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Sánchez achaca el “desánimo” de sus votantes al pacto con Ciudadanos

El líder del PSOE afirma en Sevilla que el desaliento se debe a una falta de acuerdo con Podemos

Javier Martín-Arroyo
Pedro Sánchez y Susana Díaz, en Sevilla.
Pedro Sánchez y Susana Díaz, en Sevilla.PACO PUENTES

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha achacado este martes el “desánimo” que afecta a sus votantes a su pacto con Ciudadanos, la alianza frustrada con Podemos y el consiguiente fracaso para formar Gobierno tras las elecciones del 20-D. Ante el panorama sombrío que dibuja el posible sorpasso de Unidos Podemos, según las encuestas, la presidenta andaluza, Susana Díaz, ha arropado esta mañana a Sánchez en Sevilla, donde el candidato ha recalcado que su único enemigo el 26-J es la abstención.

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Sánchez ha atribuido el desaliento de su electorado al viraje al centro que supuso su pacto con Ciudadanos para intentar lograr un Gobierno tras el 20-D. “Logramos un acuerdo con una formación política ajena a nuestro ideario como es Ciudadanos. Y con aquellos con los que tenemos más semejanzas [en referencia a Podemos] no logramos ese entendimiento, no logramos ese acuerdo por el bloqueo y por anteponer los sillones a las soluciones de su líder”.

El líder socialista ha reconocido que tras el rechazo de la segunda votación en su intento de investidura, se planteó tirar la toalla en un momento de flaqueza: “Después de la segunda votación en contra, apoyada por Rajoy e Iglesias, yo también me pregunté si merecía la pena seguir intentando ese segundo Gobierno del cambio. Hoy tenemos más argumentos para lograrlo. El desafío del partido socialista es acudir a votar, vencer la abstención”, ha afirmado en los desayunos de Europa Press celebrados en Sevilla, un feudo tradicional del partido.

Sánchez analizó la temperatura de sus votantes con un discurso positivo y cierta autocrítica. Y lo hizo rodeado de la plana mayor del PSOE andaluz, conscientes todos de que los presagios a la baja de los sondeos hay que combatirlos con la movilización del electorado más fiel. Sánchez ha definido a Díaz como su “compañera y aliada” y esta devolvió el piropo a un político “generoso y valiente, que sabe lo que quiere y cómo lo puede conseguir”. Los elogios mutuos han dejado claro que la consigna actual es arrimar el hombro para mantener arriba el listón de diputados, también en Andalucía, comunidad con más representación en las Cámaras —61 diputados y 32 senadores—.

Díaz ya avisó hace tres semanas de que al PSOE solo le vale la victoria en los comicios. Pero esta mañana no ha habido rastro de anteriores tensiones y ambos se han regalado buenas palabras para la dura tarea de romper ese “desencanto” de sus fieles las próximas tres semanas.

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La batalla en Andalucía será dura y si Sánchez se juega mantener o aumentar los 22 escaños obtenidos hace seis meses, el PSOE andaluz se arriesga a perder las elecciones que ganó por la mínima al PP (22-21) y por tanto reivindicar su pujanza como Gobierno de izquierdas ganador. La amenaza de la subida de Unidos Podemos puede minar seriamente los diputados de los socialistas en esta comunidad, aunque el 20-D la formación morada se mantuvo a gran distancia del PSOE con 10 diputados.

Está por ver la influencia del procesamiento de los expresidentes de la Junta Manuel Chaves y José Antonio Griñán sobre el electorado andaluz. La posibilidad —más real desde hace una semana— de que ambos líderes históricos del partido se sienten en el banquillo de los acusados supone un bajón moral para los socialistas, necesitados de inyecciones anímicas.

Como prueba de que la inculpación de los expresidentes por el caso ERE escuece en el partido, esta mañana Sánchez ha rechazado haber sentido “desapego” hacia ambos expresidentes federales del PSOE cuando se definió como un político “limpio” con un Gobierno de “honradez intransigente”. “Si ha sido así, lo lamento”, ha matizado en la capital andaluza.

Sobre los posibles pactos tras las elecciones, el líder socialista ha rechazado aventurarse sobre las combinaciones, pero sí ha avanzado que volverá a someterlos a un referéndum entre la militancia, para así darles legitimidad. De este modo volvía a alejarse de otorgar poder decisorio a los barones y apostar por las bases para rubricar las alianzas a derecha o izquierda e intentar formar Gobierno tras el 26-J.

En paralelo, Díaz ha reclamado que la reforma federal de la Constitución garantice el respeto al máximo techo de competencias que Andalucía logró con el referéndum de acceso al autogobierno, celebrado el 28 de febrero de 1980. “El 28F no es la solidaridad, sino un paso más, la garantía de la equidad y la igualdad”, ha dicho. Mientras que Sánchez ha prometido a la presidenta un Gobierno “aliado” de Andalucía, esta le ha pedido que lidere “un nuevo proyecto de país, un club al que todo el mundo quiera pertenecer”, para así garantizar la igualdad de oportunidades en todas las comunidades autónomas.

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Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

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