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“Aquí está mi casa para recibir a una familia siria”

Un matrimonio de Oñati (Gipuzkoa) ofrece dos habitaciones para mitigar el sufrimiento de los refugiados

Mikel Ormazabal

Irene Martín Fernández quedó conmovida ante las imágenes de cientos de refugiados clamando por un nuevo hogar en Europa, lejos del horror que se vive en sus países. "Tenemos que hacer algo", le comentó a su marido. Irene, de 34 años y sin hijos, ha decidido intervenir ante la tragedia humanitaria y ofrece su casa de Oñati (Gipuzkoa) para acoger a huidos de guerra: "Mi casa está preparada para recibir a una familia siria".

Nunca había sentido como ahora "la necesidad de ayudar" a personas que abandonan sus países despavoridas, pero la magnitud de la crisis migratoria ha removido la conciencia de Irene. "Vivimos en un piso grande, de 95 metros cuadrados y disponemos de dos habitaciones libres para acoger a refugiados. Estaríamos encantados", explica. Irene y su pareja gozan de una "buena situación económica" que les permitiría dar cobijo a una familia, aunque no saben muy bien a quién dirigirse y cómo tramitar oficialmente su ofrecimiento.

Irene ha contactado con un grupo que se ha formado en Facebook bajo la etiqueta "Yo también quiero acoger refugiados sirios", una corriente solidaria que en menos de 24 horas ha recibido más de un centenar de muestras de solidaridad en Euskadi (más de 3.000 en toda España) y su disposición a recibir a los migrantes, asegura Enrique San José, uno de los impulsores de esta iniciativa en la red social de Internet. Enrique, de 42 años, es padre de un niño de cuatro años y reside en Eibar (Gipuzkoa), el primer municipio vasco en declararse ciudad refugio. "Vivimos en un pisito pequeño, de 50 metros cuadrados. No tenemos mucho sitio, pero podríamos hacerle hueco a algún niño y encargarnos de su cuidado", afirma.

Enrique se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento de su pueblo para que su domicilio conste en el registro de personas acogedoras. Precisamente, Eibar reaccionó muy rápido el pasado miércoles cuando decidió, con el apoyo de todos los partidos políticos (PSE-EE, Bildu, PNV e Irabazi), ofrecerse como ciudad de acogida para refugiados que huyen de la guerra. El alcalde, el socialista Miguel de los Toyos, asegura que fue "un ofrecimiento espontáneo, muy sencillo y natural", consistente en aportar inicialmente 2.000 euros a ACNUR, una cantidad económica que ya se ha girado, y ofrecer, además, las instalaciones municipales del albergue de Arrate para alojar a familias de refugiados.

"En principio, en el albergue podrían vivir una o dos familias, pero si hay que llenar las 50 plazas que tiene, se llenan", añade De los Toyos. "Estamos obligados a no mirar hacia otro lado ante este drama humanitario. Hay una causa emocional que nos empuja a tomar esta iniciativa por que muchos eibarreses tuvieron que huir hace décadas, también por la guerra, a otros países donde fueron acogidos”.

Eibar ha comunicado al Ministerio de Asuntos Exteriores su voluntad de acoger a refugiados y los recursos que pone a disposición de esta causa, aunque no han recibido aún una respuesta. El regidor está "orgulloso" por las muestras de solidaridad que están dando sus vecinos, ofreciendo una habitación o dispuestos a acompañar a los migrantes llegados, y de "los comercios que ofrecen lotes de alimentos" para estas personas.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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