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Elecciones generales
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La campaña más decisiva

Hoy los electorados están más segmentados y no siempre se tocan. Innovar parece obligado.

Pablo Simón

Las campañas electorales son importantes porque mejoran la información de los votantes y, según el contexto, pueden decidir el resultado de una elección. La ciencia política identifica tres efectos de las campañas. El primero, reforzar a aquellos que ya tenían decidido su voto. En segundo lugar, activar a votantes cercanos a algún partido pero que aún están indecisos. Por último, y quizá el efecto más interesante, convertir a los votantes que iban a optar por un partido para que lo hagan por otro.

 Esta campaña es totalmente inédita. Según las encuestas dos partidos nuevos conseguirán representación por encima del 15% de los votos. Esto supone un escenario mucho más abierto y obliga a que los mensajes electorales estén más focalizados. En un escenario de bipartidismo imperfecto PSOE y PP tendían a competir por el electorado de centro, hoy los electorados están más segmentados y no siempre se tocan. Innovar parece obligado.

En esta primera semana de campaña la estrategia de cada partido ha sido clara. Podemos, que ha abandonado la lucha por el centro, se ha concentrado en horadar en el electorado socialista. Según la encuesta preelectoral del CIS, alrededor de un millón de votantes duda entre ambas formaciones y confían en que atacando la credibilidad del PSOE puedan crecer a su costa. Los socialistas solo han virado contra Podemos a última hora porque su plan inicial se ha basado en dos patas. Por un lado, intentar polarizar la campaña en torno a Sánchez y Rajoy para concentrar el voto en su partido como alternativa de gobierno. Por el otro, intentar escorar a Ciudadanos hacia la derecha para frenar su sangría por el centro, donde se juega casi otro millón de electores.

Por su parte, Ciudadanos intenta mantener una posición equilibrada centrando sus ataques en PP y PSOE e intentando evitar que se le escore hacia la derecha. Hoy el mayor flujo de indecisos se encuentra entre Ciudadanos y PP (casi un millón y medio), frente al millón que podría provenir del PSOE. Tropiezos como la alusión a la violencia de género podrían alejarle de este segundo caladero. Finalmente, el PP mantiene una línea conservadora centrada en mensajes de recuperación. Por eso intenta movilizar a su electorado tradicional. Su objetivo sigue siendo que haya suficiente distancia entre el primero y el segundo para que no pueda haber una coalición alternativa que lo desaloje de La Moncloa. Pese a que aún queda campaña, a tenor de los sondeos, parece que le funciona.

Pablo Simón es profesor de Ciencia Política en la Universidad Carlos III y editor de Politikon

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Sobre la firma

Pablo Simón
(Arnedo, 1985) es profesor de ciencias políticas de la Universidad Carlos III de Madrid. Doctor por la Universitat Pompeu Fabra, ha sido investigador postdoctoral en la Universidad Libre de Bruselas. Está especializado en sistemas de partidos, sistemas electorales, descentralización y participación política de los jóvenes.

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