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Podemos, en la lupa de la izquierda radical antifranquista

Veteranos líderes del PTE, ORT y MC escrutan a fondo al nuevo fenómeno político

Luis R. Aizpeolea
De izquierda a derecha, José Sanroma, Eladio García Castro, Francisca Sauquillo y Eugenio del Río.
De izquierda a derecha, José Sanroma, Eladio García Castro, Francisca Sauquillo y Eugenio del Río.Samuel Sánchez

Fueron líderes de la izquierda radical durante la dictadura, sufrieron de modo especial la represión en los últimos coletazos del franquismo contra el que protagonizaron importantes movilizaciones, pero tras las primeras elecciones democráticas, el PSOE y el PCE monopolizaron la representación parlamentaria de una izquierda que pretendían renovar.

Hoy, Eugenio del Río (San Sebastián, 1943); Eladio García Castro (Sevilla, 1944), José Sanromá (Daimiel, 1947) y Francisca Sauquillo (Madrid, 1944), líderes respectivos del Movimiento Comunista (MC); Partido del Trabajo de España (PTE) y Organización Revolucionaria de Trabajadores (ORT), retirados de la primera línea política, trabajan en movimientos sociales, si bien Sanroma, que admite simpatizar con Podemos, y Sauquillo militan en el PSOE, mientras García Castro confiesa haber votado a Podemos en las autonómicas andaluzas. Todos se sitúan en la izquierda y siguen de cerca el fenómeno Podemos. Del Río escribió en enero, en Pensamiento Crítico, el texto ¿Es populista Podemos?, muy comentado en las redes sociales y en toda la izquierda.

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Comparten que las circunstancias en que se desenvuelve Podemos nada tienen que ver con las suyas, condicionadas por su clandestinidad en una dictadura y cuya prioridad era lograr la democracia, tratando de desplazar a los poderes oligárquicos con una ruptura. Dicho esto, Del Río admite que “Podemos es un empeño más realista que el nuestro y en sintonía con capas más amplias de la sociedad” mientras García Castro añade que “nuestras energías estaban dedicadas a acabar con la dictadura. Ojalá hubiéramos podido dedicarnos, como ellos, sólo a preparar unas elecciones”.

Sanroma destaca cómo “teníamos un referente teórico revolucionario (Octubre de 1917, Cuba, Vietnam, etc.) mientras Podemos carece de marco teórico, es reformista”. Del Río precisa que su referencia de toma de poder es Ecuador y Bolivia, dónde “mayorías de composición diversa desplazaron del Gobierno, por las urnas, a fuerzas tradicionales”. Sauquillo destaca cómo muchas propuestas de Podemos -vivienda, parados,..- son “muy parecidas a las nuestras, adaptadas a una España muy cambiada, pero en la que sigue habiendo mucha desigualdad. No inventan nada”.

Comparten, también, que los principales aciertos de Podemos son haber logrado la proyección institucional de un amplio sector social que no se sentía representado políticamente; saber comunicar sus ideas, pocas y muy precisas, a sectores muy variados de la sociedad; haber dinamizado el debate político en la sociedad y en la izquierda y mostrar gran capacidad de adaptación a circunstancias muy cambiantes desde su comienzo, tras el 15-M, hasta las elecciones del 24-M con sus pactos con otras fuerzas, incluido el PSOE. Del Río, que no descarta un papel crucial de Podemos en un futuro Gobierno, precisa que “sería el resultado de la conjunción de la crisis económica y política, incluyendo el lastre de la corrupción, un gran malestar social y su disposición a canalizar ese malestar hacia la conquista del Gobierno”.

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Ojalá hubiéramos podido dedicarnos, como ellos, solo a preparar elecciones

García Castro discrepa de quienes consideran “peligroso” a Podemos. Lo ve un “refuerzo de la democracia” porque “ha recogido a sectores que no se sienten representados, sobre todo jóvenes, que en otros países han ido a la extrema derecha”. Y subraya cómo “Podemos puede condicionar al PSOE para que no sea un gestor eficaz del liberalismo conservador y defienda la socialdemocracia”. Sanromá cree, a su vez, que “la voluntad participativa de las bases plurales de Podemos aporta elementos de republicanismo cívico al discurso socialdemócrata de la izquierda” y valora su capacidad para “construir un partido tan fuerte con las dificultades que eso tiene”. Sauquillo destaca la labor de Podemos en los barriadas de las grandes ciudades, similar a la de la izquierda radical al final de la dictadura, “dónde han logrado aglutinar el malestar social”.

Pero también le plantean reservas. Sanromá y Sauquillo les reprochan su visión de la Transición: “No han estudiado nuestra experiencia y no la valoran. Es verdad que Suárez tomó la iniciativa de la reforma ante una izquierda dividida, pero la Constitución fue más lejos de lo que la derecha pretendía. Tuvo que compartirla, aunque luego no ha ido más allá de lo que podía. Las grandes movilizaciones, animadas por nosotros, fueron decisivas para ese logro histórico. En 1974 y 1975 crecíamos más rápido que el PCE. Discrepamos de la versión rosa de la Transición. También jugamos un papel en la denuncia del golpismo”. Sauquillo destaca cómo aquella izquierda “se jugó la vida en una etapa muy difícil e impulsó el cambio. No se puede hacer tabla rasa. Nosotros respetamos el sufrimiento de la generación de nuestros padres”.

Garcia Castro señala que “la Constitución fue fruto de la relación de fuerzas del momento y rechazarla era volver al franquismo. Nada de lo que se ha hecho en democracia hubiera sido posible sin ella. Otra cosa es que luego se haya deteriorado el Estado de Derecho”.

Sanromá y Sauquillo discrepan, también, de Podemos por rehuir definirse de izquierdas: “Es verdad que hay gente de izquierda corrupta. Pero la reclamación de la igualdad es un patrimonio distintivo de la izquierda”. Sin embargo, Garcia Castro cree que “es una respuesta muy hábil a la demanda de mucha gente que ha identificado al PSOE y al PP en su abordaje de la crisis económica”. Del Río entiende a Podemos porque “la identificación de la izquierda ha sufrido un desgaste insuperable debido a importantes coincidencias entre los grandes partidos socialdemócratas y la derecha. Actúa transversalmente, uniendo sectores sociales diversos e intereses diferentes”.

Hablan mucho de llegar al Gobierno pero no está claro para qué

Tras los pactos resultantes de las elecciones del 24-M se pone de relieve, según Del Río que “Podemos no puede gobernar en solitario y tendrá que establecer una política de alianzas que afectará a su proyecto”. Según Sanromá, para Podemos “PSOE y PP ya no son lo mismo; el PSOE necesita a Podemos más de lo que quisiera y Podemos al PSOE más de lo que pretende y caminan hacia una coalición competitiva en la que unos aportan la tradición socialdemócrata y los otros renovación frente a una derecha poderosa, cuya fuerza está constatando Podemos”.

Del Río precisa que Podemos “ha trabajado la hipótesis de una victoria electoral como fuerza hegemónica”, pero “no la hecho o, al menos no es conocida su respuesta en caso de ser oposición por una victoria del PP, con el respaldo de Ciudadanos, o de quedar detrás del PSOE” en caso de un triunfo de Sánchez. Sanromá opina que si el PSOE es primera fuerza de la izquierda, “Podemos debería apoyarle, a sabiendas de que los resultados electorales tienen influencia en la evolución de los partidos”. Su principal temor es que Podemos “quiera reproducir la teoría de las dos orillas de Julio Anguita”, que rechazó los pactos con el PSOE y facilitó la tarea a la derecha, a Aznar.

Del Río apunta algunos de los problemas inmediatos que se le plantearán a Podemos: Tensiones derivadas de un funcionamiento que al priorizar la llegada al poder puede sacrificar la participación democrática en su interior; del hiperliderazgo de Iglesias así como de la dificultad de elaborar un programa realizable pues el de las elecciones europeas fue un “depósito de ideas”. “Los dirigentes de Podemos hablan mucho de llegar al Gobierno, pero no está muy claro para qué”, apunta Del Río.

No se puede hacer tabla rasa de la Transición. No valoran nuestra experiencia

Sanromá teme que Podemos “al plantearse el asalto al poder de una tacada, por querer correr mucho, se olvide de que las políticas reformistas requieren mucha tenacidad”. Sauquillo subraya que Podemos “tiene muy poco trabajado el discurso político sobre la mujer y la reivindicación de la Europa de los valores sociales y democráticos”. García Castro advierte a Podemos del “riesgo de la prepotencia” y de “prometer lo que no puedan cumplir”. También cree que “no pueden actuar como los demás pues su nivel de exigencia en los comportamientos políticos es muy alto”, en alusión a algunas de sus respuestas elusivas ante denuncias contra algunos de sus dirigentes.

Del Río ha analizado los límites de Podemos si accede al Gobierno: el marcaje de las instituciones europeas; la acción de los poderes económicos y financieros, con amenaza incluida de huida de capitales; los acuerdos con otros partidos que limitarán su margen de maniobra; los condicionantes impuestos por su propio electorado, muy heterogéneo. Cree que Podemos corre el riesgo de defraudar a su electorado porque “una vez en el Gobierno haga cosas que no gustan a sectores tan diversos que le han apoyado o porque no haga”. Ante un reto “tan difícil”, Del Río cree conveniente que los movimientos sociales deben espolear desde fuera al Gobierno “para evitar que se burocratice, se separe de la sociedad, que dependa del mundo empresarial y financiero, etcétera”.

García Castro opina que el “gran riesgo” de Podemos es que “si se deja llevar por la soberbia o no pone los pies en el suelo, unido a los grandes obstáculos que va a tener que sortear , acabe desilusionando a su electorado”. Sauquillo apuesta porque Podemos “sea flexible y contribuya a resolver los problemas de la gente. Sería desastroso para la gente que no hubiera entendimiento en la izquierda”. Lamenta, en este sentido, “la desaparición de Izquierda Unida”. Sanromá confía “en que el pragmatismo de Podemos” le haga percibir que “el caballo de la indignación no se puede cabalgar sin rumbo ni brida”.

Los seguidores de Mao en España

  • El PTE (Partido del Trabajo de España) tuvo su origen en una escisión del Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC), el grupo "Unidad", que en 1967 dio lugar al Partido Comunista de España (Internacional). De tendencia maoísta, adoptó el nombre de PTE en 1975.
  • La ORT (Organización Revolucionaria de Trabajadores) se constituyó en 1969 en Alcalá de Henares (Madrid). En 1974 el Comité Central de la ORT se definió como maoísta. En 1979 se fusionó con el PTE dando lugar al Partido de los Trabajadores (PT).
  • El MC (Movimiento Comunista) se creó en los años setenta a partir de la unión de un grupo escindido de ETA (ETA-Berri, después Movimiento Comunista Vasco) y varios grupos comunistas de diferentes partes de España. De tendencia maoísta, a partir de la segunda mitad de los años ochenta fue reconsiderando críticamente el valor de la ideología marxista.

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