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El Tribunal de Cuentas investiga una malversación en la embajada de Trillo

El órgano fiscalizador censura el "descontrol" de los gastos en la embajada de España en Londres, donde se sospecha que una empleada ha desviado, al menos, 83.000 euros

Fachada de la Embajada de España en Londres.
Fachada de la Embajada de España en Londres.Ik Aldama/Demotix/Corbis

Muebles, neveras, comunicadores infantiles, bicicletas plegables, máquina de helados, un iPad y facturas de números de teléfono que no pertenecen a ningún trabajador de la Embajada de España en Londres. Son algunos de los gastos irregulares que durante los años 2013 y 2014 alguien cargó a las cuentas de la legación. Factura a factura, pago a pago, la cantidad malversada asciende a 83.364,18 euros, según ha determinado una investigación del Tribunal de Cuentas a la que ha tenido acceso EL PAÍS. La acusada es Nieves G. P., trabajadora laboral en la embajada desde 1995 y que, como encargada de la contabilidad de una sección de la embajada, la consejería de Información, gestionaba todos los pagos a proveedores.

La instrucción del Tribunal de Cuentas se centra solo en dos años, pero hay sospechas de que las irregularidades ocurren desde mucho antes, incluso desde 2006. Por eso critica “la falta de control evidente” que ha permitido a esta trabajadora “un uso de fondos públicos en beneficio propio a lo largo de los años”. A la instructora le “llama poderosamente la atención” que el tipo de gastos que se cargaban “no haya generado la alarma por parte de los superiores jerárquicos”.

Más responsables

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Precisamente por la extrañeza que le causa a la investigadora que los gastos irregulares pasaran inadvertidos, en las actuaciones previas del caso también considera responsable contable subsidiario al que fue consejero de Información hasta 2013, Ignacio M. G. Fue su sustituta en el cargo, Esther Corral, quien alertó al embajador, Federico Trillo-Figueroa, de que sospechaba de la gestión de la empleada a su cargo. Trillo-Figueroa ostenta el cargo de embajador de España en Londres desde marzo de 2012.

El dinero presuntamente malversado salía de las partidas de atenciones protocolarias y gastos diversos. La consejera se dio cuenta de que se le imputaban almuerzos y cafés que no había organizado, según declaró al Tribunal de Cuentas. También encontró facturas de material de limpieza —cuando de ello se encarga la Embajada—, televisiones, ordenadores, bicicletas, tostadoras y otros aparatos ajenos a las oficinas que no aparecen en ningún inventario. En algunas de esas facturas se había ocultado el domicilio de entrega. Tampoco el gasto en telefonía cuadraba: a la cuenta de la oficina se asociaron hasta siete líneas móviles, cuando solo había dos autorizadas por los servicios centrales.

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Relaciones con los medios

La Embajada de España en Londres cuenta con varias consejerías y oficinas sectoriales: oficina económica y comercial, de turismo, de educación, de asuntos culturales y científicos... Una de ellas, situada en la sede de la embajada, en el 39 de Chesham Place, en Belgravia, una de las zonas más exclusivas de la capital británica, es la de Información, que se encarga entre otras cosas de organizar la cobertura informativa de las visitas de Estado, del Rey, el presidente del Gobierno o de otros miembros del Gobierno y autoridades, y de relacionarse con periodistas españoles y británicos.

Corral acusa a la trabajadora de haber falsificado su firma y su visado en documentos contables, por lo que el caso también tiene una vertiente penal aún en proceso. Corral ha denunciado a la empleada a la Fiscalía de la Audiencia Nacional a principios de este año. Al ser un delito perpetrado por un español en el extranjero, ese es el órgano competente. La querella, que va en paralelo a la investigación del Tribunal de Cuentas, sigue su curso.

El fiscal atribuye a la trabajadora de un presunto delito de falsedad documental y malversación de caudales públicos. La Abogacía del Estado ha pedido ampliar la instrucción a los años 2009-2012 para investigar desde cuándo se producen estas irregularidades en la Embajada de Londres por parte, presuntamente, de esta empleada, que según el Ministerio de Presidencia, del que dependen las consejerías de información de las embajadas, está “apartada”.

Circunstancias adecuadas

Por su parte, el Tribunal de Cuentas tiene claro que la falta de supervisión tiene mucho que ver con el desvío reiterado de fondos públicos. “La ausencia clara de control” en esta legación, escribe la instructora, “habría propiciado las circunstancias adecuadas para el desvío reiterado de fondos y consiguiente menoscabo en los caudales públicos”. Una portavoz de Presidencia, ministerio del que dependen las consejerías de información, asegura que fueron sus auditorías internas las que descubrieron las irregularidades, y que ahora lo primordial es restituir el dinero público.

La trabajadora acusada niega haber falsificado la firma de Corral y afirma que muchos de los pagos se realizaron con cheque nominativo, lo que demostraría “la ausencia de beneficio en la trabajadora dado que existiría un beneficiario cierto”, según las alegaciones presentadas ante el Tribunal de Cuentas. También niega haber reconocido los hechos, como aseguró Corral. Tras la instrucción, el caso irá a juicio.

 investigacion@elpais.es

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