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La escuela abre para los seis niños de Puente de Vadillos

Castilla-La Mancha recupera 20 escuelas rurales de las casi 70 cerradas en 2012

La vida en el colegio rural de Puente de Vadillos.Vídeo: Jaime Villanueva
Pilar Álvarez

Carla está deseando volver a clase y Hugo tuerce el gesto cuando se le pregunta por ello. Hasta ahí lo normal. La peculiaridad de estos dos chicos, de 10 y 8 años, respectivamente, es que en su clase solo hay seis alumnos. Los dos citados; Adrián, Marta y Samuel (todos de nueve años) y Andres, de cinco. Son los alumnos de la escuela rural Los Sauces, ubicada en la pedanía conquense de Puente de Vadillos, de unos 200 habitantes. El centro fue cerrado en 2012 y tres años después vuelve a abrir sus puertas.

El anterior Gobierno de Castilla-La Mancha —con María Dolores de Cospedal (PP) al frente y el actual secretario de Estado de Educación, Marcial Marín, como consejero regional del ramo— anunció hace tres años que se cerrarían las escuelas rurales en las que no se llegara a 11 alumnos (la media que se suele exigir en este tipo de centros es de cuatro). Cerraron unos 70 en la región, entre ellos el colegio de Puente de Vadillos, a pesar de que entonces acudían 12 chavales. Las familias y el Ayuntamiento se movilizaron con encierros y manifestaciones. Denunciaron el cierre hasta en los tribunales, que acabaron dándoles la razón en una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha de febrero de 2015. "Nosotros sí teníamos los alumnos necesarios, fue una injusticia", protestan sentados en una de las aulas dos vecinas y madres de alumnos, Teresa y Laura Martínez.

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Sus hijos, que empezaron su vida escolar en este colegio, fueron trasladados a un centro situado a 17 kilómetros de la pedanía en 2012. En esta zona de Cuenca, las temperaturas alcanzan en invierno los 16 grados bajo cero. Y nieva. Hay varias fábricas en los alrededores —entre ellas la del agua de Solán de Cabras y otra de pavimentos— y eso supone muchos camiones en la carretera. "Siempre teníamos el corazón en un puño por el trayecto y hubo días que la nieve nos dejaba aislados y los niños no podían ir a clase a Cañizares [el municipio del que depende Puente de Vadillos]", explica Laura, que también estudió en el colegio de Los Sauces como ahora sus dos hijas. A sus 38 años es de las escasas madres de familia que quedan en la pedanía. Cuando ella era niña, había 80 chavales en la escuela. Pero la zona se fue despoblando, las fábricas solo contrataban a hombres. "Hay poco trabajo aquí para las mujeres", dice Laura, empleada en un bar familiar, situado dos metros más arriba del colegio.

En los años en los que Laura estudiaba, como ahora, todos los alumnos compartían aula, pero no necesariamente estudiaban al mismo ritmo. "Cada chico sigue su temario, con el mismo horario y asignaturas que en el resto de la comunidad de Castilla-La Mancha, y luego organizamos actividades conjuntas", explica Julia Gómez, la directora del centro.

En el colegio de Puente de Vadillos, rodeado de pinares y chopos, hay dos plantas, dos patios, tres aulas y hasta un gimnasio que sirvió de sala de fitness para las mujeres del pueblo mientras la escuela estuvo sin actividad. También se mantuvo abierta la biblioteca. Las clases empiezan hoy, pero ayer por la tarde casi todos los vecinos aguardaban en el patio exterior. Padres y niños vestidos de fiesta y pendientes de una visita inusual. El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page (PSOE), estuvo en el colegio vacío cuando era candidato en 2011 y prometió reabrirlo si ganaba las elecciones.

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Este curso se recuperarán 20 de las casi 70 escuelas cerradas en 2012 como parte del compromiso del nuevo presidente, que ayer repartía besos y abrazos en el patio del colegio minutos antes de dar por inaugurado oficialmente el curso escolar en Castilla-La Mancha. "Pocas veces puede uno saludar a todos los habitantes de un pueblo", decía García-Page sin dejar de estrechar manos, con los seis niños del colegio de Puente de Vadillos alrededor, haciendo de comitiva.

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Sobre la firma

Pilar Álvarez
Es jefa de Última Hora de EL PAÍS. Ha sido la primera corresponsal de género del periódico. Está especializada en temas sociales y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en este diario. Antes trabajó en Efe, Cadena Ser, Onda Cero y el diario La Opinión. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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