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Santamaría y Cospedal arropan la actual posición del líder popular

El partido aplaza el debate sobre el liderazgo interno de Rajoy hasta comprobar si se repiten las elecciones

Javier Casqueiro
Rajoy con Cospedal en la reunión del Comité de Dirección del PP, este lunes.
Rajoy con Cospedal en la reunión del Comité de Dirección del PP, este lunes.Tarek (EFE)

Lo hizo tras la primera consulta con el Rey y lo repitió anoche tras la segunda. Mariano Rajoy llamó entonces a la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, quien estaba en la sede central del partido dispuesta a partir para participar en una ejecutiva regional de los populares en Guadalajara, y le pidió que fuese a La Moncloa. Hizo lo mismo con su vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. Anoche quiso repetir la misma escena. Entró primero en la sala su jefe de gabinete, Jorge Moragas, luego Cospedal y más tarde Santamaría. No había sucedido hasta ahora en toda esta legislatura y no fue un gesto casual.

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Rajoy quiere cuidar especialmente en estos momentos su relación con el PP y con su equipo de máxima confianza. Sabe cuáles son las quinielas sobre su sucesión que proliferan en muchos medios de comunicación y entre algunos dirigentes de su partido, nerviosos ante la incertidumbre actual.

Rajoy conoce bien al PP. Tiene 60 años y empezó a pegar carteles con 22. Escoltó en su día a Manuel Fraga, el autoritario patrón fundador, y luego a José María Aznar, quien le nombró sucesor a dedo y con el que hace tiempo que desconectó. Sabe que el suyo es un partido presidencialista y de liderazgos fuertes, sobre todo mientras está en el poder. Pero ahora se halla a punto de perderlo. Y aunque nadie se ha atrevido aún a plantear críticas o a cuestionar su candidatura en público, Rajoy también entiende que la presión resulta máxima.

Ningún dirigente de la actual cúpula popular ha planteado en ninguna reunión interna la hipótesis de una candidatura alternativa o de una retirada voluntaria de Rajoy en estos momentos o incluso ante unas futuribles nuevas elecciones. Ese debate no se ha registrado en el partido.

Rajoy no ha convocado ni ha llamado a los pocos dirigentes autonómicos del PP que se pueden catalogar actualmente como barones territoriales con poder para influir o solo para opinar. Ni siquiera ha consultado con ellos la posición que expresó al Rey en la primera ronda política, cuando declinó el ofrecimiento del Monarca, ni la que mantuvo anoche, cuando ni recibió ya esa deferencia.

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El círculo de máxima confianza de Rajoy ante esta situación se ha reducido al máximo. En La Moncloa intercambia algunas ideas con la vicepresidenta y en el partido con Cospedal y con Javier Arenas, su amigo y el vicesecretario de Política Autonómica y Municipal. En sus viajes y visitas a distintos territorios en estas semanas sí ha conversado informalmente con algunos presidentes regionales. De todos ha escuchado la misma posición. En el PP creen que Rajoy se merece una segunda oportunidad si al final se repiten las elecciones y la discusión sobre el liderazgo se aplaza hasta entonces.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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