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Del coma al centro de inmigrantes

Un maliense, que permaneció 14 días en la UCI tras caer de la valla y que requiere asistencia continua, ingresa solo en el CETI de Melilla

J. Jiménez Gálvez
Mamadou Diara, antes de salir del hospital melillense.
Mamadou Diara, antes de salir del hospital melillense.Prodein

El veinteañero Mamadou Diara soñaba desde hace tiempo con atravesar la valla que cerca Melilla. Quería dejar atrás esos montes que rodean el enclave español, esos bosques donde los malienses, como él, duermen al raso y se ocultan de los agentes marroquíes. Quería olvidarse de esos días —y esas noches— en las que se suceden las persecuciones, capturas y agresiones a inmigrantes. Quería, al fin y al cabo, buscar una nueva vida. Pero seis metros desbarataron sus planes. El pasado 21 de noviembre se encaramó, con otros 25 compañeros, a la alambrada de la ciudad autónoma. Cuatro de ellos se precipitaron desde lo más alto. Seis metros. Tres de ellos sufrieron magulladuras y contusiones leves. Pero no fue el caso de Diara. Su cabeza impactó contra el suelo. Los otros le cayeron encima.  Entró en coma.

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Dos meses después de aquella mañana, en la que soplaba con fuerza el viento, el maliense ha conseguido abandonar el hospital comarcal de Melilla. Pero "no puede llevar una vida autónoma", detalla el parte de alta. "Necesita de forma regular, probablemente, de la ayuda de una tercera persona en sus actividades básicas de la vida diaria", continúa el dictamen médico. Tiene grandes dificultades para comunicarse. Para usar el teléfono. Para relacionarse con su entorno. "Apenas balbucea unas palabras en francés y en bambara, una lengua local de su país natal. Pero son frases sin sentido. Tiene una conversación repetitiva", detalla José Palazón, de la ONG Prodein, que relata que el joven ingresó el miércoles en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI). Apenas unas horas después de abandonar el centro sanitario. Y solo.

"Ese no es un sitio para que esté un chaval en estas condiciones. Necesita rehabilitación física y de todo tipo. Y allí no se la pueden prestar", apostilla el portavoz del colectivo. El parte de alta describe con contundencia el estado de Diara: "Tiene dificultades para el enjuiciamiento crítico de su actividad y de la actividad de los otros; para el cuidado de su aspecto físico y vestimenta; para el manejo del dinero y de las actividades de ocio en general". Necesita, concluye Prodein, entrar en un centro especializado donde le atiendan. "Hemos intentado que lo acepten en el del Imserso, pero lo han rechazado al no tener papeles", remacha Palazón.

Apenas balbucea unas palabras en francés y en bambara, una lengua local de su país natal José Palazón, de Prodein

Apenas balbucea unas palabras en francés y en bambara, una lengua local de su país natal.

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La delegación del Gobierno de Melilla explica que el CETI y la Subsecretaría de Inmigración estudiarán ahora el expediente del joven para que reciba la asistencia oportuna. "A este tipo de personas se le suele incluir en el grupo de individuos vulnerables. Lo normal es que, en función de las necesidades que tenga, se le ponga en manos de una de las ONG que tiene un acuerdo con el Estado", explican fuentes del Ejecutivo.

Diara cayó desde lo alto de la valla cerca del paso fronterizo del Barrio Chino. La Guardia Civil había colocado colchonetas cuando el grupo de inmigrantes se encaramó a la alambrada. Pero el sistema no funcionó. Una ambulancia de urgencias lo llevó hasta el hospital. Llegó en coma. Con un "traumatismo cranoencefálico grave". Lo intubaron. Le pusieron ventilación mecánica. Y pasó así el primer día de los 14 que estuvo en la UCI. Cuando lo trasladaron a planta, ya había despertado. "Pero sufre, la mayor parte del día, una desconexión intermitente del medio [que le rodea]", explicaban los doctores. "Tiene una respuesta verbal inconexa. A veces, de ningún tipo, otras con monosílabos y otras habla en su dialecto con frases cortas", añadían.

Un diagnóstico que ha mejorado durante su estancia en el hospital. "Ha evolucionado satisfactoriamente. Entiende el lenguaje verbal con la persona que lo cuida", apunta el parte de alta, que añade que "come sus alimentos solo, deambula por la habitación y el pasillo, y va al baño solo". Ahora, relata Palazón, necesita seguir con la rehabilitación en un centro especializado. "En el CETI lo van a tener en la enfermería, pero por la noche no hay nadie. En esas horas va a estar acompañado por otro interno: un chaval de Malí", insiste el portavoz de la ONG, que concluye: "Pero, más allá de eso, ¿qué van a hacer con Mamadou?, ¿cuánto tiempo lo van a tener allí?, ¿cuál es su alternativa de vida?".

Diara, según consta en los papeles del hospital melillense, nació el 1 de enero de 1995. Pero en el centro sanitario no saben realmente la fecha exacta. El joven nunca ha podido comunicársela, según explica Prodein. Calcularon que debía rondar esa edad. 21 años.

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Sobre la firma

J. Jiménez Gálvez
Redactor de Tribunales de la sección de Nacional de EL PAÍS, donde trabaja desde 2014 y donde también ha cubierto información sobre Inmigración y Política. Antes ha escrito en medios como Diario de Sevilla, Europa Sur, Diario de Cádiz o ADN.es.

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