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Guerrero, a escena en los ERE

Un vídeo muestra al principal imputado de los ERE, Javier Guerrero, declarando ante la juez Primera vez en cinco años, desde que surgió el caso, que trasciende una comparecencia

El principal acusado del 'caso de los ERE', Javier Guerrero.
Javier Martín-Arroyo

Durante cinco años de instrucción, el caso de los ERE fraudulentos solo ha hablado mediante el papel. La juez Mercedes Alaya impuso que las declaraciones de los acusados solo se recogieran por escrito y evitó una vez tras otra que se grabaran en vídeo para evitar "actuaciones teatrales o alegatos políticos". Los abogados personados reclamaban transparencia ante los duros interrogatorios de Alaya y se daban con un muro una y otra vez. Hasta ahora. La nueva instructora, María Núñez, decidió este verano que todas las comparecencias debían registrarse en vídeo para incorporarlas al sumario, que supera los 550.000 folios, una cifra inmanejable y que ha provocado que sea parcelada.

El principal acusado del caso de los ERE, Javier Guerrero, pidió declarar ante la juez Núñez, el pasado 21 de octubre. Y en su declaración, el ex director general de Trabajo de la Junta de Andalucía disparó hacia la cúpula del Ejecutivo y defendió cómo la Intervención General y la Consejería de Hacienda avalaron la legalidad de las transferencias de financiación, el instrumento de pago para los ERE. Pero también —tal y como se observa en el vídeo— Guerrero niega que se lucrara gracias al fondo, a pesar de las acusaciones de cohecho que soporta desde la investigación.

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El interrogatorio está protagonizado por la juez Núñez y el fiscal Manuel Fernández Guerra, de la Fiscalía Anticorrupción, pero también intervienen las defensas. Mientras, la acusación del Partido Popular interrogó a Guerrero pero este se negó a responderle.

Durante una de las escenas, la juez Núñez pregunta a Guerrero sobre si se lucró con los ERE o benefició a alguien gracias al fondo para empresas en crisis:

-No le di nada a nadie para que se lucrara. He vivido de mi sueldo con honestidad. No me he llevado un duro. De nada, de nada, de nada.

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-¿Y tiene constancia de que alguien se lucrara?

-Pues sí ha habido actuaciones en las que no me han gustado los derroteros que tomaban ciertas entidades con las ayudas públicas.

En otro momento del interrogatorio, la juez inquiere al exdirector de Trabajo:

-¿Usted alguna vez ha incluido a sabiendas a personas que quería expresamente beneficiar por una relación afectiva, y que sabía que no guardaban las condiciones necesarias?

-En principio yo no soy consciente de que nadie careciera de las condiciones para obtenerlas. A mí se me ha achacado que cuatro o cinco personas de la Sierra Norte se hayan prejubilado también, incluida mi suegra, que no es de la Sierra Norte, pero bueno, y tenía el mismo derecho que los otros 6.300 restantes. No le iba a negar a ella, porque fuera la madre de mi mujer, lo que no le negué a nadie con el mismo derecho (…) Todo el problema se ha planteado por seis personas de 6.300, que es una muestra muy poco significativa para pensar que esto era un tema para favorecer a no sé quién.

Para dejar constancia de los interrogatorios, la juez puede ordenar al secretario que levante fe de lo dicho, o puede grabarlo, pero es una cuestión que puede decidir el magistrado al frente del juzgado de instrucción. En el caso del Juzgado de Instrucción 6 de Sevilla, Alaya dijo que por "la importante repercusión mediática que tiene la causa" prohibía las grabaciones. Diversos abogados han presentado quejas porque la transcripción de las declaraciones no reflejaba de manera fiel los interrogatorios, e incluso algunos de los imputados se han negado a firmarlas, dado que consideraban que sus palabras habían sido tergiversadas.

En sus argumentos, Alaya incluso se refirió a las filtraciones a la prensa de los interrogatorios: "Es conocido que en el curso de las declaraciones algunos letrados aprovechan sus ausencias de la sala para trasladar a la prensa, de acuerdo con sus respectivos intereses procesales y políticos, el contenido de una declaración inacabada y no firmada". "Esta indeseable retransmisión en directo de las declaraciones daría lugar indudablemente a que las grabaciones audiovisuales de las mismas aparecieran en los medios de comunicación, en cualquier espacio de Internet, como si se tratara de cualquier vídeo de sobremesa, contribuyendo a una morbosidad innecesaria y a convertir un procedimiento judicial de extraordinaria importancia en una absoluta comparsa", opinaba la magistrada, apartada recientemente de los ERE por negarse a colaborar con su sucesora y ahora en la Audiencia de Sevilla.

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Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

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