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Liberadas tres monjas bajo amenazas en un convento

Una de las mujeres consiguió escapar y denunció el cautiverio en la Comisaría de Santiago

El Arzobispado de Santiago ha negado la retención ilegal. ATLASFoto: atlas

Contra su voluntad, amenazadas y coaccionadas. Así han permanecido en los últimos años en el céntrico convento de clausura de las Mercedarias de Santiago tres monjas que el pasado sábado consiguieron poner fin a su cautiverio, según han declarado las religiosas. Agentes de la policía nacional han liberado a las tres mujeres, originarias de la India, después de que una de ellas consiguiera, según su testimonio, burlar la seguridad del convento y acudir a a Comisaría de la Policía Nacional para denunciar su retención y la de otras compañeras, como ha adelantado eldiario.es. Las religiosas se han acogido al protocolo de víctimas de violencia machista y han sido alojadas en una casa de acogida.

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El Arzobispado de Santiago niega la retención ilegal de las religiosas, si bien reconoce que tanto las tres que han abandonado el centro con custodia policial como otras dos, que han decidido permanecer en el convento, habían iniciado hace meses el proceso canónico de dispensa de votos. Un trámite largo, sostiene la Iglesia, que se ha visto interrumpido por la denuncia.

"No se retiene a nadie contra su voluntad; este es un proceso vocacional", señala el Arzobispado que precisa que las tres monjas que han denunciado la retención ilegal "viajaron este verano como cada año a la India y regresaron al convento; podían no haberlo hecho".

Las dos religiosas que han decidido permanecer en el centro no han renunciado al proceso de dispensa de votos. Las tres monjas liberadas por la policía habían iniciado los trámites oficiales para su exclaustración hace año y medio, tras regresar de un viaje a su país de origen. El Arzobispado de la Diócesis de Santiago reconoce a través de una nota de prensa que no solicitaron oficialmente la dispensa de los votos hasta después de Navidad y que la superiora dio curso a la solicitud el pasado 14 de este mes. El trámite quedó concluido el pasado día 21, sostiene el Arzobispado expresando su "sorpresa" por la denuncia judicial y poniéndose, junto con la comunidad mercedaria, a disposición de las tres religiosas para "cuanto puedan necesitar en tanto retoman su nueva vida" fuera del convento

La Iglesia hace hincapié en las "singularidades" de la vocación de la clausura por lo que supone de "renuncia, austeridad, rotación en los trabajos comunitarios, oración y tiempos de silencio" realizados "con una entrega radical", pero puntualiza que ello no implica una restricción o carga "más allá de lo aceptado" por las religiosas al profesar en la orden. Junto a ello, puntualiza que una de las monjas procedente de la India decidió hace dos años abandonar la comunidad tras una visita a su país de origen y asegura que los trámites de exclaustración se realizaron "con toda la celeridad" y su dispensa de votos quedó concluida el pasado marzo.

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La versión del Arzobispado contrasta con la de la Policía Nacional que sostiene que una exmonja denunció en la Comisaría de Madrid que varias de sus antiguas compañeras querían abandonar el convento y no lo conseguían. Asegura la policía que, tras tomarles declaración mediante citación judicial, tres de ellas manifestaron su deseo de abandonar el convento sin esperar a la resolución del trámite.

Tras recibir el viernes el atestado de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras, la titular del Juzgado de Instrucción 1 de Santiago autorizó un dispositivo para comprobar si las mujeres que viven en el convento compostelano lo hacen por voluntad propia. Después de hablar con algunas de las extranjeras, tres de ellas manifestaron su voluntad de abandonar el centro, lo que hicieron ese mismo día acompañadas por la comitiva judicial.

Fuentes judiciales sostienen que, por el momento, no ha sido detenida ninguna persona ni ha sido citado nadie a declarar. Tampoco se ha aclarado el motivo por el que otras dos mujeres, originarias también de la India y con permiso de residencia, que vivían en ese mismo convento fueron deportadas en 2011, ni si las que, ahora, han decidido abandonarlo tenían acceso a la información para poder salir libremente.

Una vez que decidieron irse, la policía tuvo que pedir a la congregación los pasaportes. En sus declaraciones, las monjas explicaron que conocían el trabajo que la congregación hacía en la India, que era una labor social y educativa, y que entendían que "iba a ser igual" en España, sostiene Europa Press que cita fuentes judiciales. Las mujeres llegaron a la congregación compostelana procedentes de la India hace unos 15 años, cuando todavía eran menores de edad. De sus declaraciones judiciales se desprende que eran advertidas de la posible deportación si abandonaban el convento. De hecho, el Juzgado de Instrucción número 1 de Santiago investiga en qué condiciones y bajo qué motivos fueron deportadas otras dos monjas indias de la misma congregación en 2011, a pesar de tener permiso de residencia.

El convento de las Madres Mercedarias se nutre cada vez más de extranjeras, dada la caída de las vocaciones nacionales. Las tres mujeres ahora liberadas convivían con otras siete que permanecen en él dedicadas a la vida contemplativa.

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