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Ciudadanos vota más con el PSOE y con Podemos que con el PP

Un estudio de las votaciones de los cinco Parlamentos en los que la formación de Rivera es decisiva revela que cumple con sus compromisos de investidura y también que apoya políticas sociales de izquierdas

Juan José Mateo
Albert Rivera y Juan Carlos Girauta, con el resto de candidatos de Ciudadanos.
Albert Rivera y Juan Carlos Girauta, con el resto de candidatos de Ciudadanos.ULY MARTÍN

El voto de Ciudadanos en los cinco Parlamentos autonómicos en los que es decisivo coincide un 67% de las veces con el del PSOE, un 63% con el de Podemos y un 42% con el PP. La formación firmó pactos de investidura con socialistas (Andalucía) y populares (Madrid, La Rioja, Murcia y Castilla y León) y suele apoyar las propuestas de sus grupos. Sin embargo, ante las iniciativas del resto de fuerzas, los representantes de Albert Rivera actúan con la libertad que les da estar en la oposición, lo que ha provocado malestar en el PP.

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Fuentes del partido explican esa coincidencia con el carácter social de muchas de las propuestas que se han votado hasta ahora —dependencia, sanidad, dotación de hospitales, reducción de tasas educativas…—; con su valor simbólico —declaraciones contra la violencia de género, por ejemplo—; y con su voluntad de convertirse en controladores de los Gobiernos autonómicos desde la oposición —el PP ha formado el Ejecutivo en cuatro de las cinco autonomías en las que Ciudadanos es decisivo—. Además, fuentes conocedoras del día a día de esos Parlamentos recuerdan que en muchos casos la abstención de Ciudadanos es suficiente para que los Gobiernos del PP saquen adelante sus proyectos.

Ciudadanos tiene la llave de la gobernabilidad en España, según una encuesta de Metroscopia para EL PAÍS que sitúa a la formación emergente como tercera fuerza política, con un 21,5% de los votos. Camino de las elecciones generales del 20-D, ningún sondeo prevé que PP o PSOE logren mayoría absoluta. Eso obliga a los dos partidos tradicionales a cortejar a Rivera, quien a su vez defiende que tiene opciones de ocupar La Moncloa.

Críticas del PP

La amistad entre Pedro Sánchez y Rivera se ha transformado en un noviazgo político: los dos se hacen ojitos, ojitos políticos”, denunció a inicios de octubre Javier Maroto, el nuevo vicesecretario general de Acción Sectorial del PP, un partido que conservó casi una veintena de capitales de provincia tras las elecciones gracias al apoyo o la abstención de los representantes de Rivera.

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Que Ciudadanos vota a favor de todas las propuestas socialistas en Andalucía y en contra de todas las populares en Madrid se ha convertido en un mantra una y mil veces repetido por el partido del Gobierno. Los datos, sin embargo, no reflejan eso.

Cita estratégica en Madrid

La dirección de Ciudadanos reunió ayer en Madrid a los número uno de todas sus listas de candidatos al Congreso. La cita, presidida por Albert Rivera, tenía el objetivo de unificar criterios y mensajes, pero sobre todo buscaba que los representantes de un partido que acaba de expandirse por toda España se conocieran entre sí. Fue lo que Ciudadanos definió como "una sesión de coaching".

“Nuestra campaña no va a ser una campaña de criticar a los demás”, explicó Rivera. “El insulto, el grito, no va a ser nuestra forma de hacer. Esa no será nuestra línea”, añadió. “Necesitamos seguir con esas señas de identidad de Ciudadanos, el diálogo, el liderazgo y la propuesta, sin llegar ni al insulto ni a la vieja política ni al juego sucio”, concluyó.

Rivera pronto cedió el micrófono a su equipo, que se ocupó de establecer frente a los candidatos a diputados las líneas estratégicas de comunicación. Intervinieron, por ejemplo, Fernando de Páramo, diputado del Parlament catalán; o Lula Bueno, la responsable de las redes sociales de la formación. Ambos subrayaron la importancia de llenar de propuestas sus intervenciones públicas.

Además, Ciudadanos, que en el último mes ha pasado de 26.136 a 27.720 afiliados, ha convocado hoy una Ejecutiva en Madrid donde se explicarán las líneas estratégicas marcadas por el comité de campaña.

Hasta ahora, Ciudadanos no ha votado en contra de ninguna de las propuestas de ninguno de esos Ejecutivos. De hecho, solo ha emitido votos negativos a propuestas de Podemos en Castilla y León y Murcia; y del PSOE y la formación de Pablo Iglesias en Madrid. La afirmación de Maroto, según pudo comprobar este diario, provocó la sorpresa de Ignacio Aguado, líder del partido emergente en Madrid, que la consideró injusta. Cristina Cifuentes, la presidenta de la Comunidad, que no tuvo que vivir tres votaciones en contra de Ciudadanos para su investidura, como Susana Díaz en Andalucía, ya ha introducido matices en ese discurso para evitar tensiones.

“En los últimos plenos hay más diversidad”, dijo sobre los votos de Aguado y sus compañeros la semana pasada. “Yo les pongo ojitos, a ver si progresamos”, bromeó.

La tesis de Rivera

Entonces, ¿a quién apoyaría Ciudadanos para ocupar La Moncloa? “Eso son preguntas lógicas en los años noventa o en los 2000, pero, viendo las encuestas, ahora no tienen ningún sentido”, contestó ayer Rivera en Madrid, donde presidió una reunión de todos los cabezas de lista de su partido para el Congreso. “Es como preguntarle a Pedro Sánchez o a Mariano Rajoy si van a apoyar a Ciudadanos. Supongo que ellos no estarán pensando en eso. Yo tampoco. Estoy pensando en ganar las elecciones. Como los demás líderes, no hago cábalas”, argumentó. “Las viejas coordenadas han quedado enterradas en las urnas en 2015”, prosiguió. “Queremos romper la vieja ecuación de la vieja izquierda y la vieja derecha para poder tener por primera vez un partido de centro, regeneracionista y democrático, que apueste por una nueva etapa política”.

El verdadero examen de las relaciones entre Ciudadanos, PSOE y PP comienza en las próximas semanas. Con las generales en el horizonte, toca aprobar los presupuestos autonómicos. Por ahora, solo se han cerrado los de Andalucía, en los que la formación de Rivera se ha comprometido a apoyar al PSOE a cambio de lograr una bajada de dos puntos en el tramo autonómico del IRPF, entre otras medidas. “Pero quien extrapole el pacto de Andalucía a España se equivoca”, advirtió Rivera.

El PP, mientras tanto, negocia con Ciudadanos un voto afirmativo a sus cuentas en las otras cuatro autonomías. El partido emergente no se lo está poniendo fácil. En Murcia, por ejemplo, el PP tuvo que retirar la votación de techo de gasto porque Ciudadanos le anunció su voto negativo mientras la alcaldesa de Torre Pacheco, imputada por presunta prevaricación administrativa, siga en el partido.

Las dos formaciones tradicionales se encuentran ante un escenario inédito. Conviven con un partido que les exige negociar constantemente su apoyo porque firmó un pacto de investidura y no de legislatura o gobierno.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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