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Conde contrató por 550 euros al mes a un profesor de esquí como testaferro

La administradora de las empresas del exbanquero tiró de la manta ante la Guardia Civil y destapó el entramado societario para repatriar los 13 millones

Mario Conde, en una imagen de archivo.
Mario Conde, en una imagen de archivo.EFE

¿Cuánto cuesta un testaferro? Si se trata de un profesor de esquí llamado Roland Stanek, 550 euros al mes. Ese era el sueldo que Mario Conde pagaba a este ciudadano eslovaco para que una vez al año le firmara los papeles que le pusiera sobre la mesa. Conde no podía figurar como dueño y colocó a Stanek como administrador de una de las empresas de la trama que tejió para repatriar a España 13 millones de euros supuestamente procedentes del saqueo que perpetró en Banesto cuando lo presidía. Stanek actuó durante cinco años como administrador de la sociedad Oleificio Español, que supuestamente se dedicaba al "comercio al por mayor de productos lácteos, huevos, aceites y grasas comestibles", pero que en realidad era una mera firma instrumental con la que recibir transferencias de la maraña de sociedades que creó en siete países extranjeros para camuflar el origen del dinero. En esta trama, Stanek no era el único testaferro de Conde, según el sumario al que ha tenido acceso EL PAÍS.

Stanek admitió ante el juez y la Guardia Civil que fue el abogado de Conde, Francisco de la Vega, que ayer quedó en libertad provisional tras abonar 100.000 euros de fianza, quien le contrató. El  profesor de esquí cobraba 550 al mes únicamente por poner su cara y su firma. Su trabajo se concentraba en una única jornada: una vez al año le llamaban de otra de las empresas del entramado de Conde para que firmara las cuentas de Oleificio. Así lo detalló a los investigadores  María Cristina Fernández Álvarez, la contable que Conde puso al frente de la principal firma de la trama en España (fuera tenía ocho), Barnacla.

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Su testimonio ante la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, incluido en el sumario del caso, desbarató las coartadas de Conde y proporcionó al juez Pedraz la confirmación de sus  sospechas sobre cómo ha funcionado la red societaria y de intermediarios de Conde. Fernández señaló que, aunque no figurase su nombre, Conde y su hija Alejandra estaban detrás de todo. Confesó que "el administrador de hecho" de Barnacla a partir de 2008 era "la familia Conde". Eran ellos quienes "le impartían las instrucciones" sobre la empresa, aseguró. Conde no podía tener nada a su nombre porque adeudaba 14 de los 26 millones que le impuso el Tribunal Supremo por el caso Banesto en favor de sus accionistas. Al salir de la cárcel y ver que sus fincas seguían ahí, hipotecó algunas y arrendó otras para dificultar que los jueces se las quitaran. Y siguió disfrutando de ellas. Y montó el entramado societario para poder traer el dinero que ocultaba fuera.

Fernández cobraba 62.000 euros brutos al año por encargarse de realizar labores administrativas en varias sociedades y por figurar como administradora única desde 2008 de Barnacla. A esta firma llegaron transferencias continuas entre 2008 y 2013 de la sociedad suiza Galloix Holding, también parte del entramado y una de las que inyectaban dinero desde el extranjero a las españolas. Fernández declaró que no le extrañó que se ampliara capital en una sociedad sin actividad, porque le dijeron que se iban a emprender nuevos negocios. Uno de los métodos empleados por Conde para retornar dinero eran las ampliaciones de capital suscritas por sus empresas en el extranjero en favor de las españolas. Y en la misma dirección préstamos que nunca se devolvían.

Detalles sobre la trama

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A diferencia de Conde y de sus hijos, que se negaron a declarar ante la Guardia Civil, Fernández tiró de la manta y describió ante los agentes muchos detalles sobre el funcionamiento de la red; entre ellos, la participación del abogado del exbanquero, Javier de la Vega. Los contratos de préstamo de Galloix a Barnacla, por ejemplo, los gestionaba el despacho del abogado, indicó.

Los agentes preguntaron a Fernández si no le extrañaba que Stanek cobrara únicamente por firmar las cuentas anuales. No solo le extrañó, sino que, según su declaración, propuso dejar de remunerarle porque "dado el mal estado de las sociedades de la familia Conde, no se abonaban puntualmente las nóminas de los trabajadores". "Al señor De la Vega no le pareció bien la decisión pero terminó aceptándola", declaró.

2,8 millones desde otra empresa

Un informe de la UCO, también incluido en el sumario del caso, explica el motivo del enfado del abogado: eran amigos. Los agentes descubrieron que viajaron juntos al menos una vez, en junio de 2015, de Emiratos Árabes Unidos a Madrid y califican su relación de "estrecha". Stanek fue administrador de Oleificio desde 2009 hasta 2014. Según el informe policial, en 2010 la sociedad británica Dryset amplió capital sobre la firma española y se hizo con el 100% de las acciones.

A partir de entonces empezó a inyectar liquidez en Oleificio a través de una operación financiera de "préstamos matriz". En total, 2,8 millones de euros. Stanek figuraba como autorizado en la cuenta bancaria en la que se recibían los fondos, incluida una transferencia de 60.000 euros de Mayfield Business, firma ubicada en las islas Vírgenes Británicas.   

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