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El Rey reclama una Europa para los ciudadanos y protagonizada por ellos

El Monarca asiste con su padre, el rey Juan Carlos, al acto por el trigésimo aniversario de la firma del Tratado de Adhesión a la Comunidad Europea

Miquel Alberola

El rey Felipe VI ha aprovechado este miércoles el acto de conmemoración del trigésimo aniversario de la firma del Tratado de Adhesión de España a la Comunidad Europea para exigir que Europa sea, "más que nunca, un proyecto para los ciudadanos y protagonizado por los ciudadanos", un rumbo que ya marcó el resultado de las elecciones al Parlamento Europeo del pasado mayo, así como el relevo producido en otras instituciones a finales de 2014.

El proceso que culminó con la firma que este miércoles se conmemora en el Salón de las Columnas del Palacio Real, donde se rubricó el tratado el 12 de junio de 1985, ha sido definido por Felipe VI como una "anhelada meta". El Rey ha valorado los 30 años transcurridos como de "los mejores de la historia de España", y ha destacado que durante este período los españoles han vivido "en libertad y democracia" y han logrado "un desarrollo social y económico sin precedentes".

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Hace cinco años Felipe VI acompañó como príncipe al rey Juan Carlos en una celebración similar. En su alocución, ha recordado ese momento y se ha alegrado "especialmente" de que le acompañara en este acto, el primero que protagonizan juntos tras la proclamación y después del almuerzo con altos representantes del Estado por el primer aniversario. El Rey ha agradecido a su padre las "profundas convicciones europeas" y el trabajo que llevó a cabo durante muchos años para situar a España "en su singladura europea".

Asimismo, puso de relieve "el consenso y unidad entre todos los españoles y de todas la fuerzas políticas" para lograr la incorporación, que formalmente se produjo el 1 de enero de 1986. Ese mismo consenso y unidad, refirió el Monarca, fueron los que hicieron posible la Constitución de 1978 y son las claves del éxito de España en Europa.

Felipe VI ha exigido a la Unión que cuente con el apoyo de los jóvenes en el proyecto de integración europea y que el crecimiento económico sea "inteligente, sostenible y contribuya a la cohesión social".

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El 12 de junio de 1985 tuvo un sabor agridulce en España. Ese día se firmó el tratado en un solemne acto, pero también fue el día en el que ETA asesinó a tres militares y un policía nacional. Ese atentado terrorista transmitió su tensión al acto de la firma de adhesión, en el que se temió que pudiera producirse otra acción de ETA.

Los 30 años transcurridos desde que España liquidara su tradicional aislamiento han cambiado a España y sus principales tensiones. También han dejado fuera del paisaje a muchos de los que protagonizaron el acto de firma. Incluso el rey Juan Carlos I, que fue el único jefe de Estado presente de los entonces 12 países miembros (con España y Portugal), ha cedido el trono a su hijo.

Algunos de los que condujeron el proceso han participado el acto, como el expresidente del Gobierno Felipe González, que culminó un trabajo que comenzó con la solicitud del Gobierno español, que presidía Adolfo Suárez, al Consejo de Ministros de las Comunidades Europeas el 26 de julio de 1977. Las negociaciones para la adhesión se abrieron oficialmente el 5 de febrero de 1979 y fueron llevadas a cabo por los Gobiernos, primero de Leopoldo Calvo-Sotelo y después de González.

El expresidente ha recordado que en aquel momento había oposición a que España formara parte de Europa, aludiendo expresamente al terrorismo de ETA, que hace 30 años cometió el mortal atentado. Pero también ha destacado el consenso que hizo posible la incorporación, que, "más que político" era “social”, por encima de las amenazas. González ha subrayado que la adhesión ha sido "tremendamente positiva para España y Europa", y que si se hubiese retrasado, con la caída del muro de Berlín, "hubiese sido peor". "El escenario hubiese sido distinto y el destino histórico hubiese sido distinto", ha remarcado.

González ha identificado la pérdida de relevancia de Europa en la falta de compromiso en la unidad europea y ha criticado el error cometido por la Unión Europea, "comparado con lo que han hecho los Estados Unidos", al afrontar la crisis, cuya respuesta ha sido el desapego ciudadano.

Por su parte, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha resaltado el "protagonismo decisivo" de Juan Carlos I en el proceso y el "esfuerzo colectivo de la sociedad española". Rajoy ha mirado hacia el futuro y ha señalado tres prioridades para la Unión Europea: políticas e instrumentos para la creación de empleo, creación de una unión de energía y desarrollo de políticas de migración para evitar el efecto llamada.

El presidente, como contestando a González, ha asegurado que España es la mejor referencia de que funciona la estrategia de la UE frente la crisis. Incluso ha hecho un requerimiento interesado, pidiendo que, del mismo modo que la firma del tratado aumentó la autoestima de los españoles, este momento, en que "gracias a los españoles se está saliendo de la crisis económica, aunque algunos no lo quieran decir", debe servir de "acicate como entonces".

Antes de Rajoy y González, el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, se ha congratulado de que el sueño de los españoles se hiciera realidad hace 30 años y ha rendido tributo a Juan Carlos I y a los expresidentes Adolfo Suárez, Calvo-Sotelo y González. Schulz admitió que la Unión Europea no es perfecta y "ha sufrido mucho por culpa de las prisas", lo que ha tenido un efecto negativo para los ciudadanos.

En ese sentido, el presidente del Parlamento Europeo ha asegurado comprender a quienes rechazan a una Europa que salva a los bancos pero no a sus jóvenes, que son la generación más preparada que ha tenido y quienes están pagando los efectos de la crisis. "Es hora de rectificar, es hora de resolver nuestros problemas con espíritu constructivo. Podemos demostrarlo en los próximos días en beneficio del pueblo griego", ha señalado. Schulz ha recurrido a Salvador de Madariaga para cerrar su intervención, recordando que definió Europa como un cuerpo, incluso un alma, pero no una conciencia.

Al acto también han asistido los expresidentes José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero, así como el presidente del Congreso de los Diputados, Jesús Posada, el del Senado, Pío García-Escudero, el del Tribunal Constitucional, Francisco Pérez de los Cobos, y el del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes.

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Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

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