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Condenados por inventarse un falso jeque árabe para cortejar y estafar a una mujer

La víctima, médica en Marbella, perdió unos 800.000 euros tras ser contactada por internet

Imagen de Puerto Banús, donde los condenados concertaron una cita con la víctima.
Imagen de Puerto Banús, donde los condenados concertaron una cita con la víctima.JULIÁN ROJAS

Contactó con ella a través de Facebook y se presentó como sheikh (jeque) Mohammed bin Rashid Al Makhoum, el primer ministro de Emiratos Árabes Unidos. La víctima, médica de Marbella, aceptó su petición de amistad en la red social. Estuvo halagándola y cortejándola poco a poco, hasta el punto de pedirle matrimonio, y logró que ella realizara varias transferencias bancarias que sumaron unos 800.000 euros. Pero en realidad no existía ningún jeque: eran dos ciudadanos nigerianos que ahora han sido condenados por la estafa. Otras personas también estaban involucradas en el timo, pero no han sido identificadas.

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La Audiencia de Málaga condenó a cuatro años y medio de prisión a Wilson O. por un delito continuado de estafa y con dos años de cárcel a Cristopher E. por blanqueo de capitales, por su participación en estos hechos. El Tribunal Supremo ha confirmado este mes de diciembre la sentencia.

Todo comenzó en marzo de 2014, cuando alguien que se identificó como el primer ministro de Emiratos Árabes contactó con la víctima. Ella lo aceptó en Facebook y empezó a recibir un rosario de halagos, hasta el punto de que el falso jeque le pidió matrimonio y dijo que si aceptaba su propuesta, "su vida cambiaría y le compensaría dejar su trabajo", según consta en la sentencia.

Los mensajes a través de la red social fueron constantes y hubo un momento en que, con el objetivo de convencerla de que el idilio era real, la relación continuó por videoconferencia a través de Skype. Para no levantar sospechas, los estafadores utilizaron una herramienta informática, manipulada, en la que la voz del ciberdelincuente coincidía con la imagen de la autoridad de Emiratos Árabes, así que la conversación transcurría "de forma coherente, espontánea y perfectamente creíble".

El falso primer ministro dedicaba "continuos mensajes de afecto y amor, con el propósito de vencer en ella su racional resistencia y conseguir ganarse su profunda confianza para así obtener dinero bajo las más insospechadas excusas", resalta el fallo del tribunal. Las transferencias de dinero comenzaron apenas un mes después de iniciado el contacto virtual. La víctima realizó dos transferencias bancarias, de 25.000 euros cada una, y el beneficiario en uno de los casos fue Cristopher E.

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El supuesto enamorado le dijo a la doctora que ese dinero iría destinado a ayudar a "sirios inocentes que morían en la guerra" y, ante la desconfianza de ella, apuntalaba su argumento en que él no podía involucrarse directamente porque "se traba de un asunto político entre naciones". Si adelantaba el dinero, le comentó a su enamorada, la compensaría con una donación de 1.5 millones de euros. Pocos días después, la víctima entregó otros 50.000 euros en mano a Wilson O. en un encuentro concertado en Puerto Banús por el falso jeque.

Mundial de fútbol

La donación prometida a la mujer subió entonces a dos millones de euros, pero el estafador le comentó que, para que pudiera recibirla, debía abonar una serie de tasas e impuestos. La mujer realizó en poco más de un mes cinco trasferencias por un total de 650.900 dólares y, después de eso, el falso jeque concertó una cita en persona en Madrid a la que no se presentó. Se excusó diciendo que iba a la inauguración de Mundial de Fútbol (se celebró en Brasil) y que el dinero que le había prometido (en ese momento, la suma ya ascendía a cinco millones de euros) se lo enviaría a través de una agencia de seguridad privada.

A partir de ahí se descubrió el engaño. La víctima se puso en contacto con la Embajada española en Dubai para pedir la devolución de las supuestas tasas que había pagado y entonces se dio cuenta de que había sido estafada. La detención de uno de los condenados se llevó a cabo gracias a un plan urdido por la policía con la participación de la doctora.

El tribunal recuerda que este tipo de timos se han denominado romance scam, un ardid que ocurre "con relativa frecuencia en Internet", aunque en la mayoría de los casos "los afectados no denuncian ante la vergüenza que les puede provocar haber sido víctima de este engaño y la posibilidad de ser objeto de bromas".

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