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Último llamamiento de Pedro Sánchez a “regenerar España”

El líder socialista se enfrenta a la segunda votación con críticas a Rajoy por renunciar a someterse a la investidura

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, este viernes.
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, este viernes.uly martín

Pedro Sánchez ha hecho este viernes un último llamamiento a "salir del bloqueo y desgobierno institucional" en su última intervención de debate de investidura. El líder socialista ha invocado de nuevo el "Gobierno del cambio" con apoyo de todos los partidos, salvo el PP, para "regenerar las instituciones" y "hacer realidad el cambio". "Voten sí al cambio", ha dicho.

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Sánchez ha introducido en sus 10 minutos de intervención críticas duras a Mariano Rajoy por haber declinado el ofrecimiento del Rey para someterse a la investidura. Ha hablado de la "huida de Rajoy de sus responsabilidad institucionales, llevando a un periodo de incertidumbre y bloqueo".

"Acepté el encargo consciente de contribuir a que todo volverá a funcionar con normalidad democrática", ha añadido Sánchez, antes de hacer un breve resumen de su programa, contenido en el acuerdo con Ciudadanos. Según ha dicho, es el resultado del acuerdo de 130 diputados para encontrar los puntos de acuerdos, con coherencia con lo que defiende su partido.

Como última invocación al voto del cambio del resto de partidos, Sánchez ha asegurado: "Todos sabemos que la mayoría de ustedes están de acuerdo con estas medidas". Para eso ha llamado a defender el "interés general" y que debe cumplir tres condiciones: surgir del acuerdo, reunir partidos de diferentes ideologías y contar con la participación del PSOE".

El objetivo según ha dicho es evitar la repetición de elecciones y que Rajoy salga de La Moncloa. "Quiero limpiar a España de la corrupción, que es un veneno que debilita nuestra democracia" y "también de la utilización partidista de las instituciones", ha añadido Sánchez, al enumerar algunas de sus propuestas sobre este asunto. Y ha hablado expresamente de derogación de las leyes del PP, para "sacudirse" de esas normas.

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Sánchez ha intervenido en la última sesión del pleno de su investidura, para la que no está previsto que logre la mayoría suficiente para ser investido presidente del Gobierno, lo que abriría una etapa insólita en la política española. El martes no alcanzó los 176 votos suficientes para la mayoría absoluta y este viernes podría repetir idéntico resultado: los 130 votos frente a 219 y una abstención, muy lejos de la mayoría simple requerida.

Rajoy e Iglesias

Rajoy le ha vuelto a contestar con dureza, con expresiones como "farsa, engaño y fraude" y una acusación dura: haber utilizado las instituciones a su favor "y eso también es corrupción". El presidente del Gobierno en funciones ha acusado a Sánchez de sectarismo por decir a Podemos que la peor de sus medidas es mejor que la mejor del PP.

Pablo Iglesias ha dedicado el inicio de su intervención a hablar del beso que se dio en el hemiciclo con el portavoz de Ahora en Comú y al supuesto interés de una diputada del PP por un parlamentario de su grupo.

A continuación, Iglesias ha defendido la idea de Gobierno de izquierda con abstención de independentistas y con mano tendida para un Gobierno "a la valenciana", es decir, de coalición.

"A partir de esta noche pongámonos a trabajar", ha dicho el líder de Podemos, con referencia a la preocupación de "las oligarquías". "Atrévase, señor Sánchez", le ha dicho al líder del PSOE.

"Ojalá el acuerdo al que lleguemos pueda llamarse el "acuerdo del beso"", ha terminado. Tan suave estuvo Iglesias que pasó de la “cal viva” al “acuerdo del beso”.

Albert Rivera (Ciudadanos) ha pedido apoyo al acuerdo y ha arremetido contra Podemos poniéndolo en contraste con lo que hizo el PCE en la Transición y pidiendo "altura de miras".

El secretario general del PSOE se convertiría así en el primer político que se presenta a una investidura y no la obtiene en la historia constitucional. También era el primero que se presentaba a un debate de este tipo sin apoyos suficientes y la primera vez en democracia que el Congreso presenta una fragmentación que hace muy difícil elegir un presidente, con mayorías alternativas, y que, en todas las hipótesis de acuerdo, salvo en la de la gran coalición, requiere pactos de más de dos partidos.

El socialista tiene asegurado el apoyo de los 90 diputados de su grupo, los 20 de Ciudadanos y la abstención de Ana Oramas, diputada de Coalición Canaria, frente al resto de la Cámara. El pacto que firmaron Pedro Sánchez y Albert Rivera no ha logrado ningún apoyo más que el de los grupos a los que pertenecen los dos.

La única diferencia respecto a la situación anterior al debate que se inició el martes es que el reloj constitucional se ha puesto en marcha y, de forma automática, en mayo se convocarán nuevas elecciones para el 26 de junio si antes no se designa a un presidente del Gobierno. Nada impide que Sánchez pueda volver a ser propuesto por el Rey si logra apoyos suficientes, ni que Mariano Rajoy pueda someterse a la investidura, aunque declinara en una ocasión el encargo del monarca. Incluso, cualquier otro candidato que tenga apoyos puede ser propuesto.

Otra diferencia notable es que antes la mayoría más numerosa era la de los 123 diputados elegidos con las siglas del PP, mientras que ahora es la de los 130 que suman el PSOE y Ciudadanos, si es que consideran vigente el acuerdo que han sometido a la Cámara.

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