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Los líderes cambian el mitin por el plató en busca de audiencias masivas

La campaña electoral se vuelca en el espectáculo televisivo y abandona los grandes actos

La campaña electoral se ha trasladado a los platós televisivos, especialmente de programas de entretenimiento, y ha abandonado en gran medida los tradicionales mítines. O, al menos, la atención ha dejado de centrarse en esos actos de exaltación y la campaña de los principales partidos se ha diseñado pensando en la televisión, según admiten responsables de las candidaturas. Se busca una audiencia masiva a la que no se llega por otros medios y que se amplifica luego en redes sociales. Nunca antes en España una campaña había estado tan vinculada a la televisión y, sobre todo, a espacios de espectáculo.

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Mariano Rajoy abandonará hoy a media mañana la reunión del Consejo de Ministros para ir a Telecinco a grabar el programa ¡Qué tiempo tan feliz! de María Teresa Campos, que se emitirá el sábado por la tarde. Todos los demás líderes han pasado en las últimas semanas por ese espacio, que hasta ahora era ajeno a la política. La campaña electoral del 20-D se ha trasladado a los platós, especialmente de programas de entretenimiento. Los responsables de los partidos explican que esta situación tiene que ver con múltiples factores que van desde el desarrollo de la legislatura, la proliferación de nuevos líderes, la presencia de candidatos nacidos en platós televisivos, el interés por apuntarse a una nueva forma de política y el propio funcionamiento de los medios audiovisuales.

Óscar López, miembro destacado del equipo de campaña socialista, asegura que el ascenso de nuevos partidos como Ciudadanos o Podemos tiene que ver con la crisis, pero también con la televisión. Hasta el punto de que ambos factores han hecho crecer el interés por programas políticos en la televisión y, por tanto, de acercamiento a la política. Y se traduce en un alto porcentaje de participación prevista para las elecciones generales, según las encuestas.

Dos de los principales candidatos, Albert Rivera y, especialmente, Pablo Iglesias han crecido en la televisión y han participado durante toda la legislatura en programas de tertulia política. Los partidos tradiciones han intentado adaptarse a esa situación y han incrementado sus participaciones en medios, aunque con dudas iniciales. Por ejemplo, Pedro Sánchez rompió moldes al utilizar hace un año su intervención en Sálvame de Telecinco para superar el dato de bajo nivel de conocimiento. Y Antonio Carmona llegó a la candidatura socialista al Ayuntamiento de Madrid aupado por su omnipresencia en televisión.

Giro del PP

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El PP, durante el primer tramo de la legislatura, se negaba a participar en estos programas, según explican responsables de televisiones. Eran los tiempos del plasma y en los que el presidente del Gobierno huía de los periodistas por el garaje en el Senado. En verano, Mariano Rajoy dio un giro: pidió a sus dirigentes que salieran a explicar su gestión y situó al frente del partido a nuevos dirigentes más habituados a la televisión. Por ejemplo, Andrea Levy y Pablo Casado pasaron a ser miembros de esas tertulias televisivas. Los políticos actuaron como contertulios en programas políticos y luego dieron el salto hacia programas de entretenimiento.

Fuentes del equipo del PP explican que antes del verano se diseñó una estrategia basada en la idea de humanizar al candidato, tras una legislatura de distancia de los ciudadanos. Se diseñaron vídeos, se multiplicaron las ocasiones para dar paseos por las calles antes y después de cada acto... Y ahora les ha venido perfecta la oleada de peticiones para programas de entretenimiento para la campaña. El propio Rajoy, tras acudir al programa de Bertín Osborne en La 1 y a La Sexta Noche, estará el sábado en el de Teresa Campos en Telecinco. Sánchez suma a estos programas El Hormiguero de Antena 3. Y todos han pasado por el programa de Ana Rosa en Telecinco y algunos por el de Calleja en Cuatro. El socialista presume de haber ido a todas las televisiones autonómicas y hoy entrará en dúplex en Las Mañanas de Cuatro de Javier Ruiz.

Rajoy y Sánchez han rechazado ir a El Objetivo de Ana Pastor, en La Sexta, como únicas renuncias que se conocen. Según los datos del PSOE, el líder socialista ha ido a 11 programas de televisión desde el día 21 de noviembre. Rivera e Iglesias debatieron en un bar en Salvados. Todos fueron también a programas deportivos de la radio como El Larguero de la Cadena SER, como continuidad del espectáculo audiovisual. Aparte quedan los debates, incluido el de EL PAÍS por Internet.

Las elecciones se han planteado como una batalla casi generacional entre lo que se considera nuevo y lo que se considera viejo. En esa pugna, los expertos en comunicación hablan de nueva política, de política espectáculo y hasta de campañas pop para explicar ese esfuerzo por parecer próximos. Los mítines se mantienen, pero de forma más limitada y con agendas supeditadas a la televisión. Y, en todo caso, la campaña del 20-D quedará como la más vinculada al espectáculo televisivo de la historia democrática.

Un responsable de campaña de uno de los grandes partidos explica también que han tenido que adaptarse al funcionamiento de los medios. Por ejemplo, asegura que en las televisiones los programas los hacen diferentes productoras y que no basta con acudir a una cadena, sino que hay que atender y acudir a cada una de las productoras. También ha habido una evolución de los formatos a los que se han tenido que subir los políticos.

La mayoría sigue la política por televisión

La televisión es el medio preferido por los españoles para seguir la campaña, según un estudio de Kantar, líder mundial en estudios de mercado, investigación y análisis. El 53,8% asegura que la sigue a través de este medio. La siguiente vía de acceso son los medios digitales e Internet para el 21,9% de los consultados. Menos de la mitad de ese porcentaje dice seguirlo por redes sociales. Ese resultado da idea de la brecha digital y la dificultad para que un porcentaje notable de votantes accedan a nuevas tecnologías.

Estos datos avalan la estrategia de los principales partidos para volcarse en la televisión por encima de otros medios, en busca de penetración en el electorado. Uno de los responsables de la campaña del PSOE explica que la presencia de Pedro Sánchez en el programa de Bertín Osborne o en el de Teresa Campos les permite llegar a un público al que no alcanzarían por otros medios. En ese sector del electorado, formado sobre todo por personas de más edad, disputan un número notable de votos al PP que termina el resultado final.

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