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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Nuevas elecciones, más frustración

La ciudadanía ve difícil conseguir en tres semanas lo que no se ha logrado en 12: tres de cada cuatro españoles piensan que habrá que volver a las urnas en verano

La mayoría de la población española no quiere nuevas elecciones, quiere Gobierno. Pero una cosa es querer y otra ser querido. Los partidos, por ahora, no logran corresponder. Hasta la propia ciudadanía ve difícil conseguir en tres semanas lo que no se ha podido lograr en 12: tres de cada cuatro españoles piensan que habrá que volver a las urnas en verano. Reconocen que alcanzar un acuerdo no es fácil y por eso no desiste en su reclamo: los partidos deben ceder todo lo que sea necesario (lo dicen dos de cada tres). La encuesta de Metroscopia publicada el pasado domingo en EL PAÍS parece indicar que la paciencia tiene un límite y, si se desborda, trae consecuencias.

Una de ellas es que el electorado es susceptible en parte de desmovilizarse. La decepción que pueda suponer la noticia de una repetición de las elecciones podría traer consigo una menor participación: según el sondeo solo iría a votar con total seguridad el 69%, seis puntos porcentuales menos que hace un mes y cuatro menos que en diciembre.

Aún es pronto pero, de sostenerse esta tendencia, un escenario de este tipo solo beneficiaría al PP: la intención de votar a los populares registra un aumento de casi cuatro puntos porcentuales si la participación es más baja que el 20-D. Para el resto de los partidos, las diferencias apenas superarían el punto porcentual (es el caso de Podemos e Izquierda Unida) o serían prácticamente insignificantes (el de PSOE y Ciudadanos).

La frustración con la situación política es casi absoluta: el 94% de la ciudadanía dice que es mala (el dato más alto registrado en la serie histórica y, por tercer mes consecutivo, peor que el de la economía —77%—). Asimismo, el azul parecería ser el único color que ganaría intensidad si la decepción se traduce en desgana por votar. La preferencia no es que haya elecciones ni, tampoco, una vuelta al bipartidismo: la mayoría (70%) respalda el actual sistema multipartidista y solo un 27% expresa añoranza por la época de los dos grandes partidos.

La salida demandada sigue siendo negociar y ceder. Nada nuevo, pero el tiempo se acaba.

Francisco Camas es analista de Metroscopia.

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