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Las embajadas se movilizan frente los contactos diplomáticos catalanes

Representantes de la secretaría de exteriores catalana explican a diputados y senadores de EEUU, Suecia, Bélgica, Irlanda, Uruguay o Paraguay que el 27-S es un referéndum

Juan José Mateo
Artur Mas, durante la campaña del 27-S.
Artur Mas, durante la campaña del 27-S.Quique García (EFE)

Las embajadas españolas han recibido instrucciones del Ministerio de Exteriores para movilizarse frente a los movimientos diplomáticos de la Secretaría catalana de asuntos exteriores, que en 2015 ha empleado parte de sus 17 millones de presupuesto para enviar a sus representantes a EEUU, Irlanda, Bélgica, Suecia, Uruguay y Paraguay para explicar ante diputados y senadores de esos países que las elecciones del 27-S son un “plebiscito” sobre la independencia. Las reuniones han provocado la protesta de los embajadores españoles, como pasó el martes 15 en Bélgica, o la intervención de los consulados, como ocurrió el viernes 18 en Suecia, cuando un representante del Gobierno argumentó ante los asistentes que Cataluña no tiene derecho a la autodeterminación.

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En 2015, el Gobierno de la Generalitat ha aumentado en dos millones el presupuesto del departamento, que debe servir como altavoz del proceso soberanista, establecer paralelismos entre el 27-S y la consulta independentista de Escocia, y transmitir que la Autonomía no quedará fuera de la UE y del euro en caso de independencia. Frente a eso, los representantes del Gobierno responden usando los argumentarios que ya empezó a enviar el Ministerio en 2014 ("tienen que tener una respuesta uniforme", explicó el ministro José Manuel García Margallo) y explican que el 27-S no se celebra un referéndum. Los encuentros entre las dos partes han sido cara a cara, y con diputados o senadores extranjeros como testigos. En Suecia, donde se produjo la última reunión entre diputados de otro país y representantes del Govern, intervino el cónsul español.

“Esta Embajada, a la que representé, intervino en el seminario para que los oyentes conocieran otros planteamientos distintos sobre las elecciones al Parlamento de Cataluña del 27-S a la expresada por la delegación de “Diplocat”, cuenta a través de un email José Pedro Torrubia, consejero cultural y cónsul en Suecia. "No sólo en esta ocasión, sino en cualquier otra, la actuación de las embajadas - y nuestra actuación, como diplomáticos - se guía por las directrices que recibimos de nuestro Ministerio (...) ya que éstas aportan la necesaria coordinación y unidad de acción", advirtió el representante español. Tras el encuentro, uno de los presentes tuiteó: “Presentación de diplocat en el Parlamento sueco: de 349 parlamentarios, uno convoca y uno asiste, pero para ellos es un éxito”.

Hablamos de plebiscito porque cuando nos preguntan hablamos de lo que van estas elecciones, que tienen un carácter excepcional y plebiscitario Jaume Clotet

“Hablamos de plebiscito porque cuando nos preguntan hablamos de lo que van estas elecciones, que tienen un carácter excepcional y plebiscitario”, argumenta Jaume Clotet, portavoz de la secretaría de asuntos exteriores catalana, que en los últimos años ha construido una red de representantes con sedes en Washington, Bruselas, Londres, París, Berlín, Viena y Roma. Esas oficinas actúan a modo de lobby. “Nos gusta que nos inviten. [Los países] han perdido el miedo a recibir las quejas del Gobierno del Estado y a hacer estas reuniones con luces y taquígrafos”, sigue. “Se exponen cuando lo fácil sería no invitarnos", añade Clotet, que asegura que el coste de esos desplazamientos se reduce a los billetes de avión y la noche de hotel “si es necesaria”. “Nos sorprendería que no pasara”, dice sobre la intervención de las Embajadas españolas.

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¿Los resultados de esas gestiones? En mayo, el Parlamento de Dinamarca ya votó una resolución en la que instaba al diálogo entre Cataluña y España. Fuentes consultadas en el Parlamento europeo recordaron que las presentaciones de los diplomáticos catalanes tuvieron lugar en salas anexas de Congresos y Senados. También confirmaron que varios eurodiputados españoles habían solicitado a sus equipos que investigaran si esas reuniones habían ocurrido en los hemiciclos, por si procediera una protesta formal. Mientras tanto, prosigue el pulso soterrado entre diplomáticos por dar dos puntos opuestos sobre lo que se vota el 27 de septiembre.

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Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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