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Ciudadanos negocia con el PSOE medidas que atraigan al PP al pacto

El partido de Rivera defiende medidas "moderadas" en política fiscal y económica que coinciden con las del partido de Mariano Rajoy

Juan Marín, Albert Rivera e Ignacio Aguado, el sábado en Madrid.
Juan Marín, Albert Rivera e Ignacio Aguado, el sábado en Madrid. Bernardo Perez
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Ciudadanos afronta el final de la negociación de un hipotético pacto con el PSOE sabiendo que no puede contener fórmulas incompatibles con el PP. “No puede haber contradicciones”, dijeron fuentes de la Ejecutiva de Albert Rivera. La formación cree que acordar medidas “moderadas” como no subir los impuestos ni derogar la reforma laboral “simplemente” para volver al modelo del expresidente Zapatero es la clave para defender su propio programa e intentar atraer luego al PP a un pacto a tres. No hay escollos insuperables para llegar a un acuerdo programático, según la visión del PSOE que exhibe un indisimulado optimismo.

Los 40 votos de Ciudadanos son insuficientes para hacer presidente al socialista Pedro Sánchez. El PP, que tendría que abstenerse para que gobierne el PSOE, se niega a un pacto que no tenga como meta hacer a Mariano Rajoy presidente. Sin embargo, Ciudadanos espera abrir negociaciones con el partido de Génova la próxima semana, y no descarta llegar a esa cita tras haber cerrado un acuerdo con el PSOE. El partido de Rivera es explícito en sus intenciones: según fuentes de su Ejecutiva, espera que un hipotético pacto con los socialistas incluya los suficientes contenidos coincidentes con las páginas del programa de los populares como para hacer un acuerdo a tres irrechazable para Rajoy.

“Si al final hay un acuerdo, creo que será lo suficientemente moderado en cuanto a políticas económicas y políticas fiscales, y a su vez lo suficientemente innovador y atractivo, como para que el PP tenga que decidir si se suma a ese acuerdo de cambio tranquilo al que estamos intentando llegar”, valoró José Manuel Villegas, jefe de gabinete de Albert Rivera.

A PSOE y Ciudadanos les separa la política fiscal, el sistema laboral o el contenido de una reforma institucional. El entendimiento entre estos dos partidos sería más fácil si luego Ciudadanos no pretendiera sumar a un tercero, porque “sería más fácil abrir la mano”, según fuentes consultadas. Sin embargo, el propio Rivera ha puesto una línea roja en evitar la subida de impuestos que considera el PSOE, y que sería inasumible por el PP. Al tiempo, se opone a derogar la reforma laboral de Rajoy si no es para ir a un modelo que combata la dualidad del mercado laboral (contratos fijos y temporales). Finalmente, los dirigentes de Ciudadanos celebran que ya se haya cerrado con los socialistas un paquete de medidas de regeneración que incluye una propuesta del PP que en su día no apoyó el PSOE: suspender a los cargos públicos si se abre juicio oral contra ellos.

Le ejecutiva de Rivera trata la política de pactos

La ejecutiva de Ciudadanos se reúne este domingo en Madrid para tratar, entre otras cosas, la marcha de las negociaciones con el PSOE para conseguir un pacto de legislatura. Aunque la formación lleva meses defendiendo que “en ningún caso” votará a favor de investir como presidente al candidato de otro partido, el debate sobre la posibilidad de que Ciudadanos apoye a Pedro Sánchez, si los dos partidos alcanzan un acuerdo, ya está sobre la mesa. Eso, sin embargo, divide al máximo órgano directivo del partido. “Votaremos en contra [de Sánchez] o nos abstendremos. Eso no se ha modificado”, dijo el miércoles José Manuel Villegas, vicesecretario general de Ciudadanos, tras reconocer avances significativos aunque también escollos en la negociación. “Nuestra postura a día de hoy no ha cambiado”.

Ese “a día de hoy” abre la puerta a que Ciudadanos vote a favor de Sánchez si así lo decide la ejecutiva antes del 3 de marzo, fecha de la votación de investidura. Los dirigentes de la formación que están a favor de esa posibilidad valoran ahora cómo afrontar un camino lleno de espinas. Primero, tiene que confirmarse que hay acuerdo con el PSOE. Segundo, deben encontrar una explicación para que Rivera defienda una postura contra la que ha argumentado repetidamente. Tercero, tienen que seleccionar el momento adecuado: la suma de Ciudadanos, PSOE y Coalición Canaria (131 votos) no da para hacer a Sánchez presidente, y entienden que el desgaste que implicaría cambiar de posición no debe afrontarse hasta que se confirme si un cuarto partido asegura que Sánchez llega a La Moncloa. Finalmente, hay dirigentes que aún razonan con la calculadora: si Ciudadanos consigue embarcar al PP en el pacto, su voto afirmativo no será necesario; si no, será intrascendente.

Medidas anticorrupción

“No habrá ningún acuerdo de Gobierno del que la regeneración democrática no forme parte”, aseguró este sábado Rivera. “Sea cual sea la fórmula, la lucha contra la corrupción es una condición sine qua non”, argumentó. “Si el PSOE y el PP están dispuestos a entornar el mea culpa, hablaremos”.

Así, Rivera anunció este sábado que su partido impulsará una acción conjunta en el Congreso, los Parlamentos autónomos y los Ayuntamientos en los que tiene representación para homogeneizar los reglamentos que rigen las comisiones de investigación, permitiendo que en todas se puedan dar votos particulares y que solo sea necesario un tercio de los representantes para su formación.

J. J. M., Madrid

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Catorce millones

Los negociadores del PSOE presentan una ostensible resistencia a extenderse en las políticas que les separan del partido de Albert Rivera y prefieren enfatizar sobre la buena marcha de las negociaciones. Aunque los socialistas exhiben que su planteamiento de negociación “a derecha e izquierda” se mantiene inalterable, sí se aprecia una clara predilección por acercarse a Ciudadanos. El PSOE busca “acuerdos transversales” porque no quiere fiar toda su suerte a que pueda haber un acuerdo con Podemos, en el caso de que eso fuera finalmente posible.

Los números, no obstante, no salen para que Pedro Sánchez pueda resultado investido presidente del Gobierno el sábado cinco de marzo, al descartarse del todo la primera votación del 3 de marzo en la que se requiere mayoría absoluta. ¿Qué busca el PSOE?. ¿ Con quién cree que puede pactar?. Las respuestas del estrecho grupo que rodea a Pedro Sánchez no es contundente porque, en efecto, las cuentas aún no salen pero sí “van en serio” cuando aseguran que las negociaciones a varias bandas buscan que Sánchez sea presidente, “pero no a cualquier precio”, añaden.

La demostración de que Sánchez no abandonará las banderas socialdemócratas ni los principios “de moderación” que caracterizan a un partido de gobierno, la exhiben a través del documento de respuesta a Podemos. No aceptan saltarse las políticas comprometidas con la Unión Europea ni tampoco las que afectan a las libertades y a los principios de separación de poderes. Las fuentes consultadas señalan que además de no querer separarse del camino que les lleva a confluir con Ciudadanos, los postulados de Podemos rechazado por el equipo negociador del PSOE violentan esquemas y principios del partido que dirige Pedro Sánchez.

El acercamiento al partido de Rivera se ha incrementado después de muchas horas de reunión. Ayer casi todo el día, así como el viernes en el que los negociadores de ambos partidos abandonaban el Congreso pasadas las once de la noche. En ningún caso el PSOE aceptará el veto que Podemos pone a Ciudadanos al no querer que participe en la nueva mayoría, señalan en el equipo negociador de Pedro Sánchez que suma a “catorce millones de españoles” que han votado “cambio”. Esa cifra la invocó ayer el portavoz del equipo negociador del PSOE, Antonio Hernando en clara referencia “a los once millones” de los que habla Podemos, al excluir los apoyos del partido de Rivera.

Nadie, en cualquier caso, se llama a engaño. Sánchez se presenta a la votación de investidura el 3 de marzo. Ciudadanos cree que las negociaciones pueden durar meses.

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