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Podemos presiona al PSOE para que destituya a un cargo socialista

La formación emergente amaga con romper el pacto si Fernández Terrés no es cesado

Palma de Mallorca -
Francina Armengol, presidenta del Gobierno balear (PSOE).
Francina Armengol, presidenta del Gobierno balear (PSOE).Tolo Ramón

El bloque de la izquierda del Gobierno de Baleares —integrado por el PSOE y Més, con Podemos de apoyo externo— tiene una grieta que se ahonda. La formación de Pablo Iglesias amaga con la posible ruptura del pacto político autonómico antes de que cumpla los 100 días. "No se descarta, es una posibilidad", ha dicho este miércoles la diputada Montse Seijas, tras exigir, de nuevo, la destitución de un cargo autonómico secundario, el socialista Francisco Fernández Terrés, gerente del ente público de cartografía, Serveis d'Informació Territorial de les Illes Balears, a quien describe como parte de la "vieja política".

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Podemos anuncia que mantendrá una batalla directa contra sus socios, a los que apoyó con sus 10 diputados. El grupo emergente ya votó con el PP en el Parlamento autonómico una moción para reclamar la caída de un director general y un asesor del PSOE por supuesto "nepotismo": el primero, Juli Fuster, es pareja de la consejera de Salud, Patricia Gómez; el segundo, Pau Thomàs, es hijo del vicepresidente del Parlamento, Vicenç Thomàs.

El grupo emergente presentó una interpelación en la Cámara, a la que seguirá una moción, para intentar forzar al PSOE a destituir a Fernández Terrés, su gestor de confianza. Se trata de un geólogo que fue durante 12 años responsable de Urbanismo del Ayuntamiento de Mahón y después gerente de Ibisec, la empresa balear de infraestructuras de educación. Estaba en el paro y es secretario de organización del PSOE de Menorca.

Podemos alude a la regeneración democrática y despliega su alegato contra los métodos y personajes de la "vieja política" para cuestionar lo que califica como favores y cuotas de partido. El PP pidió la comparecencia del cuestionado político para escrutar su idoneidad. Los conservadores plantearon decenas de interrogantes sobre su gestión pública y privada, pero no piden su renuncia.

El grupo de Iglesias, con los mismos datos que barajó el PP, acentuó las "sombras" sobre la biografía de Terrés. "¿Cree que su perfil responde al cambio solicitado por la ciudadanía?", le preguntó la diputada Montse Seijas, que relató "sospechas" y su relación con "escándalos", todos los casos cerrados sin condena. "La responsabilidad política no caduca nunca", afirmó la diputada de Podemos.

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Al cabo de casi dos horas de interrogatorio y reproches parte del PP y Podemos, Fernández Terrés emplazó a sus adversarios: "Si creen que soy un corrupto, que vayan al juzgado". Y se dijo víctima de un acto "inquisitorial, de una caza de brujas, acusando sin pruebas. Esa sí es vieja política".

El diputado Damià Borrás (PSOE) lamentó que se haya acusado, en vano, a su compañero de "encementar las costas de Menorca"; añadió que fue acusado sin pruebas y opinó que la "difamación es una forma de corrupción moral". Las críticas a los alegatos de Podemos y al PP las secundaron Jaume Font (PI) y la diputada de Formentera, Silvia Tur. Més por Mallorca se abstuvo y Nel Martí (Més per Menorca) se cuestionó tan solo la "oportunidad" del nombramiento.

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