_
_
_
_
_

Adam Michnik, periodista honesto y luchador por la democracia

El intelectual polaco jugó un papel fundamental en la llegada de la democracia a Europa Oriental

Guillermo Altares
Adam Michnik
Adam Michnik

El periodista polaco Adam Michnik (Varsovia, 1946), galardonado este martes con el premio Ortega y Gasset que otorga EL PAÍS a su trayectoria profesional, encarna una clara demostración del poder transformador que la combinación de periodismo, valentía y honestidad pueden tener sobre un país. Este antiguo disidente, histórico director del diario Gazeta Wyborcza, ha sido un personaje fundamental en la lucha de Polonia por la democracia y, a la vez, un extraordinario periodista, un intelectual siempre comprometido con la libertad.

Michnik, que ha viajado con mucha frecuencia a España y conoció a los actores de la transición a la democracia, fue miembro del Sindicato Solidaridad y pagó su militancia política con varias estancias en la cárcel, desde sus tiempos de universitario a finales de los años sesenta. Pese a haber sido víctima de la ferocidad represiva del régimen, siempre fue un enorme defensor de la reconciliación y se mostró contrario a utilizar el pasado como arma arrojadiza. "Los procesos de memoria histórica son muy complejos, por eso hay que acercarse a ellos con un escalpelo. Si se usa un hacha, nos exponemos a un conflicto grave", comentó Michnik en una entrevista con EL PAÍS en 2013 cuando presentó su ensayo En busca del significado perdido (Acantilado).

Más información
La UE actúa como si fuese Suiza
El pueblo ucranio no merece esto
¡Dejad en paz a Walesa!
España, gran escuela para los polacos

Su compromiso no terminó con la llegada de la democracia a Polonia y ahora se ha convertido en un duro crítico del Gobierno de su país, en manos del partido ultraconservador Ley y Justicia, de los reflejos autoritarios que acechan en Europa del Este, con el resurgir del antisemitismo incluido, pero también del creciente poder que la Rusia de Vladímir Putin ejerce sobre Europa Oriental.

En un artículo publicado en julio de 2014 en EL PAÍS, un diario con el que colabora desde los años ochenta, escribía: "Europa guarda silencio ante la agresiva política imperialista del presidente ruso, Vladímir Putin. Occidente tolera tácitamente su política provocadora que viola de manera explícita la soberanía de otras naciones".

Michnik, que ha recibido numerosos premios internacionales por su trayectoria periodística pero también por su defensa de los derechos humanos, nunca ha dejado de ejercer de conciencia crítica de su país y de la Europa Actual. En un reciente ensayo sobre Stendhal, este periodista escribió: "Hoy no existe en nuestro mundo un gran ideal de libertad, igualdad, fraternidad. No hay ningún Napoleón entre nosotros que nos prometa la gloria. No creemos ya en el hombre providencial. Nos hemos curado de nuestra confianza en la justicia absoluta. Pero eso no significa que aceptemos el fraude universal ni la injusticia absoluta". Como se puede ver, Michnik no está dispuesto a rendirse.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Guillermo Altares
Es redactor jefe de Cultura en EL PAÍS. Ha pasado por las secciones de Internacional, Reportajes e Ideas, viajado como enviado especial a numerosos países –entre ellos Afganistán, Irak y Líbano– y formado parte del equipo de editorialistas. Es autor de ‘Una lección olvidada’, que recibió el premio al mejor ensayo de las librerías de Madrid.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_