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Podemos da por hecho el ‘sorpasso’ y se dirige ahora al 30% de indecisos

La alianza con IU tiene el objetivo de mejorar el resultado en las pequeñas provincias, según la dirección

Francesco Manetto

La dirección de Podemos da por hecho que el próximo 26 de junio la coalición electoral con Izquierda Unida superará al PSOE, al menos en votos, y su estrategia se centra ahora en captar al 30% de votantes indecisos. Según las encuestas que maneja la cúpula del partido, el resultado ha mejorado sensiblemente tras sumar a la federación de izquierdas. Esa es precisamente una de las razones que llevó incluso al sector más reacio a aceptar un pacto entre Pablo Iglesias y Alberto Garzón.

El líder de Podemos, Pablo Iglesias.
El líder de Podemos, Pablo Iglesias.SAMUEL SÁNCHEZ

Uno de los objetivos pragmáticos de la colaboración con IU, una organización con historia y arraigo en el territorio, sobre todo en Andalucía, es el de imponerse en las ciudades pequeñas y provincias con menos representación, según han explicado fuentes de la dirección del partido emergente. En muchas de esas circunscripciones, por efecto de la ley electoral, si Podemos mejora su resultado llegaría a competir por el segundo escaño con el PP, dejando atrás al PSOE.

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Según el último sondeo de Metroscopia para EL PAÍS, publicado el domingo, la formación de Iglesias se situaría como segunda fuerza con tres puntos de ventaja con respecto a los socialistas. En la cúpula de Podemos aseguran que son todavía prudentes sobre ese dato, pero sí dan por descontado que la alianza superará al PSOE en votos, y muy probablemente también en escaños, según el tipo de campaña. El 20 de diciembre la formación y sus alianzas territoriales se quedaron a 350.000 votos del PSOE. Sánchez logró 90 escaños e Iglesias 69. Según los datos que manejaba Podemos incluso antes de fraguar la alianza con IU, la coalición aspiraba a alcanzar al menos unos 85 diputados en el Congreso. Y sobre la base de ese cálculo, los dos socios se repartieron los puestos en las listas.

En la campaña, en cualquier caso, Podemos mira a ese 30% de votantes indecisos y al voto no estrictamente urbano, lo que siempre ha sido una de sus bazas electorales. Para ello, se dirigirán al sector de los mayores de 55 años, tradicionalmente más conservador y cercano al PP. También se fijará en las llamadas "viejas clases medias". Es decir, pequeños y medianos empresarios, autónomos o agricultores. Esto es, un sector del electorado muy arraigado en las pequeñas ciudades.

Se trata de una franja de votantes en la que el pasado 20-D la formación despertó más recelos: en ese electorado solo le votó un 12,6%, muy por debajo de la media, que rondaba el 20%, de las nuevas clases medias de trabajadores asalariados e incluso de profesionales y directivos.

Por esta razón, la campaña electoral del 26-J estará centrada también en la búsqueda del voto de la clase media. La formación defenderá, según recoge su programa electoral, algunas medidas dirigidas a las pymes y a los autónomos. Por ejemplo, "un régimen de segunda oportunidad y un proceso simplificado de reestructuración y cancelación de deudas, tanto para personas físicas como jurídicas, que realmente las libere de deudas pasadas una vez que la situación de quiebra es efectiva", incluidas las deudas con la Seguridad Social y Hacienda. Podemos se compromete, además, a elaborar la figura del "autónomo de responsabilidad limitada", de forma que estos "respondan a las deudas con los bienes profesionales que ellos decidan asociar a su actividad y no con todo su patrimonio".

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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