar la mayoría de leyes de esta legislatura y para impulsar las reformas que no se han impulsado los últimos 30 años”, subrayó. “Igual me equivoco”, ironizó. “¿Con quién puede pasar más leyes el PP? ¿Con Podemos? Creo que no. ¿Con el PSOE? No lo veo. ¿Y nosotros? ¿Si presentamos reformas, contaremos con los votos del PP si ayudamos a llevar a cabo alguna de las leyes del gobierno? Ese es el juego parlamentario”.
Ningún Parlamento resume mejor ese juego al que aspira Ciudadanos que el de Madrid, donde la formación es decisiva.
El papel que han jugado los 17 diputados de Ignacio Aguado es tan fundamental que la presidenta Cristina Cifuentes les ha pedido repetidamente que se integren en su Ejecutivo. Ciudadanos no ha accedido. Permanecer en la oposición no le impide sacar adelante las reformas a las que obligó al PP a cambio de sus votos de investidura; le permite alcanzar acuerdos puntuales para otras leyes con otros partidos; y le deja a salvo de cualquier caso de corrupción que sacuda en Madrid al partido del gobierno, afectado por las tramas Gurtel y Púnica. De hecho, este partido ha hecho bandera de la comisión parlamentaria que investiga la corrupción en la Comunidad. Rivera exige ahora a Rajoy que acepte como condición previa a cualquier negociación el impulso de una comisión parlamentaria sobre el caso Bárcenas, entre otras medidas... y Cifuentes ya se ha mostrado a favor de que el PP nacional transija.
Comisión de investigación
“Desde la oposición tenemos la suficiente fuerza como para condicionar las decisiones del Gobierno regional y conseguir la regeneración democrática”, explica Aguado.
En caso de no conseguir el apoyo popular, Ciudadanos mira hacia la izquierda y se embarca en acuerdos puntuales con PSOE y Podemos, “lo que nos da una fuerza enorme”, dice Aguado. Así sacó adelante Ciudadanos las comisiones de investigación que están en marcha. Muy incómodas para los populares, al incidir en actuaciones que afectan de lleno a los gobiernos de Esperanza Aguirre e Ignacio González, como el caso del espionaje político en Madrid, la trama Gürtel o la gestión del Canal de Isabel II. La ley de transexualidad fue otra de las iniciativas que aprobó la oposición —el PP se abstuvo—. El portavoz del Gobierno regional, Ángel Garrido, ha reprochado a Aguado que "mientras que ellos se deben ajustar al acuerdo de investidura, Ciudadanos ejerce la oposición que cree más oportuna".
La formación de Rivera ha comprobado que en Madrid está más cerca del PP en iniciativas económicas, fiscales o de empleo. En cuestiones sociales, sin embargo, existe más afinidad con el PSOE y Podemos. El PP se guarda un as en la manga: decide el destino de los fondos presupuestarios, aunque también precisan del apoyo de Ciudadanos en su aprobación. El Gobierno se escuda en la inexistencia de partidas en las cuentas para esquivar el cumplimiento de mociones aprobadas por la oposición.
El acuerdo con Ciudadanos consta de 76 puntos, de los que se han iniciado 65 (el 85,5%), aunque solo 26 se han cumplido totalmente y 11 no se han iniciado. Faltan los puntos clave, aseguró Aguado el pasado 1 de julio en una rueda de prensa conjunta con Cifuentes tras una reunión en la que evaluaron el estado del pacto. Entre ellos, la eliminación de aforamientos o la limitación de mandatos que se contemplan en un proyecto de ley todavía en discusión.
