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Podemos busca avivar el debate sobre la sostenibilidad del Senado

Ramón Espinar, que renunció a las facilidades que ofrece la institución, tiene la "imagen de una Cámara que duerme tranquilamente"

Francesco Manetto

Podemos se ha estrenado en el Senado con una prioridad: avivar el debate sobre la sostenibilidad de la Cámara alta. La formación emergente ya tiene dos senadores de designación autonómica, Ramón Espinar (Comunidad de Madrid) y Maribel Mora (Andalucía), y pronto tendrá una tercera, Pilar Lima, por la Comunidad Valenciana. La principal herramienta del partido para influir y determinar la actividad parlamentaria de las Cortes consiste, por tanto, “en la función de la transparencia y en la función de control al Gobierno”. Así lo ve Espinar, diputado en la Asamblea de Madrid, que tomó posesión la semana pasada y que, además de los complementos que le corresponderían, ha renunciado a las facilidades a las que tienen derecho los senadores.

Este paquete consta de dos seguros, uno de vida y otro de accidentes, tres tarjetas (una para taxis, una de Renfe y una Visa Corporate para viajes en general), una medalla de oro valorada en 600 euros, una tableta, un móvil y un plan de pensiones. Maribel Mora, senadora por Andalucía, también renunció a todo salvo el sueldo –que limita, como todos los cargos públicos de Podemos, a tres veces el salario mínimo, unos 1.950 euros- y la tarjeta de Renfe para desplazarse a su comunidad.

Casi un año después de la polémica de los viajes del expresidente extremeño José Antonio Monago, Espinar está decidido a trasladar al Senado una reflexión sobre su sostenibilidad, pero también está convencido de que estas renuncias pueden tener más impacto en la sociedad. Al tomar posesión tuvo que rellenar unos impresos en los que se aceptan estas facilidades. “Luego tienes que subirte y firmar unos papeles de renuncia”, explica a EL PAÍS.

Tras unos días, se ha formado la “imagen de una Cámara que duerme tranquilamente “. El pasado jueves recogió su acta entre abucheos de la bancada popular. “Sí, prometo para poner las instituciones al servicio de la gente y devolver a los ciudadanos la capacidad de gobernarse a sí mismos”. Esta fue la fórmula a la que recurrió, y que tuvo que repetir al ser interrumpido por los senadores del PP. “El abucheo nos viene muy bien porque refleja los nervios que nos tienen, y porque nos están señalando como adversarios. Eso para nosotros es un orgullo”, afirma. “Sí hay que decir que fue la bancada del PP y que el presidente del Senado, Pío García-Escudero, fue completamente educado y elegante y me dejó terminar”.

Los tres senadores de Podemos intentarán reabrir desde sus escaños el debate sobre el futuro del Senado. “Esta cámara sirve para que trayectorias políticas muy dilatadas terminen aquí”, lamenta, antes de recordar las retribuciones y el aforamiento. Es lunes por la tarde. Espinar acaba de salir de la biblioteca de la Cámara alta. Era, sostiene, el único senador en utilizarla en ese momento.

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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