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“Sigo siendo amigo de Rosario, creo que no tiene nada que ver con esto”

La defensa del padre renuncia a llamar a un testigo: el hombre con el que Porto mantenía una relación

Rosario Porto pincipal acusada junto a su ex marido, Alfonso Basterra, de la muerte de su hija Asunta Basterra, durante el juicio.
Rosario Porto pincipal acusada junto a su ex marido, Alfonso Basterra, de la muerte de su hija Asunta Basterra, durante el juicio.lavandeira jr (EFE)

Hasta ahora ningún testigo de los propuestos por las defensas ha ido más allá de lo que se le ha preguntado, diciendo que los considera inocentes. Pero hoy lo ha hecho un amigo de Rosario Porto, que "hace seis o siete años" conoció a la madre de Asunta Basterra en el Ateneo de Santiago, del que ambos eran socios. La acusada no ha cesado de llorar y estremecerse durante su declaración. "Mantengo mi amistad, creo que ella no tiene nada que ver con todo esto", ha confesado el hombre en alusión al crimen.

Las reuniones del Ateneo se repetían con una periodicidad semanal, acababan a las diez de la noche y luego los miembros solían continuar hablando mientras tomaban algo en un bar. A estas prolongaciones informales de la sesión "Charín nunca iba", ha dicho el hombre, "porque tenía prisa por estar con su hija. Una vez vino a cenar casi a la fuerza, pero llamaba por teléfono a Asunta para saber cómo estaba. La niña era un tema recurrente en sus conversaciones". Este hombre conocía tanto a Porto como a Basterra, pero su relación siempre fue y sigue siendo más estrecha con la madre de Asunta: "Desde que nos conocimos surgió una corriente de afinidad de criterio al hablar, de amistad, de unión".

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En esta sesión del juicio, y mientras se citaba a las partes y al jurado para el martes que viene, la defensa de Alfonso Basterra ha renunciado a un testigo que, en principio, había propuesto: el hombre con el que Porto mantenía una relación y que fue, tal y como los acusados definen, el "detonante" de su divorcio. Y en relación con esa separación y los presuntos planes de futuro de la madre para rehacer su vida con Asunta sin ningún hombre en casa, ha declarado esta mañana la responsable de la reforma que, cuando murió la pequeña, estaba llevando a cabo Rosario Porto en el que había sido piso de sus padres.

Esta testigo ha explicado que en diciembre de 2012, cuando contactaron con ella para la obra, Basterra y Porto todavía eran matrimonio. El plan era redistribuir el interior de la vivienda "para una familia" con una hija. Tras el divorcio, sin embargo, Rosario quiso replantear el proyecto. La casa tendría un despacho de abogado para ella y un recibidor para los clientes, independiente de otro particular que llevaría al espacio privado, donde se ubicaban los cuartos de la madre y de la niña, además de una "zona especial para que Asunta tuviese su piano y estudiase música".

Porto estaba "implicada" en aquel proyecto, tanto, que mantenía con la testigo "de dos a cuatro reuniones semanales" a las que Asunta solo acudía cuando había que tomar decisiones relativas a sus estancias. Las obras se pararon a finales de julio de 2013 porque, después de su ingreso hospitalario, Porto no podía acudir a las reuniones. En agosto, los albañiles no trabajaron. Pero, "a principios de septiembre", la acusada llamó a la empresaria "para retomar la obra". No había cambios en el proyecto. A estos "planes de futuro con Asunta" también se ha referido el que era ahijado de los abuelos de la víctima.

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"Entre Charo y su hija había muy buen feeling", ha comentado el último testigo del día: "En marzo, al mes de divorciarse, vinieron las dos a comer a mi casa. La madre me contó que la separación había sido un proceso un pelín incómodo al principio, pero que ya estaba sentando los planes de su nueva vida, la reforma del piso… siempre con Asunta".

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