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El último bastión del bipartidismo

En 2011, 5.319 poblaciones apoyaron a PP y PSOE con más de un 80% de los votos; en 2015 la cifra cayó a 1.112

Moraleja de Matacabras (Ávila, 40 habitantes), el municipio más bipartidista de España.Vídeo: Jaime Casal

"El PSOE y el PP tenían que haber estado juntos siempre y haberse ayudado los unos a los otros. España ahora estaría mucho mejor", defiende Antonia Martínez, vecina de Moraleja de Matacabras, pueblo de Ávila de 46 habitantes. Esta pequeña población es la más grande de las 11 más bipartidistas de España: aquellas cuyos vecinos apoyaron en las elecciones generales de 2015 al 100% a socialistas y populares. Es un vestigio de un mapa político en extinción, ya que en la décima legislatura de la democracia, el bipartidismo sufrió una debacle. En 2011, un 65% de los municipios que hay en España (5.319), los votantes apoyaban en más de un 80% al PP y al PSOE. Este porcentaje descendió a un 13,7% (1.112 poblaciones) cuatro años más tarde.

"Yo he vivido siempre con el Partido Socialista y el Partido Popular, no quiero saber nada de los otros dos. Tendrían que hacer un pacto ya", añade Martínez, enérgica, a unos 76 años muy trabajados en el campo, como ella misma define. La corrupción, uno de los principales motivos del hundimiento bipartidista, aquí no supone un gran problema: "El PP tiene más casos de corrupción porque es el que más ha gobernado", afirma su marido, el octogenario Jesús Borregón, que añade: "Los nuevos no tienen casos porque no están en el poder".

Otros no son tan sutiles: "Si yo tengo un rebaño de 500 cabras y 100 me salen malas, pues me las cargo. Con los políticos corruptos tendría que hacerse igual", bromea Andrés Álvarez, pastor de 62 años, al defender que las ovejas descarriadas de la política no deberían afectar al partido al que pertenecen. Moraleja de Matacabras es un pueblo pequeño, tranquilo y limpio con un parque muy cuidado y una plaza impoluta con un pozo en medio. Los vecinos han apoyado durante los últimos 25 años a Félix Álvarez, del PP, a quien no reprochan absolutamente ni un detalle de su gestión de cuarto de siglo. Por ende, tampoco al partido, al que han apoyado en todas las elecciones desde 1993 y que el 20-D fue la opción de 30 de los 40 votantes. En el resto del país entre 2011 y 2015 tanto este partido como el PSOE perdieron 5.123.000 votos, lo que supone pasar de 73,4% en el Congreso de los Diputados a un 50,7%.

La mayoría de los vecinos defienden un pacto que permita a PP y PSOE seguir gobernando como en las últimas legislaturas. Rocío Álvarez, concejal de 30 años del municipio y sobrina del pastor, cree que aunque parezca muy complicado, ambos deben intentarlo porque Podemos y Ciudadanos no pueden competir con la experiencia de populares y socialistas. Aunque es la última de la infinita retahíla de reproches que los vecinos dirigen hacia los partidos emergentes: "Yo no quiero saber nada de los pactos con esos partidos. Pero bueno, como en la viña del señor, aquí tiene que haber de todo", se resigna su tío.

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