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El desamparo de los niños olvidados

El informe 'Infancias Invisibles' denuncia la precariedad de los menores refugiados

Carolina García

Los periódicos y las televisiones se hacen eco. La comunidad internacional y nacional también. En una época, en la que los niños migrantes y refugiados son noticia un día sí y otro también, parece que ni el ruido, ni las muertes, ni el descontento de la sociedad son suficientes para que estos pequeños salgan de su situación de desamparo. Ni aquí, ni lejos de nuestras fronteras.

Varios refugiados afganos se manifiestan para solicitar mejoras en sus condiciones en el centro de salud en  Malakasa, en Atenas
Varios refugiados afganos se manifiestan para solicitar mejoras en sus condiciones en el centro de salud en Malakasa, en AtenasYANNIS KOLESIDIS

Es una realidad. España no facilita que los menores olvidados se sientan seguros y encuentren refugio. Concretamente, "las niñas víctimas de trata para ser explotadas sexualmente, los menores que viajan solos y la infancia refugiada son los tres colectivos de niños y niñas más vulnerables en nuestro país". Así lo concluye el primer informe Infancias Invisibles, elaborado y publicado este jueves por Save the Children. "El Gobierno no está ni de lejos cubriendo los objetivos de protección que estos merecen", agrega la organización.

Según denuncian, el Gobierno también "está vulnerando algunos de los derechos tanto por acción como por omisión; antepone su carácter de inmigrante que de menor, y existen contradicciones entre las leyes y prácticas dirigidas a los flujos migratorios y las que tienen como fin protegerlos".

"El principal problema es que no se está tratando a estos pequeños como niños, sino como migrantes o refugiados. Y la culpa no es solo de las administraciones, también de la sociedad, que no les miramos, que los convertimos en invisibles", dice, por teléfono, Andrés Conde, director ejecutivo de la organización.

Niñas para ser usadas sexualmente

En 2014, las fuerzas del orden de España localizaron a tan solo 17 pequeñas que vivían en esta situación. Sin embargo, "se calcula que en España hay unas 45.000 víctimas entre adultas y menores de edad. Cuando son encontradas no se las protege. No se las aleja de las garras de los explotadores. Algunas de ellas tienen hijos e hijas, afectados por cómo son explotadas sus madres, y totalmente invisibles para la Administración", añade el informe.

Niños que viajan solos

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Como en el caso anterior, el Gobierno tiene la obligación de protegerlos, "pero no lo hace. Hay pequeños que sobreviven en las calles como pueden", dice Conde. "En ambos casos, se debe a fallos de las administraciones y de la sociedad, no les miramos", recalca. "Por ejemplo, a los que sí son tutelados por las comunidades autónomas se les facilita una educación deficiente y no pueden trabajar en las mismas condiciones que los niños españoles mayores", agrega.

Más de 95.000 menores no acompañados solicitaron protección internacional en la UE en 2015. Cuatro veces más que un año antes. "España debe proteger a estos niños y niñas extremadamente vulnerables, pero para ello hacen falta recursos, como acceso a la educación y formación de los cuidadores, pero sobre todo voluntad", dice el experto

La infancia refugiada

"La situación de los refugiados en España, de los menores, se debe principalmente al hecho de que no se les ve como niños, por lo que no se cumplen los derechos específicos que les corresponden. Y la situación política tampoco ayuda, tanto la nuestra como la europea. Son soluciones a corto plazo e ineficientes", explica Conde.

Según el informe, España no está a la altura de la demanda de refugiados que existe en la actualidad. "A pesar de que 3.754 niños y niñas solicitaron asilo en 2015, el sistema no está adaptado a las necesidades de las familias, niños y niñas. Las largas esperas burocráticas impiden que padres y madres puedan trabajar, reagrupar a sus hijos e hijas, o viajar a otros países europeos en los que tienen familia o un proyecto de vida".

"A finales de 2015 había más de 16.000 expedientes de asilo pendientes de resolución", según el mismo documento. "Europa tampoco está a la altura de las circunstancias", añaden, "como demuestra el cierre de fronteras. El Pacto UE-Turquía no contempla ninguna medida de atención especial para los menores de edad, tanto si viajan con sus familias como si están solos".

"España tiene el compromiso de acoger a 18.000 refugiados y no ha llegado ni de lejos a esa cifra. Luego, las medidas de acogida y adaptación son insuficientes tanto a nivel escolar como laboral. Después de lo que han sufrido, tienen que seguir sufriendo. Muchos se preguntan por qué los refugiados eligen otros países, no es solo por la falta de oferta laboral aquí, sino por las condiciones de acogida que son muy pobres, que no garantizan la protección ni su futuro. Otros países están más preparados", añade.

Del año 2000 al 2015, los migrantes menores de cuatro años aumentaron un 41% en todo el planeta. Un viaje que muchas veces comienza en una barca de plástico con un salvavidas y, demasiadas veces, no termina. Se calcula que el 34% de las muertes ocurridas en el Mediterráneo Oriental entre septiembre y diciembre de 2015 fueron de niños y niñas. Otras veces, sí llegan, pero el destino tampoco es alentador. "Hay que empezar a mirar a estos pequeños, por lo que son, niños, para que dejen de ser invisibles. Es urgente", concluye Conde.

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Sobre la firma

Carolina García
La coordinadora y redactora de Mamas & Papas está especializada en temas de crianza, salud y psicología, y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Es autora de 'Más amor y menos química' (Aguilar) y 'Sesenta y tantos' (Ediciones CEAC). Es licenciada en Psicología, Máster en Psicooncología y Máster en Periodismo de EL PAÍS.

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