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España suma 2.000 encierros taurinos más en un solo año

El apoyo del Gobierno valenciano del PP a los 'bous al carrer' dispara los festejos populares

Un toro embiste a un hombre en el encierro de San Roque (Cádiz).
J. Jiménez Gálvez

Los festejos populares taurinos aumentaron en 2014 hasta los 15.848. España celebró 2.000 encierros más que en 2013, según los datos del Ministerio de Cultura, referidos al número de días en que las localidades sueltan a estos animales, que han dejado este verano nueve muertos por cornada. Esta subida, del 15%, contrasta con la caída del 8% de las corridas y el incremento del 0,5% de todo tipo de festejos profesionales, como las novilladas y rejoneos.

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La muerte este verano de nueve personas corneadas —más otra que falleció tras golpearse la cabeza en una zona protegida donde irrumpió una vaquilla— ha reabierto el debate sobre la seguridad en los encierros populares que se celebran en España. Una práctica en caída libre durante la crisis —se pasó de 14.262 festejos en 2011 a 13.815 en 2013— que revivió el pasado año. Gracias, según empresarios del sector, a la leve mejora económica. Y, también, al respaldo que el Gobierno del PP de la Comunidad Valenciana dio a los bous al carrer.

Esta comunidad concentró el 88% de los 2.033 nuevos festejos que se celebraron en España en 2014, donde "se juegan o corren reses según los usos tradicionales de la localidad", como recalca el Ministerio de Cultura, que solo recoge estas cifras desde 2011.

"Detrás de los encierros encontramos también un factor económico. Los gobernantes ven cómo las fiestas en otros pueblos se llenan porque tienen toros. Y quieren lo mismo", explica un experto en seguridad en encierros, que recuerda que estas celebraciones combinan un “cóctel explosivo”: fiesta, alcohol y reses bravas.

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Pamplona, la meca del sector y con 16 muertos desde 1910, ha ampliado su normativa a medida que pasaban los años. A la ley autonómica —las competencias se encuentran transferidas a los Ejecutivos regionales— suma una ordenanza municipal, un bando anual y un plan general de fiestas. Estos documentos especifican desde las sanciones previstas al punto específico dónde deben colocarse ambulancias y efectivos de seguridad. También, informa un portavoz del Ayuntamiento, cuentan con un doble vallado que separa a los espectadores de la carrera; y la policía dedica 90 minutos a sacar del espacio donde se concentran los corredores —en el resto del recorrido no puede haber nadie— a quienes van borrachos o no llevan la ropa adecuada. "Además, entre otras medidas, en los hospitales se mantiene al equipo de noche (que no se va hasta que acaba el encierro) y al de día", apostilla el Consistorio.

Estas precauciones, que implican un importante presupuesto, brillan por su ausencia en los encierros de muchas localidades. Sobre todo, en los pueblos donde se repite la escena de participantes en chanclas o que se hacen selfies con el móvil. "En algunas comunidades existe una tradicional precariedad del servicio médico previsto. No se obliga a que haya cirujano o anestesista", afirma Enrique Crespo, el doctor que operó al torero Francisco Rivera este mes tras la grave cornada que sufrió: "También tengo la certeza de que los encierros nocturnos no deberían celebrarse. Muchos los consideran una continuación de la verbena y llegan bebidos".

Asunto de Estado en la Valencia del PP

MIQUEL ALBEROLA

El cambio de Gobierno en la Comunidad Valenciana ha aflorado que las Diputaciones gobernadas por el PP han subvencionado el fomento de los bous al carrer con 150.000 euros al amparo de la ley de Señas de Identidad, que impulsó el Ejecutivo de Alberto Fabra en la recta final de la legislatura.

En medio de los escándalos de corrupción, el PP convirtió los festejos taurinos en un asunto de Estado. La explicación oficial fue que Esquerra Unida había presentado una proposición no de ley para prohibirlos. El Gobierno valenciano, erigiéndose en defensor de unas fiestas con amplio respaldo popular frente a una izquierda contraria o dubitativa, puso toda la carne en el asador. Se volcó con las 650 peñas taurinas, dio facilidades a los pueblos sin tradición para que propagaran estos festejos y solemnizó su impacto económico: 46,5 millones anuales y 25.000 empleos en el sector hostelero y sanitario.

Sobre esas premisas, convirtió el festejo en Bien de Interés Cultural, con las ventajas fiscales asociadas (IVA reducido, descuentos en el IRPF...), y luego lo elevó a seña de identidad mediante una ley, para subvencionarlo y blindarlo, que ahora la izquierda quiere derogar.

Otro herido grave en un encierro tras escaparse una vaca braca

efe

Un hombre de 54 años ha sufrido un traumatismo craneoencefálico grave tras escaparse una vaca brava de un festejo taurino celebrado este martes en Murchante (Navarra). Los servicios sanitarias han trasladado al herido hasta el hospital. Los alguaciles de la localidad han avisado a la Policía Foral y hasta el lugar se han desplazado agentes de la brigada de Juegos y Espectáculos, de Seguridad Ciudadana y de Medio Ambiente, que han participado en las labores de captura del animal; según ha informado el Ejecutivo navarro.

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Sobre la firma

J. Jiménez Gálvez
Redactor de Tribunales de la sección de Nacional de EL PAÍS, donde trabaja desde 2014 y donde también ha cubierto información sobre Inmigración y Política. Antes ha escrito en medios como Diario de Sevilla, Europa Sur, Diario de Cádiz o ADN.es.

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