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Números que ganaron el Gordo de la Lotería pero que nadie quiso

Los números bajos o que empiezan por cero arrastran mala fama entre los compradores

Beatriz Guillén
El número 06381, primer premio de la Lotería Nacional en 2007.
El número 06381, primer premio de la Lotería Nacional en 2007.EFE

"Estuve aquí y nadie me quiso". Así rezaba el cartel que Elena Campos colocó durante varios años en la puerta de su administración de lotería en Teruel (35.675 habitantes). Hacía referencia al Gordo de Navidad de 2002. Ese año el primer premio de la Lotería Nacional cayó en la ciudad aragonesa, pero no pudo repartirse. Nadie había comprado el número. "El 08103", recita Campos de memoria 13 años después. "Nunca había llegado el gordo a Teruel y cuando lo hace no habíamos vendido ni un solo décimo". La razón: "Era un número feo, bajo y que empezaba por cero, nadie lo quería", explica esta lotera de 42 años.

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La "maldición" de los décimos en cero no es reducto aragonés, sino que a lo largo de los años se ha expandido allá donde quedan supersticiosos. Uno de los últimos casos se encuentra en Puerto de la Cruz (29.435 habitantes), una localidad tinerfeña donde ningún afortunado supo apreciar el 06381. "Dame cualquiera menos ese terminado en cero, me decían los clientes", recuerda Sandra Bailey, dueña de la administración número 1 del municipio.

El 22 de diciembre de 2007 la suerte les devolvió el golpe: cada décimo de ese cero valía 300.000 euros. Como en Tenerife tampoco había caído nunca el ansiado primer premio, los periódicos regionales sacaron moralejas de su mala suerte: "No digas que no a un décimo aunque sea feo, porque te puede pasar que rechaces 300.000 euros de premio".

En ambos casos, las administraciones no tenían más que una serie de 10 décimos. “Si nos hubieran mandado más cantidad se lo habría llevado una comisión de fiestas, una asociación o un bar, pero como eran tan poquitos se quedaron colgados en la ventanilla”, explica la lotera turolense. "A mí me resultó increíble, porque estuvieron desde julio colgados y todos los rechazaban", añade la tinerfeña. "Pobrecillos, están como gafados".

Recorte de periódico de 2002. En la imagen, Elena Campos con el boleto del primer premio que tuvo que devolver al no vender ningún décimo.
Recorte de periódico de 2002. En la imagen, Elena Campos con el boleto del primer premio que tuvo que devolver al no vender ningún décimo.
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Del rastro de la mala suerte de los números en cero tampoco se libra la Lotería del Niño. El 09122 fue el número premiado el 6 de enero de 1998: 240 millones de pesetas por serie, 10 comunidades implicadas, 30 series y cinco localidades desdichadas. En Huércal-Overa, Gijón, Alicante, Palma de Mallorca y Coria del Río las administraciones no vendieron ni una sola papeleta del premio. La causa se repetía: "Era un número feo y bajo. Además, empezaba en cero. No le gustaba a nadie", contaban los loteros que, decepcionados, tuvieron que devolver íntegramente el premio.

En la otra cara de la superstición, muchos compradores de Teruel pidieron específicamente al año siguiente el mismo número que habían rechazado meses antes. "Tuve que pedir que me lo enviaran a propósito porque la gente venía a cogerlo. Querían resarcirse por no haberlo querido", dice entre risas Campos. A más de 2.000 kilómetros de allí, los tinerfeños de Puerto de la Cruz se peleaban por lo mismo. "Ahora me quitan de las manos los número bajitos y en cero", asegura Bailey.

Y es que no rechazar un número es una de las manías de los jugadores habituales a la Lotería. En las localidades donde se ha devuelto el Gordo, la superstición todavía dura. "Incluso ahora, años después de que pasara aquello, nadie dice que no a un número", explica Campos. Esta lotera incluso recuerda la anécdota de una señora que rechazó una papeleta porque "no le gustaba" y el resto de personas que había en la administración compró exactamente ese número. "Decían entre ellos: no digas que no, acuérdate lo que pasó aquí con el Gordo". "Pues al final nos hemos hecho famosos por ser quienes devolvieron el Gordo, más que si lo hubiéramos vendido", reconoce con resignación la lotera de Tenerife.

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Sobre la firma

Beatriz Guillén
Redactora de EL PAÍS en México. Trabaja en la mesa digital y suele cubrir temas sociales. Antes estaba en la sección de Materia, especializada en temas de Tecnología. Es graduada en Periodismo por la Universidad de Valencia y Máster de Periodismo en EL PAÍS. Vive en Ciudad de México.

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