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Los jueces ven problemas “graves” en el edificio de la Audiencia Nacional

Los magistrados instructores se quejan de que las salas de declaración son "agobiantes" Los jueces añaden que "desde fuera se puede oír fácilmente lo que se habla dentro"

Fernando J. Pérez
Sede de la Audiencia Nacional en la madrileña calle de Génova.
Sede de la Audiencia Nacional en la madrileña calle de Génova. LUIS MAGÁN

Los jueces de instrucción de la Audiencia Nacional han denunciado los “problemas” y las “graves disfuncionalidades” en la nueva sede del tribunal, inaugurada el pasado 22 de octubre y que ha costado 27 millones de euros al Ministerio de Justicia. Los magistrados penales afirman que en el flamante edificio, situado en la calle de Génova de Madrid, “resulta imposible, en condiciones dignas, atender a público y profesionales” por falta de espacio para salas de espera. Además, se quejan de que las salas de declaraciones —donde se interroga a los imputados— son “pequeñas” y “agobiantes para declaraciones de más de dos horas” y “desde fuera se puede oír fácilmente lo que se habla dentro”.

“Resulta paradójico que mientras en la antigua sede ninguno de estos problemas acontecía, ahora en el nuevo edificio se den, redundando obviamente en perjuicio de una adecuada administración de Justicia”, afirman los magistrados, que van a comunicar estas deficiencias al Consejo General del Poder Judicial. Los jueces recuerdan que ya avisaron de las limitaciones de espacio cuando el Ministerio de Justicia les facilitó los planos antes de la obra.

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Los jueces instructores lamentan que “el espacio destinado a los funcionarios es limitado y no permite en cuatro de los seis juzgados disponer de un eventual aumento de plantilla”, para un posible refuerzo en una causa compleja. El espacio de los funcionarios, además, “se ve reducido por las fotocopiadoras y otro material, que en algunos casos hay que colocar en zonas de paso, vulnerando así las normas sobre riesgos laborales”.

Los magistrados echan de menos una sala de declaraciones más amplia para los casos en los que tengan que asistir muchos profesionales —en casos como Gürtel, por ejemplo, se han llegado a personar más de 40 abogados—. Además, en el pasillo de estas salas “confluyen múltiples personas” entre las que tienen que pasar los jueces y “no existe un lugar para preservar a los testigos”. Los jueces reclaman la “insonorización” de las salas de declaraciones y un “acceso independiente” para ellos confluyendo con el pasillo de entrada de detenidos o presos.

Los seis juzgados centrales de instrucción están ubicados en dos plantas del nuevo edificio. Los jueces piden que se les distribuya en tres pisos o que en la planta baja se sitúe el decanato —actualmente colocado dentro del archivo documental— y se habiliten salas de espera y consulta para profesionales. También proponen que el salón de actos se pueda reconvertir en sala de declaración cuando sea necesario.

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El edificio, de 11.500 metros cuadrados y construido sobre la antigua sede de la Audiencia Nacional y el aparcamiento de la plaza de la Villa de París, es obra del arquitecto Francisco Rodríguez Partearroyo. El ministro de Justicia, Rafael Catalá, lo inauguró el pasado 22 de octubre. Medio centenar de funcionarios protestó ese día por tener que trabajar en “condiciones infrahumanas”.

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Sobre la firma

Fernando J. Pérez
Es redactor y editor en la sección de España, con especialización en tribunales. Desde 2006 trabaja en EL PAÍS, primero en la delegación de Málaga y, desde 2013, en la redacción central. Es licenciado en Traducción y en Comunicación Audiovisual, y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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