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Iglesias renuncia a una reforma integral de la Constitución

El líder de Podemos concede logros a la Transición en una charla en la Universidad Autónoma

Francesco Manetto
Pablo Iglesias interviene, en la UAM entre Antonio Rovira, Yolanda Valdeolivas y Carlos de Cabo.
Pablo Iglesias interviene, en la UAM entre Antonio Rovira, Yolanda Valdeolivas y Carlos de Cabo. Luis Sevllano

Pablo Iglesias volvió ayer, por un día, a la universidad para defender su proyecto político con argumentos que difieren mucho de los postulados iniciales de Podemos. El candidato a La Moncloa de esta formación dejó claro en una conferencia en la Universidad Autónoma de Madrid que la prioridad consiste en reformar la Constitución y no en escribir una nueva; además, reconoció algunos méritos de la Transición y concedió que el pacto político de 1978 tuvo “elementos positivos” y logró “un acuerdo difícil en circunstancias muy complejas”.

“Si después se sigue llamando Constitución del 78 reformada nos da igual”, afirmó ayer Iglesias en referencia a la posible revisión de la Ley Fundamental. Estas palabras no solo descartan, al menos en esta fase, el proceso constituyente integral que el partido defendió en sus orígenes y del que ya se fue alejando en los últimos meses, sino que suenan muy distintas a los ataques de Podemos al “régimen del 78”, muy frecuentes hasta la pasada primavera. Hace un año, en su discurso de proclamación como secretario general, Iglesias llamó a “abrir el candado del 78 y poder discutir de todo”.

Abrir esa puerta sigue siendo el objetivo, según Podemos, pero, ante la hipótesis de un Parlamento muy fragmentado y sin mayoría absoluta en la próxima legislatura, el partido decidió establecer una agenda de cambios concretos. “Dudamos de que haya una mayoría social que quiera una nueva Constitución, pero pensamos que hay una mayoría social en España que quiere cambios constitucionales en el texto existente”, señaló Iglesias, que habló ante más de 200 estudiantes —cientos de alumnos se quedaron a las puertas— reunidos en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid.

Del “viejo profesor” a la conferencia política

Pablo Iglesias fue recibido ayer en la Universidad Autónoma de Madrid entre gritos de “¡Sí se puede!”. Pero ese lema, primordial en Podemos, tiene ahora un significado muy distinto. La formación asume que deberá entenderse con otras fuerzas, lo que ha obligado a Iglesias a dejar de un lado el atrevimiento inicial y mostrar responsabilidad política.

Con ese peso habló en un día simbólico, el del cuadragésimo aniversario de la muerte de Franco, y, como recordó el catedrático Antonio Rovira, 40 años después de que, en otra conferencia, “un viejo profesor hablara clandestinamente” de la Constitución. Se trataba de Enrique Tierno Galván. Iglesias explicó las posturas de Podemos ante las preguntas de los estudiantes. Y aseguró: “Estoy disfrutando como hacía tiempo que no disfrutaba”.

El líder de Podemos contestó preguntas y mostró el alcance del camino recorrido desde que abandonó las aulas —ejercía como profesor en la Complutense— tras las elecciones europeas de 2014. La sensación que trasladó es que la reflexión sobre el futuro de la Constitución no puede tener el mismo calado cuando se pasa del marco teórico a la práctica.

Las principales fuerzas políticas, salvo el PP, han esbozado su plan de reforma constitucional de cara al 20-D. Podemos quiere consagrar en la Constitución cinco cambios: revisar la ley electoral, eliminar las llamadas puertas giratorias en la política, blindar derechos sociales, despolitizar la justicia y permitir referendos vinculantes a las comunidades autónomas. Pero el partido quiere preguntar a los ciudadanos si están de acuerdo con esos cambios antes de plantear la reforma de la Constitución en el Parlamento. ¿Cómo? “Por la vía del artículo 92”, dijo Iglesias. Es decir, convocando un referéndum en el que se pregunte a los españoles si apoyan reformar esos cinco puntos.

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Referéndum previo

Ese artículo señala que “las decisiones políticas de especial trascendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos”. Aunque esas votaciones no tendrían efecto jurídico, Podemos defiende que todo referéndum debe ser políticamente vinculante, por lo que considera que, en caso de obtener el apoyo de la mayoría de los ciudadanos, las Cortes se verían obligadas a abordar la viabilidad de esas reformas.

Sentado entre los catedráticos de Derecho Antonio Rovira y Carlos de Cabo y Yolanda Valdeolivas, decana de la facultad, el candidato de Podemos hizo una insólita concesión. “Hoy, 20 de noviembre, es muy importante reflexionar sobre lo que ha pasado en los últimos 40 años”, cuando “murió en la cama un dictador y se inició un proceso determinante”, señaló. “Aquella Transición tiene muchas enseñanzas que pueden servirnos para entender que lo que nos estamos jugando no son unas elecciones generales, sino el futuro de nuestro país”, agregó sobre el 20-D.

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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