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La Guardia Civil se incauta en Cádiz de un 40% más de droga que en 2015

Los agentes intervienen 16.000 kilos de estupefacientes, el 25% en una sola operación

Jesús A. Cañas
Imagen de cinco detenidos en Cádiz por narcotráfico.
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Desde tiempos inmemoriales el gaditano ha basado su subsistencia en los beneficios que el mar le deparaba. No dudó en antropizar las marismas para convertirlas en salinas y esteros, la base de económica de diversas localidades costeras. Pero los tiempos cambiaron, muchas explotaciones quedaron en desuso y no han sido pocas las veces que se han intentado reactivar. Fue precisamente eso lo que hicieron los gestores de unas salinas, pero con un fin criminal. Más de 4.000 kilos de hachís ha incautado la Guardia Civil en la desarticulación de una red que tenía como punto de alijo habitual unos esteros de Chiclana. Y esta operación es solo la última que se ha dado a conocer en un año en el que la incautación de droga en la provincia ha ascendido un 40%. De hecho, en lo que va del 2016, la Guardia Civil se ha hecho en Cádiz con 16.000 kilos de droga, frente a los 11.241 en el mismo periodo de 2015.

En los últimos días, la Benemérita ha aprehendido también 800 kilos de droga, en la playa de Bolonia, y otros 1.000 kilos más, en el puerto de Conil. A eso hay que sumar un velero, procedente de la República Dominicana, en el que el Cuerpo Nacional de Policía decomisó 400 kilos de cocaína, el pasado miércoles. En su interior, viajaban cuatro personas, tres de ellas eran pasajeros que decían desconocer que viajaban con un cargamento de droga de gran pureza.

Pese a que las cifras puedan resultar escandalosas, desde la Subdelegación del Gobierno de Cádiz aclaran que las cifras se mueven en la tendencia habitual en las costas de la provincia. Se deben “al buen trabajo policial que realizan las fuerzas de seguridad del Estado, con importantes operaciones de investigación”, según ha explicado hoy mismo el subdelegado Javier de Torre.

De hecho, la operación presentada hoy, denominada como Yupi, ha supuesto el fin de unas pesquisas que arrancaron en diciembre de 2015 y se han saldado con 11 detenidos. Entre ellos, se encuentra un padre y dos hijos, explotadores de las salinas y conocidos en la localidad como Los Jalajala. Los chiclaneros “trabajaban a sueldo y con discreción absoluta” para convertir el espacio natural “en el punto de entrada de grandes cargamentos de droga”, según los datos proporcionados en la presentación. Fue una primera detención en un chalé de Chiclana, en la se detuvo al “guardador” de 68 fardos de hachís con 2.040 kilos, la que permitió continuar la investigación.

Organización criminal asentada

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Con esa primera maniobra, la Guardia Civil descubrió que había “una organización criminal asentada” con “una estructura logística adecuada”. Sobre D. P. Y. recaía el papel de responsable de la organización; su socio, J. M. R. C., era el coordinador con los proveedores marroquíes, y F. J. E. C. era el encargado de aportar también medios económicos. Uno de los proveedores de Marruecos es N. A., que ejercía como representante y ahora en busca y captura.

Con la organización desenmarañada, el golpe final llegó en la madrugada del pasado 4 de abril. Tres embarcaciones de la Guardia Civil detectaron la llegada de un tercer barco pertrechado con 72 fardos de hachís (un total de 2.160 kilos). Eran los cuatro tripulantes, entre los que se encontraban dos vecinos de origen marroquí de la barriada ceutí de El Príncipe que actuaban como “garantía”. Emprendieron “una peligrosa huida” en la que embistieron a los agentes, antes de ser detenidos. En tierra, también dieron captura a dos personas más que esperaban la llegada del alijo.

En la presentación de la operación, De Torre ha hecho referencia “a la peligrosidad” de esta organización. De hecho, además de diversos vehículos y 4.170 euros en efectivo, esa noche la Guardia Civil incautó un revólver, una escopeta de caza y otra de fabricación casera. La investigación concluyó con la detención de cuatro personas más y con otra más en busca y captura de origen marroquí. A todos los detenidos, se les imputa un delito contra la salud pública y ya están a disposición del Juzgado número 1 de Chiclana.

Sabotaje de un traficante

En los mismos Juzgados (en este caso en el Mixto número 5) ha acabado también Juan M. R., de 37 años de edad, investigado como presunto autor del sabotaje contra las instalaciones del Servicio Integral de Vigilancia Exterior (SIVE) de Roche (en Conil). Dicha torre forma parte de la red costera que permite controlar tanto la llegada de inmigrantes ilegales como el tráfico de drogas en las costas españolas. El pasado 12 de diciembre, a las 23.00 horas, Juan M. R. empotró un todoterreno cargado de gasolina y lo echó a arder, dejando la estación destruida.

El perfil genético extraído de gorros y guantes encontrados en la escena permitió identificar al ya detenido, con domicilio en Mairena del Aljarafe (Sevilla) y antecedentes por tráfico de drogas. De hecho, los investigadores lo relacionan con varios alijos detectados gracias al SIVE de Conil. Con su acción, pretendía inutilizar uno de los servicios más efectivos con los que cuentan los agentes para controlar la llegada de embarcaciones cargadas de droga, como las de la operación Yupi.

La torre sigue inutilizada, aunque inmersa ya en su reparación, y la Guardia Civil no descarta nuevas detenciones de posibles colaboradores del sevillano de 37 años al que le imputan un delito de estragos. Hoy, De Torre ha querido resaltar que su sabotaje contra el SIVE no ha supuesto una brecha en la seguridad de la costa gaditana, “como prueban las últimas operaciones realizadas”.

De hecho, la benemérita anda inmersa aún en la investigación de otra operación, Perdigonazo, que ha llevado a incautar casi 1.000 kilos de hachís en el Puerto de Conil. Los cinco detenidos fueron descubiertos en las instalaciones con la excusa de estar participando en una excursión de pesca. Sin embargo, las bodegas de dos embarcaciones estaban repletas de hachís. Hoy, los dos barcos, aún con parte de la droga en su interior, esperaban en las instalaciones de la Comandancia de Guardia Civil un destino menos delictivo. 

Un actor de reparto de 'El Príncipe', en busca y captura por traficar con droga

La realidad supera, con creces, a la ficción, como ha quedado demostrado hoy en la presentación en la Guardia Civil de Cádiz de la Operación Yupi. Los seguidores de la serie El Príncipe seguro que recordarán una escena final en el que un sangriento ataque puso en vilo a más de uno. En ella, un marroquí con chilaba celeste empuñaba el arma que ponía en jaque a los protagonistas. Ese actor de reparto que centró las miradas de muchos televidentes, es el mismo que está ahora en busca y captura, acusado de traficar con droga en la operación que se ha saldado en Chiclana con 11 detenidos y más de 4.000 kilos de hachís incautados.

Naufal A., de origen marroquí, era el intermediario directo entre D. P. Y., uno de los cabecillas españoles, y la organización marroquí que proveía el hachís que era introducido en la península por unos esteros de la costa chiclanera. Fue el propio subdelegado del Gobierno en Cádiz, Javier de Torre, el que aportaba “el dato anecdótico” sobre el que fuera extra en el capítulo final de la exitosa serie que se emitió en Telecinco. Ahora, el marroquí está en requisitoria internacional. Cuando le detengan tendrá que dar explicaciones sobre el delito contra la salud pública que se le imputa, esta vez sí, en la vida real.

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Sobre la firma

Jesús A. Cañas
Es corresponsal de EL PAÍS en Cádiz desde 2016. Antes trabajó para periódicos del grupo Vocento. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Sevilla y es Máster de Arquitectura y Patrimonio Histórico por la US y el IAPH. En 2019, recibió el premio Cádiz de Periodismo por uno de sus trabajos sobre el narcotráfico en el Estrecho de Gibraltar.

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