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“¿Papá, por qué tanta gente se mete contigo si tú no les has hecho nada?”

Mariano Rajoy avisa en un programa con niños en Tele 5 de que si el escenario del 26-J se repite con respecto al 20-D intentará gobernar solo y en minoría

Javier Casqueiro
Mariano Rajoy, este miércoles, en Montesierra.
Mariano Rajoy, este miércoles, en Montesierra.JUAN CARLOS TORO
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La pregunta "más comprometida" que Juan Rajoy, de 11 años, le hace de vez en cuando a su padre, Mariano Rajoy, de 61 y presidente del Gobierno en funciones, es: "Por qué tanta gente se mete contigo?". Rajoy lo contó anoche, durante el programa Quiero gobernar, de Tele 5, que conduce Ana Rosa Quintana, y lo repitió al final en otra versión con moraleja: "¿Por qué se meten tanto contigo si tú no les has hecho nada?". El líder del PP aclaró que le responde a su hijo que muchos de los que le critican lo hacen porque no comparten las cosas que hace o porque él tampoco las ha sabido explicar bien.

Luego, casi al final y sobre los futuros pactos poselectorales tras el 26-J y ante el enigma sobre qué hará si se repiten los resultados del 20-D, Rajoy aclaró que intentará "gobernar solo y en minoría". Aunque no es una opción que le guste mucho: "Si se repite todo no nos quedará más remedio que gobernar solos. ¿Se puede? sí, pero gobernar en minoría es muy difícil". El presidente en funciones apeló ahí "al sentido común y al buen juicio" para evitar ese escenario. Y sentenció: "Sí, creo profundamente que voy a ganar las elecciones y voy a ser el presidente".

Rajoy entró en el plató donde se grabó el programa sin que los cinco niños seleccionados de toda España, de entre siete y 12 años, lo supieran ni lo esperaran. Tocó a uno de los chavales a su espalda, para darle una sorpresa, y casi le provoca un síncope. El elegido fue justo el que luego confesó que si pudiera votaría al socialista Pedro Sánchez, pero eso fue una casualidad. Los niños, en general, se mostraron encantados y muy partidarios de la opción política de Rajoy y de su forma de ser. Esther, la más pequeña, de siete años, llegó a confesar: "Soy tu mayor fan".

En el PP tenían bastante precaución ante el desarrollo de esta intervención televisiva, por la que han pasado ya los demás candidatos. Creían que no era el perfil mejor para una persona como Rajoy, mayor, y poco dado a la espontaneidad. Temían las preguntas inesperadas y demasiado instantáneas. El líder popular no salió mal parado. Al contrario: los niños se disputaron al final una sesión de fotos, selfies y hasta autógrafos en el antebrazo del presidente en funciones para "presumir ante sus amigos".

Rajoy, claro está, no reveló en la entrevista ninguna novedad relevante. No era ese el cometido sino mostrarse de nuevo más cercano y campechano de lo que el plasma y la lejanía del despacho y el coche oficial le han retratado durante su mandato en La Moncloa. Ese objetivo se logró.

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El líder del PP optó así por no atacar ni muy duro ni muy blando a ninguno de sus rivales. Llegó a decir incluso que no se lleva tan mal como parece en la realidad con el socialista Pedro Sánchez, al que etiquetó en esta ocasión como adversario pero no como enemigo: "Nos llevamos bien, nos peleamos pero luego, en los momentos importantes, estamos todos como en la selección española".

Mariano Rajoy admitió que sigue sin hablar inglés, que la idea de resintonizar el himno del PP a ritmo de merengue no ha sido suya y apostó porque si los resultados así lo deciden el 26-J él está a favor de que sea "presidente el que digan los españoles que sea presidente". El máximo dirigente popular indicó a los niños que es el candidato y no Soraya Sáenz de Santamaría porque así lo decidió su partido al votarle para ese cargo y ante la cuestión fundamental de por qué hay tantos casos de corrupción en el PP se salió por la tangente: "Hay y hemos tenido casos de corrupción, nadie es perfecto, pero la inmensa mayoría de los políticos y de las personas son honradas, no todo es malo, la mayoría de la gente es buena". También argumentó que dinero negro es aquel "que nunca se declara a Hacienda".

Por si el programa no transcurría ya por un recorrido blando y suave, un presentador acudió a La Moncloa para hacerle algunas preguntas a la vicepresidenta y número dos del ejecutivo. Soraya Sáenz de Santamaría tuvo así la oportunidad de alabar como fortalezas del líder su "resistencia física y mental", su capacidad para relacionar distintas cosas entre sí y su intuición para saber "cuando algo te ronda la cabeza". La vicepresidenta catalogó como debilidades de su jefe que tiene una caligrafía horrorosa, su nula habilidad en la cocina y sus escollos con el inglés. También reveló que una boda la utilizó de DJ ochentera en la que triunfó la música de Alaska.

Cuando su hijo Juan le inquiere sobre por qué tanta gente se mete con él, Rajoy trata de justificar esas posiciones y también de tranquilizar a su vástago: "Tampoco hay que preocuparse mucho porque cuando deje de ser presidente ya no se meterán conmigo". Esa postura le sirvió al presidente para asegurar que a día de hoy sus dos hijos, Juan y Mariano (17), no quieren que deje la política.

En el capítulo de las promesas electorales, Rajoy se decantó porque no permitirá que suban en el futuro el precio de las gominolas dulces: "Las chuches no van a subir, van a bajar, ¿estamos todos de acuerdo?". Uno de los interlocutores, que ejerce el papel maquillado de miniRajoy, sacó entonces una minipancarta: "Las chuches, ni tocarlas". Rajoy, sin embargo, rechazó tanto afeitarse su barba como dejarse la coleta a lo Pablo Iglesias tras las elecciones del 26-J o inmiscuirse en la labor de los profesores, docentes y los padres cuando se le reclamó que bajara desde el Estado el nivel actual de los deberes escolares.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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